Londres. Gloria en todas partes. Después de 119 años y dos derrotas en finales, el nombre del Crystal Palace por fin está en la copa. Una victoria por 1-0 sobre el Manchester City les otorgó el primer gran título de su histo-ria en la FA Cup, el torneo de futbol más antiguo del mundo con 152 años de existencia. Una victoria inédita que les hará vivir momentos únicos, pues el modesto club ahora disputará también la Liga de Europa por primera vez.

Escenas de euforia y romance son precisamente lo que se supone que debe suceder en momentos como éste. La angustia que sintieron los aficionados en los últimos 10 minutos del tiempo añadido se transformó en una alegría sin precedentes. Y hubo un toque de magia clásica de la FA Cup en esta victoria sobre el equipo de Pep Guardiola, que sin duda será una gran sorpresa.

Ese nombre en la copa no sólo implicó el acto tangible de grabar Crystal Palace en ese famoso trofeo. Desde el principio del partido, parecía que finalmente sería el día del club.

Se les estaban presentando muchas oportunidades. Todos los mejores jugadores de la temporada en este equipo en auge dieron un paso al frente y superaron las expectativas. Si el nombre del Palace estaba en la copa, el de Dean Henderson probablemente será sinónimo de la final de 2025. Su atajada de un penal a Omar Marmoush en el minuto 36 fue la mejor de una serie de brillantes intervenciones.

Guardiola lucía extremadamente agitado, con notoria frustración se enfrentó a Henderson cuando éste intentó estrecharle la mano al final del partido, bien podría quejarse de que el portero ni siquiera debería haber estado en el campo. La aparente mano de Henderson fuera del área mientras Erling Haaland se acercaba a la portería no fue sancionada por los árbitros. Fue sólo un momento más que favoreció al Palace, el tipo de controversia que no hace más que avivar la tradición del momento.

Del mismo modo, Henderson ni siquiera fue nombrado mejor jugador del partido. De forma sorprendente, el premio recayó en Daniel Muñoz, aunque también estuvo sensacional. Una intercepción tardía para detener una ocasión de Nico O’Reilly tras un excelente pase filtrado de Kevin de Bruyne encapsuló el gran esfuerzo del Palace. Esta fue una de esas actuaciones que se traducen en una victoria con base a pura voluntad y deseo, lo cual amplificó la magistral lección táctica de Oliver Glasner. Le dieron una paliza al City, aunque fuera por un gol.

Ahí estaba el jugador que anotó ese gol tan oportuno, a los 16 minutos. El histórico tanto de la victoria del Palace lo marcó su gran estrella, el jugador de esta temporada de la FA Cup, Eberechi Eze. Una anotación que llegó tras una escapada espectacular y, en retrospectiva, parece la única manera en que se pudo decidir este partido.

Eze irrumpió en el espacio donde Guardiola normalmente colocaría un centrocampista defensivo, pero esta vez optó por no hacerlo. El brillante Muñoz la centró y Eze la remató, para regalar un momento inolvidable. El City se culpó mutuamente, por escenas que se repetirían a lo largo de un partido emotivo. Esa sorprendente alineación fue, en cierto modo, un Guardiola clásico, aunque bien podría acentuar las críticas cada vez más frecuentes contra sus decisiones.

Si el City lograba pasar, allí estaba Henderson, también jugando la mano de su vida.

Fue un detalle más del día que la victoria del Palace se basó en su solidez y en lo que bien podría ser una de las mejores defensas de la Premier; incluso, uno de los mejores contraataques del contiente, donde ahora, también por primera vez en su historia, disputarán la Liga de Europa.