México y la presidenta Claudia Sheinbaum son un ejemplo de cómo navegar en tiempos como los que estamos viviendo, afirma Emilio Romano Mussali, quien hoy rendirá protesta como presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM).

Con templanza, madurez y visión para beneficiar al país, la jefa del Ejecutivo ha llenado, poco a poco, el ojo del gremio bancario. Sheinbaum, dice, ha generado admiración global.

En un entorno marcado por la incertidumbre que han causado las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, México tiene todavía potencial para salir adelante y, una vez que la marea pase, la nación será la más beneficiada del bloque norteamericano.

En entrevista realizada con motivo de la 88 Convención Bancaria, que concluye este viernes con su rendición de protesta al frente del gremio banquero, Romano Mussali sostiene que el sector coincide con la visión de la Presidenta: las tasas de interés deben bajar.

Para lograr este objetivo, refiere, durante su presidencia –la primera de dos años en un primer periodo– se concentrará en reducir el uso de dinero en efectivo y lograr el tan anhelado sueño del sistema financiero: digitalizar la economía, pues esa es la fórmula para dar financiamiento más asequible.

–¿Cuál es su perspectiva de la situación económica?

–No tengo duda de que México va a ser un país desarrollado en un plazo no muy largo. ¿Qué tan largo? Depende mucho de nosotros, pero también tiene que ver con el contexto global. Este nuevo gobierno ha sido muy atinado en tomar medidas para disminuir el riesgo-país y ayudar a que nuestro desarrollo sea más rápido; por ejemplo, toda la legislación secundaria en materia de energía y lo que se requiere para hacer que el sector público y el privado trabajen conjuntamente para financiar la infraestructura tanto energética como de logística.

“El atractivo de México como país clave en el mercado de libre comercio más grande del mundo no ha cambiado, y tampoco la ventaja que tenemos desde el punto de vista del talento, la capacitación y la infraestructura.

“A diferencia de otros casos en el mundo, aquí la incertidumbre es inducida y creada fuera de México. No va a durar mucho porque afecta a todos.

“Los principales afectados por la incertidumbre actual serían Estados Unidos y China. Las empresas están esperando conocer las reglas nuevas del juego para tomar decisiones de largo plazo.

Vemos muy bien a México porque no está siendo fuente de inestabilidad, y la prioridad que tiene la presidenta Claudia Sheinbaum es clave: es mucho más importante que los mexicanos veamos por nosotros mismos, que seamos capaces de definir nuestro propio destino y depender menos de los mercados globales.

–¿Cómo?

–Incrementando el bienestar y el nivel económico de los mexicanos para que podamos lograr un nivel de vida suficientemente bueno que mantenga la economía andando.

–¿La banca le pone palomita a la nueva administración?

–Definitivamente, la presidenta Claudia Sheinbaum ha traído un gobierno donde impera el diálogo y hemos podido intercambiar ideas, siempre enfocadas en lo que es mejor para el país.

En ese contexto, estamos muy contentos y completamente comprometidos con ella y con México, porque los objetivos son los mismos. Las medidas que ha tomado para permitir la integración del sector público, el sector privado y el sector financiero como promotor las vemos con muy buenos ojos y estamos convencidos de que vamos por el camino adecuado.

Hay temas que generan incertidumbre, concretamente la reforma judicial, pero trabajamos en paralelo con el gobierno para poder reducir esa incertidumbre.

El tigre, apaciguado

–Cuando Andrés Manuel López Obrador acudió a la Convención Bancaria de 2018 habló sobre un tigre, ¿lo recuerda?

–Claro.

–¿Podemos decir que el tigre está calmado?

–Sin duda. México ha evolucionado a una democracia muy sólida, no perfecta, perfectible siempre, pero una democracia muy sólida.

La experiencia de hace siete años y la de las últimas elecciones nos deja muy claro que tenemos un sistema democrático que está funcionando. Desde esa perspectiva, estoy convencido de que como país podemos no siempre estar en las mismas, podemos tener desacuerdos, pero hay una apertura al diálogo y un interés único que es el bienestar. No hay agendas distintas.

–¿A la banca y a sus inversionistas les gusta esta democracia y apertura al diálogo?

–Así es. De hecho, los formadores de opinión a nivel global y los grandes inversionistas coinciden en que, hoy por hoy, México, y concretamente nuestra Presidenta, es un ejemplo de cómo navegar estos tiempos que estamos viviendo, a través de la templanza, de la madurez, defendiendo nuestra soberanía, siendo firmes y también siendo pragmáticos en el tema de saber lo que le conviene a México en el largo plazo.

Eso ha sido para nosotros una gran fuente de confianza, y el hecho de que haya generado la admiración global nos llena de orgullo. No hay mejores promotores del desarrollo y el bienestar que la estabilidad, la claridad y la certidumbre.

–Sobre las tasas de interés, ¿qué está pasando? ¿Hay oportunidad de bajarlas?

–No podemos dejar de ver que en la tasa de los créditos el componente más importante es la tasa de referencia del Banco de México. El banco central, consideramos, ha seguido una política monetaria restrictiva para mantener la macroeconomía del país estable, probablemente sacrificando tasas más bajas que pudieran inducir un crecimiento económico más rápido. Lo respetamos.

“En lo que a nosotros toca, que es lo que llaman la sobretasa, es decir, todo lo que se agrega al 9 por ciento actual, tiene que ver con muchos factores que no necesariamente están bajo control de la banca. Nuestro compromiso con la Presidenta es trabajar conjuntamente para bajar las tasas, ir atajando ciertos elementos para que las sobretasas disminuyan. ¿Cuál es el principal? Uno de ellos es la seguridad jurídica. Saber que cuando prestas puedes recuperar tu préstamo es algo fundamental.

“Eso juega para los dos lados, también para que el público inversionista tenga la seguridad de resolver de manera expedita un litigio contra los bancos.

“Otro tema es que México tiene uno de los índices más altos de uso de dinero en efectivo. Tenemos que reducir el nivel de efectivo en la economía y eso también nos va a ayudar a reducir tasas.

Mi propuesta en la ABM tiene como eje rector la coordinación de gobierno, sector privado y banca para aplicar una serie de medidas a fin de reducir el nivel de efectivo a niveles de los países desarrollados. Ese círculo virtuoso tiene muchos componentes y el primero es poder bajar las tasas.

–¿Qué otros temas piensa abordar durante su gestión?

–La banca mexicana necesita trabajar en mecanismos para detectar de manera más oportuna cualquier actividad nociva, como fraudes y otras conductas ilícitas, para erradicar estas prácticas del sistema financiero y de la economía del país.

“Eso va a ser muy importante y también tiene que ver con la digitalización de la economía, que permite mejorar la trazabilidad de las transacciones. Esto nos ayuda a mantener la robustez y a evitar que las finanzas estén en riesgo por actividades no deseadas.

“Otro tema es continuar con la inclusión y la educación financieras. Es fundamental que logremos que cada persona que cumpla la mayoría de edad, casi como un derecho ciudadano, tenga una cuenta digital y se integre al mundo de las finanzas digitales para que pueda resolver sus necesidades.

Asimismo, está pendiente garantizar el piso parejo en toda la gama de prestadores de servicios financieros. Vienen muchos nuevos jugadores.

Una nota más amplia puede consultarse en nuestro sitio web