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Camila Fabbri reúne 17 relatos sobre lo salvaje que subyace en la naturaleza y en lo cotidiano

Estamos a salvo compila cuentos que escribió entre 2016 y 2020

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▲ En entrevista, la escritora argentina compartió que crea a partir de ideas abstractas.Foto cortesía de Almadía
 
Periódico La Jornada
Martes 6 de mayo de 2025, p. 4

La escritura es un oficio muy vinculado con la infancia, que siempre genera realidades posibles; es inventar cosas y está más conectada con la niñez que con la vida adulta, de acuerdo con la narradora argentina Camila Fabbri.

A propósito de su libro de cuentos editado de forma reciente, Estamos a salvo, la escritora contó a La Jornada que nunca entra a un texto con una idea cerrada. Siempre tengo más bien una abstracción. Creo que trabajo así.

Fabbri reconoció que en su forma de crear 20 por ciento es consciente, puede hablar de ello; el 80 por ciento restante es inconsciente, y “una no tiene idea de qué hace con las palabras. Deviene de la personalidad, de la identidad. Probablemente escribo como hablo o hay algo de ese juego con las palabras, de no dejar nunca que se acomoden del todo. Sin duda, eso me parece más intuitivo y no lo podría identificar.

Lo primero es encontrar la voz. La mayoría de los relatos están escritos en primera persona y de principio localizar qué pasa con esa voz o cuál es su cuestionamiento respecto de qué. A partir de ahí, ir deshilvanando. Van apareciendo imágenes que van como creando una anécdota, que es una especie de conglomerado en contra o en favor de algo.

El volumen, coeditado por Almadía y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, reúne 17 historias en contra de la idea de estar a salvo. Tienen la misma hipótesis relacionada con la vida animal y humana, y lo salvaje de la naturaleza y de la vida ordinaria. Por ahí las coincidencias. Es un poco la búsqueda al escribir todas esas historias.

Fabbri reseñó una línea que corre debajo de la narración evidente y que plantean las citas de National Geographic, como si fuera una guía de lectura para tratar de dar una identidad en conjunto. Reina la cotidianidad, el hiperrealismo y que hay un detalle que le da un fundamento digno de ser contado.

Añadió que en cada texto encuentra ese pequeño hilo del que empiezas a tirar, como en la historia de los niños que salen del kínder vueltos adultos. Cosas que no tienen una explicación y podrían estar pasando o también podrían ser sólo sensaciones. Igual son ideas.

Los escritos, continuó la cuentista, dan vuelta a las afirmaciones de lo que ya sabemos desde el sarcasmo. La mayoría están contados en primera persona y rige mucho el personaje y cómo ve las cosas y de qué modo las puede contar. Pasa mucho por el tamiz de la interpretación personal y no tanto de un narrador omnisciente. Tiene buena parte de ese estado febril del personaje, tomado por algo. Eso me parece que es otro elemento que unifica las historias.

La también novelista reiteró que el libro es como un manifiesto en contra de la frase que lo titula, Estamos a salvo, como mil maneras de no estarlo. Esa es una linda forma de verlo. Un nombre puesto totalmente desde el sarcasmo y un tratado para no contarlo de forma directa y decir todos los reveses que puede tomar esa afirmación.

Refirió que su primer libro fue una reunión de cuentos en la que se reparten un montón de personajes, posibilidades de encastrarlos, de locaciones y situaciones posibles y no posibles. Esa es también la ley del cuento: crear distintas realidades, y en la que hay algo mucho más consecuente con esa realidad que es única, y no hay tantas variables.

Relató que su más reciente narración es una novela, La reina del baile, que tiene mucho más de la vida ordinaria, de una persona que reside en una casa y tiene un trabajo.

Fabbri mencionó que los cuentos reunidos en esta compilación fueron escritos en momentos distintos; el grueso surgió entre 2016 y 2019 o 2020, y esas historias no habían visto la pandemia. Concluyó que después de la emergencia sanitaria hubo un reordenamiento del mundo, que ahora está en el ojo de la tormenta. La pregunta de si estamos a salvo está mucho más presente que antes de la pandemia.