El año pasado hubo menos accidentes aéreos a nivel mundial, pero con mayor cantidad de decesos respecto a 2023, señala el reporte de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) sobre seguridad.

El documento indica que en 2024 se produjeron siete accidentes mortales de los 40.6 millones de vuelos. El dato empeora respecto al único accidente mortal ocurrido en 2023.

De enero a diciembre pasado fallecieron 244 personas en accidentes, frente a las 72 muertes en 2023, incluso con las recientes catástrofes aéreas de alto impacto, es importante recordar que los casos son extremadamente raros, dijo Willie Walsh, director general de IATA.

Mejora la seguridad

En 2024 hubo 40.6 millones de vuelos y siete percances mortales. Además, la evolución de la seguridad aérea se caracteriza por una mejora continua. Hace una década, la media quinquenal (2011-2015) era de un accidente por cada 456 mil vuelos. Hoy, la media quinquenal (2020-2024) es de uno por cada 810 mil viajes. Esa mejora se debe a que sabemos que una sola víctima mortal es demasiado. Queremos honrar la memoria de cada una de las vidas perdidas en catástrofes aéreas con nuestro más sentido pésame y con el firme compromiso de seguir trabajando para aumentar aún más la seguridad. Para ello, la recopilación de datos, como el informe de 2024, es nuestra herramienta más poderosa, declaró Walsh.

Los golpes de cola y las salidas de pista fueron los accidentes más frecuentes en 2024, lo que subraya la importancia de las medidas de seguridad en el despegue y el aterrizaje.

La IATA destacó que no se produjeron accidentes de vuelo controlado contra el terreno, es decir percances en el que un avión choca contra el suelo, el agua o un obstáculo mientras está bajo control del piloto.

Además, apuntó que los accidentes e incidentes en zonas de conflicto se consideran casos relacionados con la seguridad de la aviación civil y no se incluyen en este informe.

Subrayó que aunque no aparecen en los datos de este informe de seguridad, constituyen, junto con el aumento de los incidentes de interferencia del Sistema Mundial de Navegación por Satélite, una preocupación de primer orden para la aviación que requiere una coordinación mundial urgente.

“Ninguna aeronave civil debería ser nunca objetivo –deliberado o accidental– de operaciones militares. Los gobiernos deben dar un paso adelante, mejorar el intercambio de inteligencia y establecer protocolos mundiales más claros para evitar estas tragedias y salvaguardar la aviación civil”, señaló Walsh.