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Penultimátum

Assange y la lucha por la libertad

J

ulian Assagne ya cumplió cinco años de reclusión en Belmarsh, prisión de alta seguridad de Reino Unido. Antes estuvo siete asilado en la embajada de Ecuador en Londres para evitar ser extraditado a Estados Unidos.

En todo el mundo hay una solicitud para que no lo sea, pues lo podrían condenar hasta por 175 años de prisión y en régimen de aislamiento prolongado, práctica que violaría la prohibición de la tortura y otros malos tratos.

A través de su portal WikiLeaks, Assange publicó en 2010 información clasificada que revelaba violaciones de los derechos humanos de Estados Unidos en las guerras de Irak y Afganistán. Las autoridades de ese país no han llevado a cabo una investigación transparente que desmienta sus presuntos crímenes de guerra.

Informar sobre dichas violaciones no amenaza la seguridad estadunidense, pero el gobierno lo acusó de espionaje con base en una ley aprobada para disuadir cualquier interferencia en las operaciones militares de la gran potencia e impedir que individuos y grupos apoyen a enemigos del país.

Un escritor y colega del que lleva aislado 12 años, George Orwell, escribió que periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás es relaciones públicas. En ese sentido, Assagne cree necesario sacar a la luz lo que hacen mal los gobiernos y apostar por formas más abiertas y transparentes.

En los blogs que mantenía en Australia, a principios de este siglo, daba cuenta de ello, a fin de que el mundo fuera más justo. Y así, con otros colegas anticapitalistas y ambientalistas, en 2006 creó WikiLeaks, organización internacional de denuncia de irregularidades sin fines de lucro.

La primera la hizo en Nairobi (Kenia), en el Foro Social Mundial de 2007. El presidente de dicho país, Mwai Kibaki, le había encargado a la empresa de investigación Kroll un informe sobre la corrupción de su antecesor Daniel Arap Moi. Pero Kibaki no lo divulgó por razones políticas. WikiLeaks tuvo acceso a él y lo publicó con el título Los miles de millones de Kenia desaparecidos. Fue un escándalo internacional. Después reveló otros más.

Luchar por que termine la persecución contra Julian Assagne contribuye a garantizar la libertad de prensa, coartada y/o amenazada en muchos países.