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Se encuentran en prisión preventiva

Cientos de internos de Barrientos ejercieron libres su derecho a votar

Exigieron justicia y fin a la impunidad

 
Periódico La Jornada
Jueves 9 de mayo de 2024, p. 7

Inmediatamente después de que marcó la boleta, los custodios le volvieron a colocar las esposas –en muñecas y tobillos– para llevarlo a la salida del domo, donde minutos antes votó el resto de personas en prisión preventiva del Centro Penitenciario y Reinserción Social de Tlalnepantla, Lic. Juan Fernández Albarrán, comunmente llamado penal de Barrientos.

Mientras tengan esa condición (recluidos pero no sentenciados), conservan sus derechos políticos, de ahí que ayer, por unos instantes, 838 de ellos fueron libres.

Y no sólo votaron, también exigieron a los candidatos como lo puede hacer cualquier ciudadano: cumplan lo que prometen, reformen el sistema para que la gente no caiga en el reclusorio y los inocentes salgan rápido.

Las demandas son comunes, pues en la mayoría de las cárceles del país hay miles de personas que llevan años esperando un juicio, sentencia o libertad.

Esta vez podrán participar en esta elección anticipada 30 mil 391 personas en prisión preventiva.

Sólo en el estado de México, la entidad con el padrón de electores más grande, la lista nominal es de 5 mil 067 personas en prisión preventiva, quienes por primera vez podrán votar por la Presidencia de la República.

Ayer, en punto de las ocho de la mañana, 28 enviados del INE abrieron la votación en el penal de Barrientos, donde de una población general de 5 mil 760 internos (5 mil 361 hombres y 399 mujeres), fue autorizada una lista de 898 electores, de los que al final sufragaron 838, pues del 22 de febrero a la fecha 60 obtuvieron su libertad.

Llegó el día

Muy temprano pasaron al comedor a tomar sus alimentos, se acicalaron y fueron al salón de usos múltiples.

Con un orden impecable, hombres y mujeres vestidos con prendas color azul rey, la mayoría adultos jóvenes, fueron llegando a la cita.

En la semana algunos hicieron dibujos alusivos. Es época de campaña y de fomentar la participación, sólo que ahí no fue necesario gastar millones de pesos en propaganda, como hacen los partidos; apenas usaron pedazos de cartulina para crear, a lápiz, mensajes con mezcla de celda y libertad: tu voto es libre, tu voto tiene poder, con mi voto es posible.

En el sillerío, a la espera de pasar a la mesa adaptada como mampara, se escuchó el llanto de una bebé nacida en Barrientos. Su mamá fue de las primeras en votar.

Antes, las mujeres no podían votar y ahora es una gran oportunidad para todas nosotras.

–¿Qué le dirías a la próxima presidenta o presidente?

–Que sean justos y que realmente atrapen a las personas que están afuera porque aquí hay mucha gente inocente. Yo estoy en proceso, llevo un año y a pesar de que hay pruebas a mi favor, sigo aquí”, relató una reclusa antes de volver a su celda.

En el otro extremo de la megacasilla votó Néstor, de 37 años, quien está acusado de robo de vehículo y se dice inocente. Ha pasado más de un año en proceso y tiene confianza en su abogado de oficio.

Y mientras llega la audiencia, ayer se dio un respiro para tener esperanza: es un día especial, desde que desperté sabía que iba a votar y me levanté con ese ánimo.

En Barrientos fueron transmitidos los primeros debates presidenciales y ahora esperan el tercero. En realidad esa transmisión es una de las pocas ventanas al proselitismo, pero aún así consideran que su voto es informado y, de fijo, tienen muy claro que el sufragio es secreto. Nadie aludió a la opción de su preferencia.

El tercer debate es el 19 de mayo, señaló Marisol, de 27 años, quien al igual que sus compañeras pide a los políticos que no todo quede en el discurso.

Por lo pronto, más allá de si los candidatos han ido o no a Barrientos, este día ella se siente contenta, no rechazada.

Es un gran honor que nos dejen participar a pesar de estar aquí. Los dos debates –añadió– le ayudaron a definir. Conozco a Claudia... y a Xóchitl; la verdad es que del hombre no me acuerdo, relató.

Reservada respecto al motivo de ingreso a esta cárcel o si están enojados con el gobierno, responde cortante: aquí cada quien admite las consecuencias de sus actos.

Néstor fue menos hermético y confesó que su voto fue por el partido, no por las candidaturas. Me entró la duda al momento de ver la boleta, pero al final hice lo que pensaba y espero que cuente mi voto.

César consideró que el 2 de junio se abre la puerta a un cambio radical porque por primera vez una mujer será Presidenta de México, y quizá mejor administración.

Después de tres horas de un dinámico ejercicio, coordinado con pulcritud por parte del INE y las autoridades penitenciarias, la sala se quedó semivacía y en silencio; la razón, el ingreso de los dos últimos electores, procedentes de la sala de alta peligrosidad.

Ellos no visten de azul, sino de color naranja, van en chanclas y con manos y pies engrilletados. Los custodios, con el rostro cubierto y en alerta. No se separan de los reos en ningún momento.

Si bien los internos son presuntos responsables, igual en situación de prisión preventiva, caminan rigurosamente esposados, pues son personas acusadas de secuestro y de otros asuntos relacionados con la delincuencia organizada, se escucha decir.

Un minuto después, los del INE recogen la papelería, los votos, y los guardias sujetan a los dos hombres y les toman de la nuca para avanzar viendo hacia el piso. Para ellos, los de vestimenta naranja, la libertad fue más efímera.