Desde 2019, el gobierno de México ha otorgado refugio a una decena de ex funcionarios y políticos ecuatorianos, la mayoría de ellos del gobierno del ex mandatario Rafael Correa, al igual que Jorge Glas Espinel, ex vicepresidente detenido anoche por la policía de su país en la embajada mexicana en Quito.

Entre los exiliados en México están Ricardo Patiño. El ex canciller de Correa, quien obtuvo asilo en 2019, señaló ese año en entrevista a este diario: Hay una campaña de perseguir a todos aquellos que trabajamos con el presidente Correa, por las acusaciones de corrupción hechas por el gobierno de Lenín Moreno contra ex funcionarios correístas.

Carlos Ochoa, ex superintendente de Comunicación de Ecuador, obtuvo la condición de asilado en México en 2019, y Walter Solís, ex ministro de Transporte y Obras Públicas, en 2021. El ex secretario particular de Correa, Galo Mora; la ex vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Viviana Bonilla, y el ex secretario nacional de Comunicación, Fernando Alvarado, también obtuvieron esa protección.

En octubre de ese mismo año, tras una serie de disturbios en Quito, los ex legisladores Gabriela Rivadeneira (ex presidenta de la Asamblea Nacional), Carlos Viteri, Soledad Buendía (y su esposo, Edwin Jarrín, ex jefe del despacho presidencial de Correa) y Luis Molina se refugiaron en el edificio diplomático mexicano, donde permanecieron cerca de tres meses. Se les concedió asilo político en enero de 2020 y salieron de Ecuador junto con sus familias.

En ese momento, la Secretaría de Relaciones Exteriores expresó que nuestro país reitera su compromiso con el respeto, protección y promoción de los derechos humanos de todas las personas, independientemente de su afinidad política.