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La marcha de la economía mexicana: la undécima
U

n poco más sobre las condiciones financieras de la CFE. Los números básicos de 2018 y de 2023 nos permitirán continuar con una reflexión, que se podrá completar poco a poco.

El reto es identificar lineamientos financieros virtuosos frente al desafío que representa la urgencia de una electrificación creciente en el país.

Sí, es una condición –dadas las tecnologías disponibles– para limpiar la naturaleza y el medio ambiente, así como para enfrentar el reto del cambio climático.

En una perspectiva de larga duración, que trascienda las visiones políticas sexenales –lamentables, por lo demás, y no sólo de la CFE, sino de todo el sector eléctrico, desde 1992 con una importante participación privada– deberemos ganar en eficiencia para que la energía y en particular la electricidad, crezcan menos que el PIB. Pero, la electricidad deberá crecer más, mucho más que el PIB en los próximos años, si deseamos –como hay que hacerlo– ganar en el balance de usos finales proporcionados.

Hoy atiende el 20 por ciento de esos usos finales, pero deberá atender –incluso en todo el mundo– no menos de 50 por ciento. Quizá más.

La tecnología, pero sobre todo las decisiones de la sociedad y el respaldo de políticas públicas consistentes y a largo plazo lo permitirán. Con la máxima participación racional de renovables y limpias, sin olvidar su huella de carbono y su necesario respaldo por generación despachable.

Con óptima instalación de redes de transmisión y distribución para acceder a las renovables donde estén, y alentar las formas de generación distribuida, con impecable ingeniería económica y de costos y un tratamiento financiero virtuoso.

Todo lo anterior como condición de tarifas decrecientes. El reto es enfrentar con seriedad los problemas gravísimos del cambio climático.

Sí, la electricidad debe crecer cuatro o cinco puntos por encima del PIB y atender los usos finales, hoy resueltos con energías fósiles, no renovables y altamente contaminantes. Entre ellos un transporte preferentemente masivo y eléctrico para mover carga y trasladar personas. Pero también electrificar al máximo posible hogares, comercios, servicios e industrias.

Sin embargo, hay que resolver aspectos sustantivos, recuperar el sentido original del 37 constitucional, así como dar una perspectiva inteligente y clara a la participación privada, con recuperación del auténtico autoabasto, la pequeña producción, y el desarrollo pleno de la cogeneración. Sin fraudes ni trampas.

Asimismo, la definición nítida y la operación eficiente del despacho eléctrico de carga. Deben abatirse costos y –por mencionar otro más de extrema delicadeza– definir la participación de las comunidades, ejidos, pueblos originarios y pequeña propiedad en el impulso a las renovables y limpias.

Agrupemos en cinco rubros principales los pasivos de la CFE, que al cierre de 2023 eran de mil 577 miles de millones de pesos equivalentes a 90 mil millones de dólares (67 mil millones en 2018).

Arrendamientos, por los 7 mil 500 kilómetros de gasoductos cuya capacidad primordial está reservada para CFE, y por los productores independientes (entre ellos Iberdrola), por 528 mil millones de pesos (30 mil y 24 mil millones de dólares en 2023 y 2018, respectivamente). Pensiones por 425 mil millones de pesos (24 mil y 17 mil millones de dólares en 2023 y 2018), que integran 80 mil millones de pesos por el regreso de algunas condiciones previas de jubilación en 2020. Deuda documentada por 266 mil millones de pesos (15 mil y 11 mil millones de dólares 2023 y 2018). Pidiregas por 98 mil millones de pesos (6 mil y 7 mil millones de dólares en 2023 y 2018). Cuentas y gastos por pagar más financiamientos fiduciarios, impuestos y otros pasivos, por 257 mil millones de pesos (15 mil y 8 mil millones de dólares en 2023 y 2018).

Hace seis años los pasivos de CFE representaban 5.4 por ciento del PIB nacional. En 2023, 5 por ciento. En 2018, los pasivos a corto plazo representaban 15 por ciento del total, hoy representan un delicado 19 por ciento.

Seguiremos nuestro análisis para identificar y someter a escrutinio algunos lineamientos a largo plazo, tan necesarios para nuestra querida empresa eléctrica. Sí, la que tiene frente a sí el segundo mayor reto de su historia. De veras.

NB: A mi compañero de primaria Carlos Urzúa Macías, en su memoria.

Siempre agradecido por su buen trato. Gran abrazo a su familia. Amén.