Opinión
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La muestra

Valeria viene a casarse

¿P

uede alcanzarse la felicidad conyugal a partir de una simple transacción monetaria? En Valeria viene a casarse (2022), coproducción de Israel y Ucrania, de Michal Vinik, realizadora originaria de Haifa, el asunto se plantea y busca resolverse en una singular guerra de sexos a medio camino entre la comedia y el drama –un drama a puerta cerrada que estalla en un departamento de clase media en Tel Aviv, lugar al que llegan, muy aminorados, los ecos de un conflicto mucho más grave: la guerra en Ucrania. Y es que de esa devastación parece huir la joven ucrania Valeria (Dasha Tvoronovich), para quien su hermana mayor Christina (Lena Fraifeld), instalada en Israel y casada con el traficante de bodas Michael (Yaakov Sada Daniel), ha concertado ya un matrimonio de conveniencia con el tímido, poco agraciado y muy metódico judío vegetariano Eitan (Averaham Shalom David).

Más que una simple comedia de enredos, la cinta de la directora Vinik sugiere un drama conyugal similar en sus irónicos y mordaces planteamientos de género al cine de la estadunidense Joan Micklin Silver (Hester Street, 1975). El asunto central es aquí también la inmigración y las dificultades de aclimatación cultural (idioma, costumbres, prejuicios nuevos) al país de asilo, con un añadido: el desfase entre Christina, la hermana acostumbrada ya al nuevo estilo de vida, quien ha conquistado la seguridad casándose con un israelí y aceptando sin mayor reparo su rol de dependencia en un orden doméstico patriarcal, y Valeria, su pariente recién llegada, quien se cuestiona si el prometido procurado por Internet y el porvenir conyugal que le depara una sociedad tradicionalista, pudiera ser mejor o peor que la situación de crisis por la que ha tenido que abandonar su país.

Es divertido observar las etapas por las que atraviesa el desencanto y desánimo de Valeria, y que van desde el rechazo cortés al prometido que ha pagado 5 mil dólares por negociar una esposa ideal, hasta su acto extremo de encerrarse en un baño y no salir de él hasta que Eitan renuncie a su propósito y se deshaga el arreglo inicial. La directora maneja con malicia las tensas interacciones de los cuatro personajes enfrascados en una sorda guerra de sexos. Ante la inusitada protesta de Valeria cuando percibe en el preparativo conyugal una posible estafa (seguridad económica a cambio de conformismo y sumisión total), su hermana Christina cobra conciencia de haber caído en la misma trampa. La manera en que las dos jóvenes habrán de resolver este dilema moral en su nueva tierra de asilo será la clave principal de esta comedia sobre los flujos migratorios contrariados y las tribulaciones que viven las mujeres en arreglos conyugales que rara vez les reservan la mejor parte.

Se exhibe en la sala 1 de la Cineteca Nacional Xoco a las 13 y 18:15 horas.