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Riqueza familiar

E

l concepto de familia cambia con el tiempo. Durante muchos años la familia nuclear, compuesta por padre, madre e hijos, fue considerada la base de la sociedad. En el campo predominaba la familia ampliada, en la cual se integraban abuelos, padres, hijos, nietos y bisnietos.

Las nuevas familias son múltiples y no necesariamente se basan en las relaciones de sangre. Los hogares integrados por madres e hijos, en donde el padre no está presente, ganan terreno. Otro esquema común es el de parejas que, casadas o no, deciden no tener hijos, prefieren vivir con libertad o cambian la paternidad por la adopción de alguna mascota.

Las parejas del mismo sexo también son cada vez más comunes y aceptadas en una sociedad tradicional y machista. También hay relaciones entre dos, tres o más personas que comparten el mismo hogar, pero sin depender económicamente unos de otros.

Otros casos comunes son los segundos y terceros matrimonios, en donde se comparte la responsabilidad de los hijos de uno o de ambos. También florece la relación entre padres con hijos adultos, a veces cuarentones o cincuentones que rehúsan dejar las comodidades de la casa familiar.

Así se desarrolla en México y en el resto del mundo una multiplicidad de relaciones donde las convenciones del pasado quedan superadas y la economía familiar se enriquece. En muchos casos se presenta un doble o triple ingreso en la vivienda, sobre todo entre las parejas homo o heterosexuales que deciden no tener hijos. Entre los sectores medios de la sociedad sin descendencia sus ingresos les permiten vivir con ciertos lujos en relación con muchas familias tradicionales. Algunos ocupan los recursos excedentes para estudiar, otros para viajar, unos más para comprar propiedades, para rentar departamentos caros, para comer en restaurantes o comprar automóviles, computadoras u otros bienes de consumo de alto valor.

Desde la perspectiva general, la diversidad en la organización familiar multiplica el consumo de la sociedad y desarrolla nuevos imaginarios entre las clases medias, que ahora viven mejor, con un poder adquisitivo creciente, mayor educación y más elementos para su desarrollo.

La familia moderna expresa nuevas libertades y es un pivote para el desarrollo. La diversidad en las relaciones entre seres humanos nos transforma y enriquece.