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Timothy Leary y sus estudios con LSD en Zihuatanejo, a escena, en el Teatro de las Artes

Hotel Nirvana es original de Juan Villoro // No aborda lo que ocurrió, pero es un espejo de esa posible realidad, refiere el autor // Se estrena el 4 de abril

 
Periódico La Jornada
Martes 26 de marzo de 2024, p. 4

El hito contracultural de un México sede mundial de la expansión de la conciencia en los años 60 y cuando se decidió la política de prohibición de las drogas se aborda en la obra de teatro Hotel Nirvana, explicó su autor, Juan Villoro. El estreno mundial de la pieza será el 4 de abril en el Centro Nacional de las Artes (Cenart).

El montaje se inspiró en la época en que el sicólogo estadunidense Timothy Leary (1920-1996) continuó en Zihuatanejo sus investigaciones sobre la dietilamida de ácido lisérgico (LSD), después de ser despedido por ellas de la Universidad Harvard.

El cronista y escritor Juan Villoro explicó que Leary desarrolló en el guerrerense hotel Catalina “actividades mentales y de autoconocimiento. Vinieron muchos clientes, por ejemplo Carlos Castaneda, el autor de Las enseñanzas de don Juan, y agentes de la CIA, que siempre ha estado muy atenta a las nuevas formas culturales y al uso de los estupefacientes, muchas veces, con fines de interrogatorio.

“Leary dijo entonces al gobierno mexicano lo siguiente, algo muy importante por lo que estamos viviendo hoy: ‘si ustedes no le entran al control regulado y cultural de las drogas, lo van a dejar en manos de otras personas, porque la caja de Pandora ya se abrió. Esto es muy atractivo y, si ustedes no lo regulan, todo va a quedar en manos del narcotráfico. Escojan: la conciencia o el narcotráfico.”

Villoro sostuvo que 1963 fue un parteaguas para la historia mexicana de la contracultura. Ahí se decidió buena parte de nuestro futuro. Por presiones de Estados Unidos, Leary cerró su proyecto en México y abandonó el país. Sabemos lo que ocurrió aquí después con el tráfico de drogas.

El autor del texto dramatúrgico contó que cada uno de los 11 actores en escena pasa por una transformación no necesariamente positiva, porque no todas las alteraciones de la conciencia son para bien y hay una responsabilidad que debemos asumir al respecto.

Refirió que como autor tuvo que resolver que de ceñirse a lo que ocurre con el LSD, droga intimista, de reflexión personal que incrementa la percepción, tendría un texto muy poco teatral, porque serían 11 personas en escena totalmente pasmadas sin que pase nada.

En cambio, inventó una droga teatral: el lenguaje, “que nos conforma, nos intoxica; lo dice Platón en uno de sus diálogos: es veneno y medicina. La droga se llama ‘logos’ y los personajes la toman en pequeñas dosis para entenderse”.

Añadió que los personajes están intoxicados de palabras y hablan de una manera como no esperaban hacerlo, pero eso nos cambia. Es una especie de drama sobre la elocuencia y la forma en que el lenguaje nos modifica, que es lo que el teatro de texto ha hecho siempre: una transformación mediante las palabras.

El montaje, continuó Villoro, se basa en lo que ocurrió hace más de medio siglo, pero los personajes son inventados, lo que les pasa es nuestra responsabilidad y no fue lo que ocurrió en Zihuatanejo, pero es un espejo de esa posibilidad de realidad. No es una obra histórica, sino una interpretación fantástica.

Antonio Castro, director de Hotel Nirvana, se dijo conmovido porque la obra recupera las estructuras de pensamiento utópico, y quienes se proponen transformar el estado de las cosas pueden ser vistos como ingenuos o con condescendencia.

Hay algo muy inspirador del ímpetu con el que los personajes tratan de cambiar todo en los años 60, y ante la cultura consumista tratan de construir sus vidas de otra manera. Ese grito libertario es el eje de la obra. Es también una celebración del lenguaje, la herramienta principal que tenemos para entender la realidad.

Castro destacó la colaboración del músico Diego Herrera y la coreógrafa Andrea Chirinos para “generar este espíritu carnavalesco, esta nave de los locos que debe ser Hotel Nirvana, porque los personajes viven frecuentemente la acción de la obra en un gran desequilibrio. Hemos logrado tener personajes muy contradictorios. Son muy ricos”.

Villoro comentó que hoy enfrentamos en México un prohibicionismo irrestricto que no soluciona las cosas y sí sube el precio de las drogas y aumenta la criminalidad. Liberar algunas drogas y crear una política de salud pública de convivencia con ellas sería importante, era por lo que Leary abogaba.

Matizó que se debe discutir de forma responsable, porque muchas personas han sido víctimas del abuso de las drogas; entonces, tampoco se puede hacer una apología de la intoxicación como la solución, sino que necesitamos regular, controlar y, sobre todo, saber qué se mete la gente.

Hotel Nirvana se escenificará en el Teatro de las Artes del Cenart (avenida Río Churubusco 79, colonia Country Club Churubusco) del 4 al 21 de abril. Los jueves, viernes y sábados a las 19 horas, y los domingos a las 18 horas. El costo de la entrada es de 150 pesos y es apta para mayores de 15 años.