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En México, los pintores de los años 90 son una generación perdida y maltratada, sostiene galerista
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▲ El espacio Picci Fine Arts estrena local y continúa con la tarea de dar promoción a los artistas, afirmaron en entrevista los galeristas Picci y Juan Pablo Aguilar.Foto Luis Castillo
 
Periódico La Jornada
Martes 19 de marzo de 2024, p. 5

La galería Picci Fine Arts estrena local y demuestra que sigue firme, con miras al futuro, legado de más de medio siglo del gestor cultural Ildefonso Poncho Aguilar Vázquez (1936-2020). El diplomático abrió su primera galería, Itatti, hace 54 años, en Hamburgo 202, en la entonces vibrante Zona Rosa.

En los años siguientes, el espacio tuvo varias sedes. Instalada ahora en la calle de Alpes, lo manejan sus hijos, Arturo, apodado Picci; Juan Pablo, y su nieta Ana Sofía. La línea de la galería siempre ha sido descubrir artistas e impulsar proyectos dentro y fuera del país, como la llamada toma del Balmori, edificio de la colonia Roma que se pretendía tirar. Salvaguardarlo fue el comienzo del rescate de esta zona de la ciudad.

La galería estuvo detrás de otra toma, la del edificio Rule, ubicado en la esquina de Eje Central y Madero, que también se pretendía derrumbar. Allí, se hizo un mural de 140 metros cuadrados en conjunto con La Quiñonera y la intervención de artistas como Pete Smith, Alberto Venegas, Antonio Gritón y Samuel Ramos. Ambos proyectos, así como la toma de las Vizcaínas, fueron creados y dirigidos por el artista Aldo Flores, director del Salón Des Aztecas, quien mantiene una relación de 35 años con la galería, y actualmente es su curador.

Picci Fine Arts abrió en diciembre pasado con la exposición Carlos Mérida vs. Mathias Goeritz, de 25 obras. La siguiente muestra, El amor con el hoy, tuvo que ver con la pintura abierta de Eloy Tarcisio, quien ha experimentado y pintado con materiales insólitos, como mole, tunas o chapopote. La próxima exposición individual es Abstractions, de la pintora y escultora Chica Ayala (Monterrey, 1974). También se prepara una de la artista surrealista Sofía Bassi (1913-1998).

La galería no trabaja de forma exclusiva con sus expositores; sin embargo, sí lo hace con un estudio en La Habana, de los pintores cubanos Ernesto Estévez, Juan Carlos Lemus, Yaciel Martínez y Gabriel Delgado, quienes cultivan el paisaje contemporáneo, género pictórico de mucha tradición en su país.

Respecto de la afición de Alfonso Aguilar por el arte, su gusto se inició al cursar estudios en Francia. Luego, al desempeñarse de diplomático –fue vicecónsul y cónsul en París, Tel Aviv y San Francisco–, su labor le permitió visitar galerías y conocer artistas internacionales, lo que incrementó su interés por el arte. Al regresar a México no siguió con su carrera de diplomático, sino que se dedicó a la promoción del arte. De acuerdo con Picci y Juan Pablo, su padre ayudó a formar grandes colecciones de arte en México.

En México expuso y se hizo amigo de los pintores relacionados con la Ruptura: Francisco Corzas, José Luis Cuevas, Arnaldo Coen y Francisco Toledo, por mencionar algunos. De la Zona Rosa, donde la galería también estuvo en las calles de Varsovia y Amberes, se mudó a la calle de Campos Elíseos, luego a Emerson, después a Mallorga, a Masaryk, todos, en Polanco. También se instalaron en un edificio de Bosques de las Lomas, con el nombre de Arcos Itatti. En 1999, otro hijo, Ildefonso Aguilar, empezó a editar la revista Arte Vance, en torno al arte contemporáneo.

A lo largo de 10 años, a partir de 2002, la galería no tuvo un espacio físico; se dedicó a la creación del Centro Cultural Clavijero, en Morelia, Michoacán, proyecto a cargo de Pichi Aguilar. Otra iniciativa de la galería fue la exposición del artista francés Daniel Hourdé, que se mostró en el Museo de la Cancillería.

En medio siglo, la escena del arte en México y el mundo ha cambiado radicalmente. Para Picci Aguilar, hay otra perspectiva: “se ha alineado con el mainstream, alejándose de lo mexicano, para identificar esferas que no son de aquí”. Según el galerista, hay una generación perdida; incluso, maltratada, de pintores surgidos en los años 90 del siglo pasado: No existen libros sobre esta generación, que tampoco ha sido estudiada por la academia. Expusimos a varios de ellos en Arcos Itatti.

Picci Aguilar señala que la promoción artística es una labor titánica, porque los artistas acaban siendo sus propios promotores. No hay galerías que lo hagan.

El más joven de los hermanos, Juan Pablo, historiador del arte, observa que hay un vacío respecto al papel del Estado: No colecciona, no promueve artistas, no invierte.

La exposición Abstractions, de Chica Ayala, se exhibe en Picci Fine Arts (Alpes 700A, Lomas de Chapultepec).