La exposición Mujeres: Rufino Tamayo, con impresiones de cuerpos poco arquetípicos del arte mexicano, es una de las actividades centrales que se preparan con el fin de conmemorar el aniversario 125 del natalicio del pintor, muralista y grabador, que se celebrará el 25 de agosto.

La belleza nada convencional de sus mujeres surge de las formas litúrgicas de un culto antiguo por la fuerza primitiva de la fertilidad, así como de la gracia aérea de los juguetes con que los niños indios distraen su tiempo, decía el artista, como consignó Juan Carlos Pereda en un estudio sobre la obra gráfica y esta serie de litografías, en las que retoma el tema del cuerpo femenino desnudo.

Lucina Jiménez, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), anunció que se preparan 125 actividades en honor del gran maestro del color, uno por cada año cumplido desde su nacimiento, en 1899, en Oaxaca de Juárez. Se incluyen exposiciones, convocatorias, foros académicos y de investigación, artes escénicas, formación artística, así como de mediación en la red de museos.

Sentido humanista

La carpeta Mujeres, que Rufino Tamayo imprimió en el Taller Mourlot, en París, en 1969, es el eje de la muestra que abrirá en noviembre con la curaduría de Pereda, uno de los conocedores de la obra del artista. Los cuerpos femeninos, se adelanta, tienen su génesis en la escultura prehispánica y el arte popular mexicano; otros presentan una vinculación con las vanguardias europeas de mediados de siglo XX.

Se trata de una serie de 12 litografías a color para la Casa Touchstone and Co, de Nueva York, que luego exhibió en la Ciudad de México en la galería Misrachi, y en otras en Estados Unidos.

El experto señaló en 2004 que los cuadros de Tamayo tienen gran sentido humanista y un valor estético que no se puede comparar a un precio, pues el mercado no lo es todo. El valor de un artista se aprecia en los museos y deviene las instituciones culturales.

En una detallada cronología del artista, la curadora e investigadora Ingrid Suckaer indicó que después de sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, José Vasconcelos, entonces secretario de Educación, le ofreció al veinteañero un trabajo de dibujante en el Museo Nacional de Arqueología, Historia y Antropología. Al observar las piezas prehispánicas y de arte popular, encontró una de sus grandes influencias. Él mismo afirmaría: A todo lo hermoso que encontré en el museo le debo lo que he hecho de mi carrera; fue la reafirmación de mi vocación.

Con fascinación por la herencia precolombina, Rufino Tamayo se deslindó de los tres grandes del muralismo, quienes, con una visión nacionalista, marcaron la pauta de la plástica en ese momento. Desde su juventud ya opinaba que pintar indios en los muros era hacer folclor para el extranjero. Se lanzó a Nueva York y París para abrirse camino fuera de México.

En 1966, Tamayo publicó Mi doctrina estética, donde definió que la pintura moderna busca expresar el tiempo, introducir la cuarta dimensión en los cuadros. (...) El artista, como el luchador social, como el científico, necesita utopías.

El Museo de Arte Moderno, que este año también cumple su 60 aniversario, va aunado al gran artista vanguardista, pues en su apertura se incluyó una retrospectiva con 71 cuadros, la mayoría procedentes de Estados Unidos y Europa.

Con las décadas se convirtió en uno de los pintores más admirados, preocupado por la excelencia técnica y estética, aportó un lenguaje novedoso y propositivo, además de ser uno de los más valorados en las subastas internacionales. El 125 aniversario de su nacimiento es una de las grandes fechas a conmemorar este año.

Desde el ámbito de la danza también se prepara un homenaje al legado del pintor oaxaqueño con el proyecto La sombra del alba, informó Cecilia Lugo, directora del Centro de Producción de Danza Contemporánea. Algunos temas, colores y conceptos que propuso Tamayo en su vasto universo pictórico se incorporan en la propuesta que se presentará en agosto, partiendo de una mirada ritual y poética de la cosmogonía indígena.

La Universidad Autónoma Metropolitana empezó en enero el festejo en honor a Tamayo con la exposición La metamorfosis del color, en la que invitó a artistas a intervenir 33 esculturas con la forma de una rebanada de esta fruta emblemática de los lienzos. Las piezas de resina, de 2 metros de ancho por 1.55 de alto, lucen paisajes mexicanos y se exhiben en el plantel Xochimilco.

Mujeres: Rufino Tamayo se presentará en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo a partir del 28 de noviembre.