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Propone Georgette Rivera conectarse con uno mismo para transitar Del dolor al amor
 
Periódico La Jornada
Miércoles 14 de febrero de 2024, p. 5

Aunque reconoce que el terror al miedo y el dolor es muy común, la terapeuta y escritora Georgette Rivera propone darles un giro y aprovecharlos como una oportunidad para obtener un aprendizaje.

Para ello, es imprescindible conocer su origen emocional y espiritual, sostiene la también conferencista, quien no tiene reparo de ser considerada médium, vidente y, ¿por qué no?, bruja.

“El miedo y el dolor son interruptores que encienden o apagan la luz, eso depende de cada quien, lo importante es saber qué hacer con lo que sucede en esos momentos que, como se dice de manera coloquial, ‘no se tiene cabeza’”, apunta.

Descendiente vía materna del legendario jefe indio Gerónimo, líder militar de los apaches Bendoke, la especialista aborda el tema en el libro Del dolor al amor: Encuentra la sanación emocional a través del cuerpo y el alma, publicado por editorial Grijalbo.

Esta obra es resultado de un momento en el que la autora perdió la fe y emprendió un complejo viaje geográfico y espiritual para recuperarla, en cuyo camino entendió que esa pérdida es también una enfermedad, según explica en entrevista.

En su opinión, la humanidad se encuentra hoy inmersa “en una carencia impresionante de propósito; y no sólo son los chavos, sino también los adultos de 40, 50 y 60 años, que admiten que no saben qué quieren ni hacia dónde van y ya no les gusta nada.

Ahí es cuando uno se da cuenta de que falta fe y un elemento que considero no terrestre. Cuando te conectas a esa fe y a esa fuente, ese elemento llega a tu vida, se llama voluntad. Ésta no es de este plano, sino que se trabaja a niveles superiores de conciencia, ese espacio donde tú puedes empezar nuevamente a restablecer tu conexión con el plano superior.

Hija de médicos, Georgette Rivera estudió literatura en la Universidad Iberoamericana, donde también impartió clases. Ha combinado su carrera con la práctica de terapias holísticas y el desarrollo de técnicas de meditación que aprendió del budismo.

Bruja, oráculo o vidente, yo me considero normal

Aunque refiere que muchas personas acuden a ella por su condición de terapeuta, aclara que la mayoría lo hace para saber cosas de su presente y futuro: quieren que les diga qué les va a pasar.

De allí que no tenga empacho en ser considerada bruja, porque te pueden ver como tal o cómo oráculo o vidente, pero yo me considero normal. Creo que todas las personas, si conectan con ellas mismas, tienen la capacidad de ser clarividentes y ver su destino; eso depende de la confianza y de la fe que se tenga cada uno a sí mismo.

Explica que, si bien al miedo siempre se le ha tenido terror, aversión, repulsión y coraje, ella lo asume más bien como una oportunidad, al tratarse de un indicador o marcador que le dice a la gente dónde está.

Hay personas que pueden tener ese miedo 20, 30 años, pero la única manera de superarlo es enfrentándolo. No hay que darle tanto poder, porque si no te domina y paraliza. En realidad, a lo que uno siente miedo es a sentir feo, de que te den una mala noticia, que digan que alguien enfermó o murió, y a nadie le gusta sentir feo, afirma.

De lo que no nos damos cuenta es de que eso nos permite ser más humanos, porque en el momento que pasas por esas sombras y esa situación tan agobiante y estresante, eres una persona completamente diferente. Claro, va a depender de cómo lo tomes, cómo lo veas, cómo lo sientas, cómo lo percibas, pero el miedo es algo que te permite atravesar umbrales oscuros y salir a la luz.

Del dolor, dice que se trata de un aspecto más leve y atenuado que el miedo, porque se puede enfrentar de una manera más sencilla; por ejemplo, si se trata de una afección física, con tratamiento médico.

Sobre el libro Del dolor al amor, la autora destaca que su principal virtud es permitir darnos cuenta de que somos mucho más que un cuerpo físico y que debemos cuidarlo: Afortunada o desafortunadamente, tenemos libre albedrío y nadie puede decidir por nosotros algo mejor. Es decir, elegimos, decidimos y el resultado se expresa en lo que nuestro cuerpo físico es hoy; es un espejo de lo que somos.