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Bajo nivel del río Suchiate permite a migrantes cruzarlo caminando
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▲ Ante la bajada del río Suchiate, comerciantes informales construyeron canales artificiales por los cuales pasan mercancías en balsas.Foto Édgar Clemente
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 6 de febrero de 2024, p. 16

Suchiate, Chis., El nivel del río Suchiate, límite natural entre México y Guatemala, registra un nivel de apenas 50 centímetros, lo que facilita el cruce de migrantes.

Didier Solares, secretario de Protección Civil del municipio de Suchiate, señaló en entrevista que el cauce, caudaloso en verano y otoño, tiene hoy una altura de aproximadamente 50 centímetros; se puede pasar caminando de un lado a otro; está muy bajo. Nos encontramos en el tiempo más seco del año.

Apuntó que el nivel del río comenzó a descender en enero pasado y por eso los comerciantes informales construyeron espigones de arena para formar canales por los cuales movilizar mercancías en las balsas que utilizan, hechas con tablas y cámaras de neumáticos.

El venezolano Richel Soles llegó a la frontera sur la madrugada del domingo y pagó 100 dólares para cruzar a México a bordo de las balsas junto con cinco miembros de su familia, entre ellos dos menores de edad. Comentó que al amanecer se percató de que no hubiera necesitado la balsa para cruzar el Suchiate.

Aseguró que muchos otros migrantes pasaron caminando y que Guatemala fue el peor de los seis países que ha cruzado, debido a que los policías le quitaron su dinero y pertenencias. Se subieron al autobús y empezaron a requisar a todos, le metían la mano a las mujeres y a los niños, a un muchacho le dieron una cachetada, eso fue un abuso, recordó.

En el lado mexicano del Suchiate, unos 500 migrantes hicieron fila ayer para registrarse en un módulo del Instituto Nacional de Migración y de la Guardia Nacional, donde les ofrecen autobuses para llevarlos a Tapachula o Tuxtla Gutiérrez, señaló un agente migratorio.

Nosotros llevamos cuatro días aquí, durmiendo en el suelo, nos dicen que nos van a ayudar, pero no hay avance, afirmó la hondureña Érika Alvarado, quien esperó junto con su esposo y dos hijos ser atendida por autoridades mexicanas.

Desesperados, decenas de migrantes suelen rechazar el traslado al interior del estado y siguen a pie hacia Tapachula, burlando al menos tres puntos de inspección migratoria y de la Guardia Nacional que se encuentran instalados sobre la carretera internacional.