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Aunque se ha afectado a negocios, los vecinos están a favor de las obras
 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de enero de 2024, p. 28

Residentes y locatarios de las colonias Molino de Santo Domingo y El Capulín, en la alcaldía Álvaro Obregón, se expresaron a favor de que siga la construcción del Tren Interurbano México-Toluca, al recordar que hace más de 50 años aún no estaba entubado el río Tacubaya, operaban dos tabiqueras y permanecían las minas de arena donde ahora se ubican decenas de casas.

Sin embargo, comentaron que enfrentan situaciones adversas por las obras, que van desde pérdidas económicas hasta daños causados al drenaje y a las tuberías de agua de algunos establecimientos, además de que las ardillas y tlacuaches emigraron a partes más bajas de la presa Tacubaya.

Los entrevistados dijeron que negocios como vulcanizadoras, hojalaterías, talleres mecánicos, locales dedicados a la venta de artículos para motocicletas y alarmas para vehículos han resultado con afectaciones en sus ingresos de alrededor de 70 por ciento.

Hace ocho meses que el drenaje de la vulcanizadora R-24 colapsó por los trabajos de las máquinas perforadoras, lo que ha provocado que sus empleados tengan que caminar al mercado de Santo Domingo al sanitario, pues el drenaje de su establecimiento tiene una fractura, que no sabemos dónde se ubica.

Un taller mecánico también resultó con daños en la tubería del agua, por lo que ahora depende de la solidaridad de los vecinos para su abastecimiento, además de que el sanitario también fue deshabilitado.

En tanto, un automovilista relató que en lo que va del año por lo menos en 10 ocasiones ha acudido a la vulcanizadora porque se le han ponchado las llantas de su vehículo por clavos o tornillos que dejan en las calles de las inmediaciones de la avenida Las Torres y río Tacubaya.

Ricardo Ramírez, quien vive en la esquina de la calle Santa Cruz, colonia Santo Domingo, desde hace cuatro décadas, está a favor de la obra a pesar de que su casa se cimbra cuando trabajan las perforadoras.

José Vázquez, de 79 años, recordó que antes pasaba el río, el agua estaba limpia, había dos tabiqueras con horno y estaban las minas de arena; me acuerdo cuando sacaban el tepetate. Por eso ahora pusieron las tres bases de cemento anchas para evitar perforar el tubo del río, hicieron estudios hace semanas, yo tengo casi 80 años y quiero subir al tren.

Carlos Vargas, de 60 años, rememoró: cuando éramos niños aquí jugábamos, aquí pasaba el río y se inundaba cuando llovía, se veía limpia el agua. Era un bosque de aquí hasta el Metro Observatorio, y le pusieron El Capulín porque estaba lleno de ellos, había muchos árboles frutales. Cuando empezó a llegar la gente se empezó a ensuciar el río.