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El director y Edward Said, por el arte, la paz y el diálogo
 
Periódico La Jornada
Lunes 15 de enero de 2024, p. 3

El pianista y director de orquesta Daniel Barenboim fundó junto con Edward Said (1935-2003), quien fue colaborador de La Jornada y uno de los intelectuales más polifacéticos y prolíficos del siglo XX, la orquesta West-Eastern Divan, integrada por israelíes, palestinos, egipcios, sirios, libaneses y jordanos, con la finalidad de desarrollar la formación musical de los jóvenes, así como para fortalecer un enriquecimiento intercultural.

Entre Barenboim y Said surgió una amistad basada en debates y conversaciones sobre música, cultura y humanismo. Said es autor del libro Orientalismo, donde critica la visión eurocentrista con la cual se minimiza la importancia de las visiones y el desarrollo de los pueblos de Medio Oriente.

Los primeros años de la agrupación transcurrieron en Weimar, Alemania, y en Chicago, Estados Unidos, entre 1999, 2000 y 2001, respectivamente. Fue hasta 2002 que, gracias al apoyo de la Junta de Andalucía, esta ciudad alojó el proyecto, al cual también se sumaron músicos españoles. Sin embargo, la orquesta es gestionada desde la Daniel Barenboim Stiftung, en Berlín.

Música, el lenguaje universal

Ante la guerra declarada entre Israel y Palestina, en la que han muerto miles de personas, la West-Eastern Divan funge como espacio vital para fomentar el arte, la paz y el diálogo en los pueblos en conflicto mediante el lenguaje universal de la música.

La convivencia y la colaboración entre los músicos simbolizan la superación de diferencias políticas y culturales entre los países representados. Lamentablemente, la música no basta para resolver la compleja problemática entre estas dos naciones, pero desde la Fundación Barenboim-Said creemos que es una poderosa herramienta con la cual romper barreras hasta ahora consideradas infranqueables, se explica en su página oficial.

Uno de sus lemas es: Aspiramos a la libertad e igualdad absolutas entre israelíes y palestinos; ésta es la razón por la que nos reunimos y hacemos música.

El taller ha demostrado que la convivencia y el entendimiento entre personas de sociedades históricamente enfrentadas es posible.