Managua. Seis sacerdotes católicos, entre ellos un obispo y el vicario general de la Arquidiócesis de Managua, fueron detenidos en los últimos días en Nicaragua, como parte de una intensificación de la persecución policial contra la Iglesia, denunciaron ayer autoridades religiosas y voceros de la oposición.

El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, indicó que antier fueron arrestados el padre Pablo Villafranca, de la parroquia Nuestro Señor de Veracruz, en Nindirí, Masaya, y el sacerdote Héctor Treminio, tesorero de la Arquidiócesis de Managua y párroco de la iglesia Santo Cristo de Esquipulas, ambas al este de la capital.

Durante la jornada, según las autoridades religiosas, se conoció la detención de monseñor Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis de Managua, la más importante del país y que administra el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo capitalino.

Me indigna el injusto secuestro de tres queridos sacerdotes de Managua de parte de la cruel dictadura sandinista, escribió monseñor Báez en la red social X, exiliado desde 2019 por su oposición al gobierno de Daniel Ortega.

También se denunció el arresto de Fernando Calero, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Fátima de la localidad rural de Rancho Grande, del norteño departamento de Matagalpa.

A la lista de los últimos arrestos se agrega, según Molina, el de monseñor Marcos Díaz Prado, vicario de la iglesia Santo Tomás Apóstol del Puerto de Corinto. No existe una acusación formal contra de él, pero no se tiene información de su paradero, escribió ayer la abogada Martha Patricia Molina en su cuenta de X.

El 20 de diciembre pasado se reportó la detención de monseñor Isidoro Mora, obispo de Siuna, una localidad minera en la región norcaribe de Nicaragua. Horas antes, Mora se refirió en una homilía al caso de Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa que está preso y condenado a 26 años de cárcel por traición a la patria, tras negarse a ser deportado a Estados Unidos junto a 222 opositores excarcelados en febrero pasado.