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Hamas ha resistido más de lo previsto

Israel jura continuar hasta el fin, a pesar de pérdidas y presiones
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▲ Soldados israelíes vigilan un camión atestado de palestinos detenidos ayer en Gaza. El ejército ha intensificado las redadas como parte de su ofensiva terrestre, mientras busca consolidar su control sobre las áreas evacuadas en el norte.Foto Ap
The Independent
Periódico La Jornada
Viernes 15 de diciembre de 2023, p. 28

Tel Aviv., Israel juró continuar la lucha en Gaza hasta aplastar a Hamas, después de una de las batallas más letales de esta guerra para sus soldados, y a pesar de enfrentar cada vez más llamados internacionales a un cese del fuego, así como la incomodidad de su aliado más cercano, Estados Unidos.

La emboscada fue un recordatorio de que Hamas aún es capaz de pelear, después de seis semanas de ataques devastadores destinados a destruir sus capacidades militares. Israel ha impuesto un sitio total y ha allanado gran parte del norte de Gaza con una campaña masiva por aire y por tierra, expulsando de sus hogares a cientos de miles de personas.

La resiliencia de Hamas ha puesto en duda si Israel puede derrotarlo sin arrasar con Gaza. El apoyo a Hamas ha aumentado entre los palestinos, en parte por la firme resistencia del grupo militar ante un enemigo mucho más poderoso; en tanto, el aliado más importante de Israel, Washington, ha expresado creciente incomodidad por las muertes de civiles, en lo que es ya una de las campañas militares más devastadoras del siglo XXI.

“Continuaremos hasta el final, no hay discusión –expresó el primer ministro Benjamin Netanyahu la noche del miércoles–. Lo digo incluso considerando el gran dolor y la presión internacional. Nada nos detendrá”.

El consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, llegó a Israel este jueves. Habló de la posibilidad de que los ataques israelíes contra Gaza se centren en operaciones de menor intensidad contra objetivos de alto valor, aunque sería irresponsable dar plazos concretos para ese cambio, según declaró a la prensa un alto funcionario de la administración.

Su país ha presionado a Israel para que tome más medidas para evitar muertes de civiles, y el presidente Joe Biden dijo a principios de esta semana que Israel perdía apoyo internacional por su bombardeo indiscriminado.

Quiero que se concentren en cómo salvar vidas civiles, no que dejen de perseguir a Hamas, sino que tengan más cuidado, reiteró Biden este jueves a periodistas en Washington.

La emboscada ocurrió el martes en el densamente poblado distrito de Shijaiyah, en la ciudad de Gaza, que fue también escenario de una batalla importante durante la guerra de Israel y Hamas en 2014. Entre las bajas israelíes están dos oficiales de alto rango. Un total de 116 soldados han perecido en la ofensiva terrestre, que comenzó el 27 de octubre.

Intensos combates han persistido en Shijaiyah y otras zonas en el este de la ciudad de Gaza y sus alrededores, que fueron rodeados en los primeros días de la guerra. Decenas de miles de personas permanecen en el norte, pese a repetidas órdenes de evacuación, pues señalan que no se sienten seguras en ningún lugar de Gaza o temen que nunca regresarán a sus hogares si los dejan.

Enormes pérdidas humanas

El asalto israelí por aire y tierra, lanzado en respuesta al inédito ataque de Hamas en el sur de Israel, el 7 de octubre, ha cobrado la vida de más de 18 mil 600 palestinos, de acuerdo con el ministerio de salud de Gaza, gobernada por Hamas.

El ministerio no hace diferencias entre las muertes de civiles y combatientes. Su recuento más reciente no especifica cuántos fueron mujeres y niños, pero en informes pasados éstos han constituido alrededor de dos tercios de las víctimas mortales. Cientos más están perdidos y se teme que estén muertos debajo de las ruinas.

Casi 1.9 millones de palestinos han sido obligados a salir de sus hogares y la mayoría buscan refugio en el sur, aun cuando Israel ha continuado atacando los que considera objetivos militares en todas partes del territorio, a menudo matando mujeres y niños.

Residentes reportaron ataques israelíes nocturnos en Rafá, la población más sureña, en la frontera con Egipto. Un reportero de la agencia Ap vio que llevaban 27 cuerpos a un hospital local el jueves en la mañana.

Nuevas órdenes de evacuación, emitidas a principios de este mes, cuando las tropas israelíes avanzaban hacia la ciudad sureña de Jan Yunis, han puesto a los albergues operados por Naciones Unidas en un punto de quiebre, por lo que la gente ha tenido que instalarse en tiendas de campaña en zonas aún menos apropiadas.

En días recientes, fuertes lluvias y frío se han agregado a las miserias, inundando los campamentos y forzando a las familias a aglomerarse en torno a hogueras para conservar el calor.

Israel ha cerrado Gaza a casi toda ayuda humanitaria, y las agencias de la ONU han batallado para distribuir la poca que entra después de la expansión de la ofensiva hacia el sur, a causa de los combates y el cierre de caminos. Casi ninguna ayuda ha llegado al norte desde el principio de la guerra.

Creciente apoyo a combatientes

Tal vez Israel tenía la esperanza de que la guerra y sus rigores volverían a los palestinos en contra de Hamas y acelerarían su caída, pero, como en anteriores episodios de violencia, parecen estar teniendo el efecto contrario.

Una encuesta realizada por el Centro Palestino para Políticas e Investigación de Sondeos encontró que 44 por ciento de los encuestados en Cisjordania ocupada expresaron apoyo a Hamas, contra sólo 12 por ciento en septiembre. En Gaza, los militantes obtuvieron un apoyo de 42 por ciento, un aumento sobre el 38 por ciento de hace tres meses.

Sigue siendo una minoría en ambos territorios, pero incluso muchos palestinos que no comparten el objetivo de Hamas de destruir a Israel, y que se oponen a los ataques a civiles, ven que resiste la ocupación israelí de tierras que ellos desean para un Estado futuro, ocupación que ha durado décadas.

Al mismo tiempo, la encuesta mostró un abrumador rechazo al presidente palestino, Mahmoud Abbas, apoyado por Estados Unidos: 90 por ciento dicen que debe renunciar. El gobierno de ese líder de 88 años es visto por la mayoría de los palestinos como un cómplice corrupto y autocrático de la ocupación, porque trabaja con Israel para suprimir a Hamas y otros grupos militantes.

Estados Unidos quiere que la Autoridad Nacional Palestina (ANP), reconocida internacionalmente y que administra partes de Cisjordania ocupada por Israel, también gobierne Gaza. Hamas arrebató Gaza a la ANP en 2007. Washington quiere también revivir el proceso de paz para negociar la creación de un Estado palestino.

El gobierno de Netanyahu se opone con firmeza a un Estado palestino y ha advertido que mantendrá el control informal de la seguridad en Gaza.

La noche del miércoles, el líder supremo de Hamas, Ismail Haniyeh, expresó que cualquier plan para Gaza que no involucre a Hamas es una ilusión y un espejismo, aunque matizó que el grupo está abierto a detener los combates. Haniyeh vive exiliado en Qatar, pero no estaba claro dónde se encontraba cuando hizo esos comentarios.

Los israelíes siguen dando fuerte apoyo a la guerra y la consideran necesaria para prevenir una repetición del 7 de octubre, cuando Hamas irrumpió en su territorio a través de las defensas que tanto presumen. Militantes palestinos atacaron comunidades del sur israelí ese día y mataron a unas mil 200 personas, la mayoría civiles, y se llevaron a 240 en calidad de rehenes.

Más o menos la mitad de los rehenes, casi todos mujeres y niños, fueron liberados el mes pasado, durante un cese del fuego de una semana, a cambio de la liberación de 240 prisioneros palestinos retenidos por Israel.

En este contexto, el ejército israelí publicó grabaciones, difundidas por la agencia Ap, de soldados que vigilan a decenas de hombres que salen en fila y con las manos en alto del hospital Kamal Aswan, en Beit Lahia, una población del norte de Gaza que está bajo asedio. Los militares sacaron del edificio cuatro fusiles y los colocaron en el suelo junto con varios cargadores.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya