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A 5 años de la ENPA: logros y pendientes 
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l lunes 11 de diciembre se presentaron los resultados de la Estrategia Nacional de Prevención de las Adicciones Juntos por la paz (ENPA), a cinco años de su implementación; una oportunidad para revisar avances y limitaciones y reconocer los pendientes para la siguiente administración.

El primer y más importante logro está en el diseño de la estrategia misma, que representó un cambio histórico en la política de drogas mexicana. En sus objetivos, la ENPA se distanció de los discursos de gobiernos anteriores al poner a las personas, y no a las sustancias, en el centro de la estrategia. Se propuso dejar atrás la criminalización de los usuarios de drogas y aproximarse a la atención a esta población desde un enfoque de salud y no de seguridad.

Adicionalmente, representó una ruptura con el paradigma abstencionista, asumiendo que lo contrario a las adicciones no es el abandono del consumo, sino la garantía de derechos. A partir de esto, reconoció la reducción de riesgos y daños como estrategia de atención, que ha probado su eficacia a nivel internacional.

En cuanto a la implementación, el trabajo liderado por Conadic, después Conasama, en conjunto con instancias federales, sentó las bases hacia el cambio de paradigma. Desde una lógica comunitaria y de derechos humanos, se implementaron programas para la reconstrucción del tejido social (dañado profundamente por las estrategias previas), capacitaciones a profesionales y servidores públicos con atención integral a la salud física y mental a personas usuarias de drogas.

En congruencia con los principios de la estrategia, Conadic y Conasama intro-dujeron una perspectiva de género y antirracista a sus labores, se enfocaron en las poblaciones con mayor vulnerabilidad e incluyeron a migrantes en su trabajo. Finalmente, construyeron las bases para la incorporación de la reducción de riesgos y daños en las políticas de atención al consumo de sustancias sicoactivas. Estos esfuerzos no quedanexentos de oportunidades para mejorar; sin embargo, son elementos valiosos que deben ser retomados en el futuro.

A pesar de los avances que representó, la ENPA no logró distanciarse enteramente del modelo que le antecedió, reproduciendo factores preocupantes. Sostuvo la separación entre las políticas para abordar la oferta y la demanda de drogas, y dejó a la primera en el ámbito de la seguridad. Esta disociación proviene del modelo de drogas internacional impulsado por Estados Unidos y que dio forma a las estrategias de los gobiernos de Calderón y Peña Nieto.

Al dar continuidad a esta estrategia, mientras iniciativas regulatorias como la de la cannabis se dejaron en la congeladora legislativa, la ENPA no logró poner en práctica el objetivo de transitar de políticas de drogas securitizadas a un modelo enfocado en la salud y los derechos humanos. Romper con esta separación es, sin duda, el principal pendiente para el próximo sexenio.

Por otro lado, en cuanto a la implementación de estrategias de comunicación y educación, se mantuvo al margen a los equipos capacitados de Conadic y Conasama en la elaboración de contenidos. Tanto en la campaña En el mundo de las drogas no hay final feliz como en la de Si te drogas, te dañas, se desperdició la oportunidad de informar adecuadamente a la población y se replicaronmensajes alarmistas, clasistas y racistas, en contradicción directa con los principios de no discriminación y no criminalización enunciados en la ENPA.

El gobierno actual entendió que la estrategia promovida por administraciones previas nos ha heredado profundos daños sociales y diseñó una estrategia sin precedentes en nuestro país. No obstante, el miedo a las drogas que ha sido instrumentalizado durante décadas para legitimar las políticas de drogas –que este gobierno quería abandonar– se impuso sobre la posibilidad de implementar la estrategia como había sido diseñada. Esta administración abrió la puerta al cambio, la próxima tendrá que profundizar la transformación dándole forma a una verdadera nueva política de drogas mexicana.