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México, SA

México: del SAM al Tío Sam // Débil soberanía alimentaria // ¿Y la autosuficiencia?

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▲ Cosecha de maíz en una granja de Illinois, Estados Unidos, país que se ha convertido en el principal proveedor de productos agrícolas para México, ante el fracaso de sucesivos programas sexenales para garantizar la autosuficiencia alimentaria.Foto Ap
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uando menos en los últimos 43 años, los mexicanos han visto pasar infinidad de programas públicos tendientes, todos ellos, a garantizar la autosuficiencia y soberanía alimentarias, por ser el nuestro un país con plena capacidad para alcanzar esas metas. En los hechos, cada día depende más de los mercados externos y desde hace tres lustros la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lo incorporó a su inventario de importadores netos.

Entre lo más reciente, La Jornada (Braulio Carbajal y Alejandro Alegría) informó que México, uno de los mayores productores de alimentos del mundo, importó más de la mitad de los granos básicos que consumió la población entre enero y septiembre de este año, reveló un reporte del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA). Durante los primeros nueve meses del año nuestro país produjo 20 millones 977 mil toneladas de maíz, frijol, arroz, trigo, sorgo y soya. No obstante, el consumo de la población en el mismo periodo ascendió a 44 millones 644 mil toneladas, por lo que tuvo que importar 24 millones 421 mil toneladas, es decir, 55 por ciento de la demanda interna. Por estas adquisiciones en el mercado foráneo se erogaron 9 mil 288 millones de dólares.

Algo más: las importaciones de granos básicos, encabezadas por el maíz, crecieron 6.4 por ciento anual, un nivel sin precedente para un periodo similar. De acuerdo con el GCMA, entre enero y septiembre México importó 14.6 millones de toneladas de maíz, por lo que apunta a romper el récord del año pasado, que fue de 17.5 millones de toneladas (ídem).

En marzo de 1980, José López Portillo, entonces inquilino de Los Pinos, presentó en sociedad su Sistema Alimentario Mexicano (SAM), un ambicioso programa que establecía metas de consumo y medios para satisfacerlas desde dos vertientes fundamentales: rápido aumento en la producción de alimentos básicos y apoyos múltiples al consumo de las mayorías empobrecidas de México; el país tiene todas las posibilidades, históricas y materiales para tomar un rumbo que revierta vigorosamente tendencias que, en estos momentos de graves definiciones internacionales, nos pueden conducir a la desnacionalización por la vía de la dependencia económica y tecnológica... (estamos ante) la quizá irrepetible y única posibilidad de satisfacer sin concesiones innecesarias nuestro gran potencial de crecimiento, ampliando la base productiva y el mercado interno, sentando así bases sólidas de soberanía y de una economía eficiente y poderosa.

Su relevo en Los Pinos, Miguel de la Madrid, a su vez presentó su Programa Nacional de Alimentación (Pronal), que en esencia prometía lo mismo que el SAM y se comprometía a reducir en cuando menos 30 por ciento la importación de alimentos. El SAM y el Pronal fracasaron rotundamente y su consecuencia inmediata fue comenzar a abrir la puerta de otro Sam, el tío del norte.

Con todo, fue Carlos Salinas de Gortari quien abrió esa puerta de par en par con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el cual estableció cupos de importación (especialmente para maíz) para el mercado agropecuario, que el gobierno mexicano fue el primero en violar. A partir del primer día de enero de 2008 y dentro del marco del TLCAN, ese mercado quedó totalmente liberado, y desde 1994 año tras año México se abastece de forma creciente de los grandes corporativos estadunidenses, a quienes paga miles y miles de millones de dólares para garantizar el abasto interno.

Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto pusieron en marcha sus respectivos programas alimentarios (todos prometían lo mismo) y el resultado ha sido alarmante, porque a estas alturas de lo mucho o poco que los mexicanos llevan a sus mesas, más de la mitad proviene del exterior, es decir, no del SAM, sino del Tío Sam. Así, el estómago nacional depende del mercado foráneo –el gringo en primer lugar–, con lo que ello implica para la soberanía alimentaria, y en la actual administración la tendencia no se ha modificado.

Por cierto, antes del TLCAN, México era autosuficiente en producción de maíz.

Las rebanadas del pastel:

Entre hampones se entienden: nueve impresentables ex mandatarios latinoamericanos (entre ellos Fox y Borolas) apoyan al demencial candidato argentino Javier Milei, quien deberá agradecer su derrota del próximo domingo al peruano-español Vargas Llosa, pues cuando éste se pronuncia a favor de un aspirante, irremediablemente pierde las elecciones. Bien hecho, Mario, otra vez… Y Marcelo, de pena ajena.

Twitter: @cafevega