"La Jornada del Campo"
Número 193 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Sembrando vidas 2
 Cortesía Secretaría del BienestarCortesía Secretaría del Bienestar

Evaluando Sembrando Vida

Desde mayo del 2023, la llamada Mesa Agroforestal* integrada por 10 académicos con una amplia experiencia en los temas agrarios, el desarrollo de comunidades campesinas e indígenas y el manejo sustentable de los bienes y servicios de la naturaleza, ha venido trabajando en el análisis y evaluación del Programa Sembrando Vida (PSV). Convocados por la Secretaría del Bienestar han revisado la estructura y funciones del programa, realizado visitas de campo, participado en tianguis, dialogado con otros grupos evaluadores, y revisado documentos y bases de datos. Las siguientes notas, fruto de la discusión colectiva, fueron presentadas en la reunión “Diálogos con Sembrando Vida” llevada a cabo el pasado 9 de octubre en Los Pinos, Ciudad de México.

LA EVALUACIÓN

Evaluar de manera pertinente y rigurosa al Programa Sembrando Vida (PSV) es una empresa altamente compleja por tres razones: a. La enorme dimensión del programa que se extiende ya por 1,000 municipios del país con 455,000 sembradoras y sembradores en una superficie de 1,400,000 hectáreas. b. Porque reúne y combina toda una gama de dimensiones que ameritan un abordaje integral, interdisciplinario y trans-escalar, como el de la sustentabilidad; y c. por el gigantesco apoyo económico que recibe, la inversión anual pasó de 14,648 millones en 2019 a 37 mil millones en 2023, lo que supone un diagnóstico de lo financiero muy detallado. A la fecha las escasas publicaciones en forma de artículos científicos o libros, solo constituyen análisis parciales, “microscópicos” o unidimensionales del PSV. El Programa es uno de los proyectos mejor concebidos y estructurados en las políticas públicas sobre el mundo rural o agrario del país. No es un proyecto asistencial pues ofrece a los actores o beneficiarios herramientas para su propia ilustración y empoderamiento. Se trata de una experiencia legítima, esperanzadora y valiosa para el país y para el mundo. Tras una revisión de programas similares, hemos concluido que en el contexto internacional el PSV es el segundo de mayor importancia en el mundo (después de los de India), tanto por su extensión en los territorios como por el número de participantes, y es el más importante de todo el continente americano, pues ya supera lo realizado en Cuba y Brasil.

LOS CINCO PILARES DEL PSV

La primera consideración general es su valoración dentro del contexto de la tremenda crisis ambiental y social que hoy vive el mundo contemporáneo, es decir sus aportes positivos para superarla. El PSV lleva a la práctica al menos cinco nuevos paradigmas largamente propuestos, reflexionados, analizados y consensuados en los círculos más críticos del mundo académico. Estos paradigmas fueron apareciendo como una reacción a la enorme preocupación mostrada por diferentes grupos de investigadores de diferentes campos frente a la crisis del mundo contemporáneo. Al llevarlos a la práctica, el PSV los ha convertido en sus propios pilares. La primera dimensión es la agroecológica y se cumple mediante el manejo combinado en cada Centro de Capacitación Campesina (CAC) del vivero (las plantas), el sistema de riego (el agua) y la biofábrica (el suelo) que alimentan el proceso de reforestación sin agroquímicos y bajo conceptos de una agricultura orgánica y de agroforestería. Su máxima expresión son los 100,000 cafetaleros que siembran y cultivan jardines agroforestales con una enorme diversidad de especies útiles. El segundo paradigma que aplica es la economía social y solidaria que se practica mediante la existencia de 18,000 cooperativas (los CACs) cada uno formado por 25 sembradores, en cada uno de los cuales existe una “caja de ahorro”, donde se reparten los beneficios de manera equitativa y se asignan funciones y compromisos diversos. Ello estimula procesos económicos locales y de circulación corta, así como ferias, tianguis y festivales de escala regional. Un tercer pilar es cultural desde el momento en el que el PSV reconoce la existencia de saberes valiosos en l@s sembradores, resultado de su propia experiencia y de lo aprendido mediante la herencia cognitiva de sus propias comunidades, con antigüedades de decenas, cientos y miles de años. El “diálogo de saberes” toma forma entonces en el intercambio de conocimientos entre l@s sembrador@s y los técnicos ambientales y sociales, que supone la revalorización del conocimiento tradicional tanto de los sembradores campesinos como los de origen indígena (195,000 sembrador@s o 43%). El PSV también practica la democracia participativa o directa, el cuarto pilar, puesto que en cada cooperativa las decisiones se toman en asambleas, y ahí se nombran sus propias autoridades y se organizan comisiones diversas. También porque al conjuntarse varios CACs (decenas, centenas y miles) se eligen representantes de manera democrática. Finalmente, el quinto paradigma es la masiva participación de las mujeres (142,000 sembradoras o 32% del total), con los mismos derechos y obligaciones. La participación de las mujeres es impresionante pues sacan adelante la producción colectiva y de sus parcelas, cubriendo además sus actividades reproductivas y de cuidado de la vida en sus hogares y comunidades.

OTROS HALLAZGOS

Es notable el trabajo que desarrollan todos lxs técnicxs productivos y sociales (2278) y los facilitadores (445) en los más de 1000 municipios del país. Por ello la Secretaría del Bienestar debe garantizar que dispongan de los medios como transporte, equipo técnico e instrumentos diversos. Igualmente garantizar su seguridad y capacitación de alta calidad con perspectivas de horizontalidad, interculturalidad, diálogo y co-creación de saberes. Por lo observado en varios casos, muchos de los técnicos y facilitadores sufren de “estrés laboral” por la desproporcionada carga de trabajo.

PROPUESTAS AGROFORESTALES

Se debe revisar la identidad ecológica y geográfica de cada CAC para definir la pertinencia de especies de plantas a producir y plantar, número de árboles, prácticas agroecológicas y agroforestales, nutrientes de los suelos, control de plagas, etc. Esto se logra a través del análisis espacial en Sistemas de Información Geográfica (SIGs), elaboración de mapas, etnomapas y maquetas, que identifiquen las unidades ambientales donde se ubican los CACs. A cada paisaje o unidad ambiental corresponde una estrategia específica de implementación del PSV, con especial énfasis al tema del suelo como soporte vivo que debe mantenerse para el desarrollo óptimo de los SAF o MIAFs, y al tema del agua como recurso y servicio fundamental. Garantizar un nivel de sanidad mínimo de los suelos para lo cual las biofábricas deben contar con información científica actual y vigente, que considere la biodiversidad microbiana de cada unidad. Se propone adoptar la “diversidad agroforestal”, con alta variedad de especies útiles, incluyendo no solamente la producción de árboles, sino de plantas medicinales, hortalizas, hongos, flores, así como realizar apicultura y meliponicultura y manejo de pequeñas especies animales. Es importante reconocer que en cada región del país existe una “memoria agroforestal” consecuencia de la larga tradición mesoamericana y de árido américa, y en la que la milpa es parte de sistemas agrosilvícolas ancestrales. Existe al menos una veintena de tales sistemas identificados por la ciencia, que son importantes innovaciones bioculturales.

OTRAS PROPUESTAS

El programa ha tenido muy poca presencia en las regiones áridas y semiaridas y poca en las subhúmedas, así como en lo periurbano. Se debe poner especial atención a la tenencia de la tierra y a los contratos de aparcería, para lo cual hay que apoyarse en la SEDATU, Procuraduría Agraria, Registro Agrario Nacional y Tribunales Agrarios. Debe incentivarse la circulación de alimentos sanos y otros productos hacia consumidores locales, municipales y regionales y hacia ciudades cercanas, incluyendo escuelas, sindicatos, organizaciones, etc.

Se propone considerar superficies menores a 2.5 hectáreas, incluyendo los pequeños huertos familiares de traspatio, normalmemnte manejados por mujeres y niñ@s, y en donde se producen frutales, plantas medicinales, aromáticas y rituales y bancos de semillas. El PSV debe adoptar explícitamente la perspectiva de género y la equidad interseccional, es decir, de etnia, edad, grado de salud, religión, ideología, etc. Dado que el relevo generacional es una asunto crucial en el campo mexicano, el PSV debe darle cierta prioridad a la integración de jóvenes (20 y 35 años).

Se deben crear sinergias y colaboraciones formales, permanentes y periodicas, entre el PSV y programas relacionados de la SADER, Salud, Cultura, SEMARNAT, SEDATU, Conahcyt, etc. Igualmente se deben generar relaciones entre el PSV y las comunidades académicas de instituciones nacionales y extranjeras de investigación científica. Incluso se recomienda destinar una fracción o porcentaje del presupuesto anual a la asesoría y evaluación de equipos académicos independientes de instituciones reconocidas de investigación, que realicen recomendaciones para su mejoramiento. También es importante aprovechar la experiencia ya existente de las organizaciones de la sociedad civil que tienen programas exitosos en la formación de líderes campesinos.

Se debe garantizar informacion pública accesible a todos los interesados, para lo cual se debe fundar un departamento de inteligencia a partir de la plataforma núcleo para manejo y difusión de datos, que faciliten tanto la evaluación interna como la externa. Finalmente se debe crear con carácter de urgente un poderoso programa de difusión de los logros del PSV que llegue a todos los sectores de la sociedad.

CONCLUSIONES

El PSV es parte del giro radical que ha dado el gobierno de la 4T en la política agraria del país. Se pasó de apoyar a medianos y grandes productores a empoderar a los pequeños.

El PSV lleva a la práctica la cooperación por sobre la competencia e induce valores anti-neoliberales, recuperando el espíritu de cooperativismo y comunalidad. En el dilema universal entre redes (organización horizontal) o pirámides (organización vertical) el programa apuesta por lo primero.

Por todo lo señalado, por sus diversas virtudes, el PSV debe convertirse en una política de estado. Es decir, debe garantizarse su existencia trans-sexenal e incluso su expansión o crecimiento y su exportación a otros países como ya ocurre. Ello se puede lograr expidiendo un decreto presidencial, promoviendo una legislación, y/o comprometiendo a los nuevos gobernantes a mantenerlo. Por ello se debe asisitir a las cámaras de diputados y senadores para promover una legislación que garantice la continuidad transexenal del PSV. •

*La Mesa Agroforestal está formada por Víctor M. Toledo (coordinador), Erandi Rivera, Alejandro Casas y Quetzal Argueta del IIES-UNAM campus Morelia; Ana Isabel Moreno-Calles, Gerardo Hernández Cendejas y Leonardo Martinez de la ENES-UNAM campus Morelia; Guadalupe del Río (Alternare, AC), Miguel Nájera (INIFAP y UNAM) y Ana Burgos (CIGA-UNAM).