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Monumento en Jalisco a la Liga Comunista 23 de Septiembre
corresponsales
Periódico La Jornada
Domingo 24 de septiembre de 2023, p. 25

Ex guerrilleros y combatientes que reivindicaron la importancia de su lucha ante las últimas patadas violentas y desesperadas del capitalismo, participaron en un acto para develar la tarde de ayer el antimonumento Liga Comunista 23 de Septiembre, en la plaza del barrio de San Andrés, en Guadalajara, Jalisco, cuna del movimiento que, sobre todo en la década de los 70 desató la represión del Estado mexicano con torturas, desapariciones y asesinatos.

El antimonumento, una efigie de dos metros, hecha de hierro, con la representación de un puño rojo en alto y una estrella negra en el antebrazo, fue instalado a un lado del quiosco de la plazoleta, bajo gigantescos laureles de la India que hace 50 años servían para dar sombra también a los jóvenes soñadores que optaron por la vía armada para intentar acabar con un régimen de privilegios hacia los poderosos, hoy convertidos adultos de la tercera edad que declararon satisfacción por haber seguido sus convicciones revolucionarias.

Homenaje a los jóvenes ultimados o desaparecidos

La efigie se realizó e instaló en memoria y homenaje a los jóvenes asesinados o desaparecidos el 23 de septiembre de 1965, cuando un grupo de rebeldes trataron de tomar el cuartel Madera, en Chihuahua, hecho que luego, en 1973, sería la inspiración para dar nombre a la Liga Comunista 23 de Septiembre.

Como parte de esa conmemoración, ciudadanos, activistas, ex guerrilleros, sus familiares, maestros y campesinos, entre otros, recordaron en dos actos el aniversario del ataque al cuartel militar de la ciudad de Madera en 1965, por la primera guerrilla conocida en México.

Ayer, personas de la tercera edad recordaron que el sacerdote católico de la diócesis de Madera, Roberto Rodríguez Piña, se negó a dar la bendición a los guerrilleros cuando depositaron sus cuerpos en la fosa común; sin embargo, sí se la dio a los militares que también murieron en la batalla.

Inicialmente les rindieron homenaje a los ocho guerrilleros muertos en el monumento a los caídos del 65, en esa ciudad y posteriormente recorrieron el camino hasta la tumba colectiva en el panteón, donde colocaron una ofrenda floral.