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¿El G-21 del sur global?
C

on el logro de una declaración de consenso para no incluir una condena explícita a Rusia, si bien se habla del respeto a la integridad territorial como principio de derecho internacional público (vigente para todos) y la incorporación al grupo de la Unión Africana, concluyó la Cumbre del G-20 (ahora G-21) que ha sido vista como un triunfo del llamado sur global.

“Gracias a la posición consolidada del sur global (...) fue posible impedir que Occidente tuviera éxito en su intento de ‘ucranizar’ nuevamente toda la agenda en detrimento de la discusión de las tareas urgentes de los países en desarrollo”, señaló el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, al término de la cumbre. La declaración refleja un nuevo equilibro de intereses en el que Occidente no podrá seguir siendo una potencia hegemónica, ya que hace tiempo que han surgido y están ganando fuerza nuevos centros de desarrollo mundial (swissinfo.ch, 10/9/23).

Y es que hay tendencias de cambio y procesos que están delineando un nuevo mapa mundial: el relanzamiento de los llamados BRICS y su ampliación, los procesos anticolonialistas en África, el papel de India, que se está posicionando como un polo de poder mundial junto a China y Rusia, un nuevo escenario para América Latina, delineado por el presidente brasileño Lula da Silva y otros mandatarios.

Sin embargo persisten muchos pendientes de orden mayor. Ya lo había advertido Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional: La cumbre del G-20 se celebra con el mundo en el filo de la navaja. La crisis climática está infligiendo un inmenso daño a las personas y, al mismo tiempo, muchos países vulnerables al clima están inmersos en una crisis de deuda (Amnistía Internacional, El coste de la inacción del G-20 sobre la crisis climática y la deuda podría ser catastrófico 9/8/23).

A pesar de que el lema designado para esta reunión fue ”Una Tierra, una familia, un futuro”, los esfuerzos en materia climática fueron mínimos. No se llegó a ningún acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Por tanto, no extraña que la eliminación progresiva del carbón y el petróleo ni siquiera se mencionan en la declaración final (Amaranta Zermeño, Euronews, 10/9/23).

Para Frederik Roder, vicepresidente de la organización Global Citizen (plataforma que lucha por un mundo mejor) la cumbre fracasa totalmente al no mencionar nada sobre la eliminación gradual de todos los combustibles fósiles, no sólo el carbón, lo que calificó como una señal terrible para el mundo, en especial para los países mas pobres y las poblaciones mas vulnerables.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue más al grano en materia climática al señalar que la falta de un compromiso con el medio ambiente nos lleva a una emergencia climática sin precedente. Las sequías, inundaciones, tempestades e incendios forestales se vuelven más frecuentes y minan la seguridad alimentaria y energética.

Esos temas son parte de la agenda que el presidente brasileño va a posicionar en un lugar privilegiado tanto en la COP 30 de 2025, de la cual será anfitrión Brasil, como en la Agenda del G-20, cuando Brasil asuma la presidencia del Foro en 2024 en Río de Janeiro.(Cumbre del G-20 elude divisiones sobre Ucrania y cambio climático. www.france24.com. 9/9/23

Otro pendiente es el sobrendeudamiento de las naciones mas pobres y vulnerables .Cerca de 60 naciones tienen un endeudamiento que supera 60 por ciento de sus PIB y varias naciones están al borde del incumplimiento. Sin embargo, el grupo de Finanzas del G-20 concluyó sin acuerdo ni alivio para las naciones en crisis. (Forbes, staff, julio 18, 23).

Ante la creciente deuda y la falta de justicia climática para los países más pobres y vulnerables, emerge la demanda por una verdadera transformación del sistema bancario y financiero, para que instituciones como el FMI y el BM que se presentan como entes multilaterales realmente lo sean y no parte fundamental de la diplomacia de fuerza de EU.

A pesar de todas estas contradicciones y limitaciones, Fabrizio Casari sintetiza con acierto las cambiantes relaciones de poder político en el seno del G-20: Es la asunción de un papel decisivo por parte del sur global lo que pesa políticamente. Lo que emerge de Nueva Delhi es la expresión de un bloque de países que apoyan diferentes opciones económicas y modelos de relaciones internacionales, integrándolos en una plataforma política global. Lo que sobresale es la crisis del diseño hegemónico occidental, ya inherente al modelo económico, y que ha producido su mayor aceleración con la guerra desatada en el corazón de Europa con el objetivo de golpear a Rusia, China y a la propia Europa, para impedir el nacimiento de una Eurasia capaz de ejercer un enorme papel en la gobernanza de los asuntos globales. (Fabrizio Casari, El G-20 jubila a Zelensky, Rebelión.org, 12/9/23).