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Destinan $10 mil millones para restaurar patrimonio dañado por sismos de 2017

El INAH nunca había encarado un desafío de esta magnitud, señala Diego Prieto, director del instituto

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▲ En la Capilla de Santa María de la Asunción, de Ocuilan de Arteaga, la cúpula y la parte del muro testero se derrumbó; su reconstrucción concluyó en 2022. A la derecha, reloj del Palacio de Cortés o Museo Regional Cuauhnáhuac, ubicado en Cuernavaca, Morelos, que quedó suspendido a las 13:14 horas del 19 de septiembre de 2017.Foto cortesía INAH
 
Periódico La Jornada
Miércoles 20 de septiembre de 2023, p. 2

La restauración del patrimonio cultural afectado por los sismos de septiembre de 2017 está en un punto alto con alrededor de 900 obras en proceso, en las cuales trabajan más de 5 mil personas en Puebla, Oaxaca, Morelos y la Ciudad de México, estados que recibieron hace seis años el mayor impacto, informó Diego Prieto, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En entrevista con La Jornada, el funcionario recalcó que existe el compromiso de que la restauración de todos los inmuebles y los bienes muebles afectados concluya este año con el ejercicio total de 10 mil millones de pesos.

En la actualidad, aclaró Prieto, el esfuerzo más complejo se está concentrando en las entidades mencionadas, debido a que, en lo que respecta al INAH, se ha finiquitado el trabajo en Veracruz, Tabasco, Hidalgo, Chiapas y Guerrero. En el estado de México y Tlaxcala todos los inmuebles ya están en arranque de obra.

Agregó que la Secretaría de Cultura realizó convenios para que algunos estados asuman y ejecuten obras con supervisión y asesoría del instituto, como en Puebla, Morelos, Ciudad de México y Tlaxcala; además, se están realizando trabajos que si bien no corresponden al INAH, son impulsados por el Programa Nacional de Reconstrucción con apoyo de los gobiernos estatales de Guerrero y Chiapas.

Lo anterior devino en la posibilidad de atender a un mayor número de inmuebles al mismo tiempo y ha permitido al instituto fortalecer los expedientes y las estrategias en las entidades.

El antropólogo explicó que el INAH nunca había tenido que encarar un desafío de la magnitud vista hace seis años con la afectación en tal cantidad de bienes culturales, monumentos históricos y arqueológicos, por lo que se trató de un reto descomunal para el cual no estábamos preparados.

Detalló que sólo en el ámbito federal se dañaron 2 mil 340 monumentos históricos y arqueológicos, a los que se sumaron patrimonio artístico y monumentos históricos de propiedad municipal, estatal y particular, para llegar a un universo de 3 mil 269 inmuebles afectados.

A lo anterior se agregó una cantidad considerable de bienes muebles como retablos, esculturas, pinturas de caballete, mobiliario religioso, decoraciones arquitectónicas y pintura mural. Esa situación, puntualizó Diego Prieto, rebasó del todo nuestras capacidades en las 11 entidades federativas más afectadas.

Por ejemplo, dijo el funcionario, en Lorca, España, un terremoto no tan intenso provocó en 2011 daños en menos de 100 inmuebles históricos y la recuperación les llevó nueve años.

Aquí, la reconstrucción no es un tema sólo de dinero, que no siempre hemos tenido, sino de comprender que la atención al patrimonio cultural de México requiere intervención cuidadosa y no se puede hacer de manera precipitada, menos cuando la masa de bienes es tan amplia que no nos permite atender demasiados simultáneamente.

Agregó que ante el enorme impacto que dañó incontables bienes en 2017, se vieron en la necesidad de crear una estructura para atender la restauración y recuperación y atraer personal especializado para labores de diagnóstico y supervisión en la intervención de cada inmueble, entre otras estrategias.

Fue un trabajo inmenso, descomunal, en el que ya llevamos 73 por ciento de avance. Hemos restaurado y entregado 2 mil 386 muebles y su contenido en bienes muebles, reiteró el antropólogo.

Los sismos de 2017, señaló Diego Prieto, dejaron la lección de la prevención, la necesidad de “tener –lo estamos desarrollando– un protocolo de respuesta frente a contingencias de carácter sísmico, metereólogico, antrópico o cualquier índole para atender nuestro patrimonio, y que tenemos que trabajar de la mano con la sociedad, ser muy insistentes con las asociaciones responsables de los templos para que cuiden estos bienes que son propiedad de la nación”.

Recordó que en la administración federal anterior se atendieron unos 400 inmuebles y cuando llegó el nuevo gobierno logramos avanzar con mayor fuerza. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha estado muy de cerca, animando a que el trabajo continúe.

Relató que para la restauración se recibió apoyo social y de entidades privadas. Hungría dio recursos para el Antiguo Convento de Nuestra Señora de la Natividad, en Tepoztlán, Morelos; la Universidad de Roma III ayudó con proyectos de intervención para monumentos muy dañados, por ejemplo, en la región de Chalco, estado de México, además de obtener apoyos de países hermanos, empresas o instituciones como la Fundación Harp Helú.

Prieto concluyó: Estamos muy angustiados de que no hemos logrado terminar. Sin duda, hemos hecho lo propio y el INAH será un referente en los años posteriores para las instituciones que se dedican al cuidado, conocimiento, protección y recuperación de nuestro patrimonio histórico.