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México SA

Aguilar Morales, reincidente // Otro expediente de Elektra // Santiago Creel, involucrado

A

l ministro calderonista Luis María Aguilar Morales se le puede acusar de muchas cosas–entre ellas falta de ética y conflicto de intereses–, menos, desde luego, de no desquitar las generosas atenciones que recibe del impresentable Ricardo Salinas Pliego, uno de tantos barones adictos a la evasión de impuestos, permitida e incluso alentada por los gobiernos neoliberales.

El empresario de los abonos chiquitos y los intereses descomunales (en Elektra y otras firmas de su propiedad) acumula miles de millones de pesos en impuestos no pagados y un sinnúmero de pleitos judiciales con el Servicio de Administración Tributaria, institución del Estado mexicano que no ceja en su muy fundado empeño de hacer que el grotesco barón cumpla con lo que la ley fiscal ordena.

Días atrás, Félix Arturo Medina Padilla, titular de la Procuraduría Fiscal de la Federación, denunció tres casos donde el actuar de los jueces o magistrados del Poder Judicial han evitado el avance de los juicios o procesos penales, generando retraso en la impartición de justicia y, por tanto, impunidad. Se trata de asuntos de grandes contribuyentes que han afectado la posibilidad de financiar programas de bienestar y obras de infraestructura por alrededor de 80 mil millones de pesos.

Se comentó entonces en este espacio, que en el centro de dicha denuncia aparecía–con luces de neón– Luis María Aguilar Morales, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (encargada de hacer valer la Constitución) por proteger a uno de las más sonados evasores fiscales: Ricardo Salinas Pliego, cuya empresa Elektra –una de tantas– fue fiscalizada durante 2010, 2011 y 2013 y se encontró que dejó de pagar impuestos por más de 25 mil millones de pesos; abusando de su gran estructura corporativa, ha operado diversas estrategias legales para impugnar y retrasar la emisión de la sentencia que lo obligue al pago de impuestos.

¿Y qué tiene que ver el ministro en todo esto? Fácil: ha sido él quien ha brindado protección al empresario para evitar que pague el citado adeudo fiscal de 25 mil millones de pesos, toda vez que desde hace ocho meses –va para nueve– el impartidor de justicia ejerció la facultad de atracción para atender personalmente el litigio y disponer del expediente de la empresa que adeuda al fisco esa voluminosa cantidad, y lo hizo, simple y llanamente, para mantener el expediente en su congeladora, de tal forma que el erario, hasta ahora, no puede recuperar esos dineros de la nación.

Como bien lo subrayó el procurador fiscal, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sido omisa en resolver este asunto, retrasar indebidamente la resolución del asunto atenta no solamente contra la Constitución, contra la propia naturaleza de la Suprema Corte de Justicia que debe impartirla, sino también en contra de los recursos de todos los mexicanos.

Se supuso que con la exhibida que le dieron, el ministro recapacitaría, descongelaría el expediente y se pondría a trabajar (por lo que recibe una catarata de dinero) para que se obligara a Salinas Pliego a pagar y el Servicio de Administración Tributaria recuperara los 25 mil millones de pesos que le corresponden a la nación.

Lejos de ello, Aguilar Morales descaradamente reincide, es decir, no sólo protege a Salinas Pliego para evitar que pague esos 25 mil millones, sino que hace lo propio con otro adeudo fiscal del propio empresario. La Jornada (Eduardo Murillo y Gustavo Castillo) lo reseñó así: el ministro hizo suya una nueva solicitud de Elektra para que se atraiga otro de sus amparos contra el pago de impuestos, esta vez por mil 431 millones de pesos que adeuda del ejercicio fiscal 2008.

Algo más: con la más reciente, “ya son cuatro las solicitudes similares que ha hecho suyas Aguilar Morales. Fuentes del máximo tribunal confirmaron que el despacho del diputado panista Santiago Creel (otro que desquita las generosas atenciones de Salinas Pliego) es quien ha cabildeado estos asuntos con los ministros. Se prevé que la segunda sala discuta este miércoles, en sesión privada, si aprueba la propuesta de Aguilar para atraer el caso”.

¿Y el ministro? En lo único que le importa (léase en el business).

Las rebanadas del pastel

Descarada, Xóchitl Gálvez afirma que usar la tribuna parlamentaria con fines de auto promoción electoral no es poco ético, al tiempo que, especialista en confundir gimnasia con magnesia, asegura que lo seguirá haciendo, porque no estoy manca, cuando es por todos conocido que en dicha tribuna se utiliza la palabra.

Twitter: @cafevega