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Economía moral

Coneval, cuento de hadas y minimización de la pobreza

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odo mundo ha festejado la baja que, según el Coneval, experimentó la pobreza entre 2018 y 2022; los ultraseguidores de la 4T como una prueba más de las bondades de ésta; y los ultraopositores, perplejos, buscando aspectos oscuros en tal evolución o explicándola como consecuencia del despilfarro en los Programas Sociales de Transferencias Monetarias (PSTM). En lo que coinciden es que la evolución 2018-2022 descrita por el Coneval refleja la realidad de lo ocurrido en el país: es decir que en 2018, al final del periodo de gobiernos neoliberales en el país, 41.9 por ciento de la población era pobre (P); que hacia el final de 2022, 4 años después, la P había bajado a 36.3 por ciento, 5.6 puntos porcentuales (pp) menos o una baja de 13.4 por ciento, a pesar de la pandemia. Es decir, que éste es un país, hoy, donde 63.7 por ciento de la población no es pobre, es decir que vive en condiciones de dignidad y satisface las necesidades básicas; que en un par de años más, en 2024, al ritmo observado de 1.4 pp por año, el país tendrá sólo un tercio de su población en pobreza: 33.5 por ciento. El gobierno de AMLO habría reducido la pobreza al final de su sexenio (incluso si hubiera otra pandemia) de 41.9 a 33.5 por ciento, una reducción de 8.4 pp y una baja de 20 por ciento. Si el voto permite la continuidad de la 4T, a finales del siguiente sexenio (en 2030) la pobreza sería de 25.1 por ciento. Sólo la cuarta parte de la población sería pobre. Este cuento de hadas no parece verosímil, pero casi todos lo han creído a pesar de que mostré en la entrega anterior que los PSTM se volvieron regresivos durante la 4T y que, por tanto, inciden muy poco en la reducción de la pobreza. Lo que (casi) todo mundo se tragó es que si el metro usado para medir la pobreza es igual en ambos años, la medición debe ser correcta. Pero eso no es así, el método del Coneval o MMOP (Método de Medición Oficial de la Pobreza) no mide la pobreza; mucho menos puede medirla bien para saber si está bajando o subiendo. Mide un neoconcepto que es los hogares/personas que tienen un ingreso menor a la línea de pobreza (LP) y que, además, padecen una o más carencias sociales. La gráfica que hoy presento explica cómo el MMOP minimiza la ‘pobreza’.

La gráfica presenta dos figuras que se intersecan: la de la izquierda representa la población (65.7%) que tiene una o más carencias sociales (CS) de 6 indicadores en educación, salud, seguridad social, vivienda, servicios básicos de ésta, y alimentación; la de la derecha representa la población que vive en hogares con ingresos menores a la LP (43.5%). A partir de estos dos subuniversos deduce la situación general. Cualquiera de nosotros, si hubiésemos tomado dos materias en un semestre, sacaríamos el promedio de ambas calificaciones y ese promedio sería nuestro indicador de desempeño general. En la gráfica el valor que así obtenemos es 54.6 por ciento de P. Pero Coneval adopta como medida de P no el promedio sino ‘la intersección de los dos conjuntos en la que sólo están las personas con carencias en ambas dimensiones (los que reprobaron ambas materias) y, en vez de 54.6 por ciento obtiene 36.3 por ciento, por debajo de ambos parciales: 65.7 y 43.5 por ciento y a los que están ahí los bautiza como P. Fuera de la intersección quedan dos gajos. A la población que está en el gajo grande a la izquierda (que tiene CS, pero su ingreso no está por debajo de la LP) les llama ‘vulnerables por CS’ (29.4%). El otro gajo, más pequeño, son los que están por debajo de la LP pero no tienen CS (7.2%) a los que llama ‘vulnerables por ingresos’. La suma de los dos gajos, Coneval la bautiza como población vulnerable: 36.6 por ciento, casi otro tanto de la que bautizó como pobre (36.3%). La suma de vulnerables más pobres es igual a 72.9 por ciento, casi las tres cuartas partes de la población. En términos de la teoría de conjuntos y de la gráfica es la superficie de la envolvente de ambos conjuntos que se obtiene sumando los parciales y restándole la intersección. México es el único país del mundo que tiene dos MMOP. El MMOP que adoptó el Evalúa CDMX –equivalente local al Coneval–, es el MMIP (Método de Medición Integrada de la Pobreza que desarrollé en 1992). La pobreza que el Evalúa CDMX obtuvo en 2022 a nivel nacional fue de 75.8 por ciento, muy cercano a la suma de pobres más vulnerables del Coneval. En 2010, después que el MMOP se hizo público, en un Seminario en la UNAM, pregunté a los autores del método si reconocen que la población vulnerable es carenciada, a lo que contestaron que sí. Mi siguiente pregunta fue ¿por qué, entonces, no la reconocen como pobre? a lo cual contestaron con evasivas, pues es obvio que la pregunta no tiene respuesta, dando a entender que fueron forzados a usar los dos apelativos (pobres y vulnerables) para que la pobreza resultante fuese menor a 50 por ciento. Reconocieron que México es un país dividido entre 75 a 80 por ciento de pobres y 20 a 25 por ciento de no pobres. Esa dura realidad la negó el Coneval públicamente y los ciegos voluntarios no la quieren ver.

El libro Pobreza y florecimiento humano. Una perspectiva radical de Julio Boltvinik se presentará el jueves 24 de agosto a las 17 horas en la sala Rodolfo Stavenhagen de El Colegio de México. Participan: la directora del Centro de Estudios Sociológicos, Liliana Rivera; Araceli Damián, presidenta de Evalúa CDMX; por parte de la Cepal, Hugo Beteta y Pablo Yanes; de la Escuela Superior de Economía, Vianey Ramírez

www.julioboltvinik.org