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Ver día anteriorLunes 14 de agosto de 2023Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Los libros al centro
D

ice la sabiduría popular que no hay mal que por bien no venga; el debate político más notorio en las últimas semanas, al lado de la propuesta para la reforma del Poder Judicial, ha sido el de los libros de texto gratuitos para preprimaria, primaria y secundaria. Quienes pretenden detener el proceso de cambio profundo que transitamos en México, encontraron rápidamente una causa más entre otras muchas, para decir no a la 4T y con ello destapar un tema que se extendió a lo largo y ancho de nuestra patria.

Quienes opinamos en favor o quienes lo hacen en contra no podemos sino estar de acuerdo en algo evidente: en todo México, de la noche a la mañana, los libros son motivo de discusiones, debates, editoriales, caricaturas, argumentos y contraargumentos. Todo mundo, en todas partes, nos hemos convertido en expertos en libros escolares, lo mismo en los cafés de los clubes elegantes que en las tertulias familiares o pláticas ocasionales, el tema ya no es si fue o no fuera de lugar o si fue penalti o pifia del árbitro. Los libros están ahora, en el centro de la atención y el interés del pueblo.

Más allá de razones o sinrazones, se trata de un fenómeno social positivo; en lugar de hablar de futbol, de la vida escabrosa de artistas de cine o televisión, estamos hablando de pronto de libros; debemos todos estar satisfechos de este cambio.

Esto obedece en buena medida, a la buena práctica de las mañaneras; el Presidente todos los días informa, contesta preguntas, explica los actos de su gobierno, el avance de las obras públicas y no elude ni preguntas difíciles ni temas controvertidos, da y recibe. Así el pueblo, nosotros, nos hemos acostumbrado como algo cotidiano, a opinar, a criticar y a defender nuestros puntos de vista, lo público es cada vez más público.

Los grupos de oposición, en ejercicio de las libertades de pensamiento y expresión, han señalado errores en el texto de los libros, dicen que no tocan a profundidad las materias principales, lectura, escritura, matemáticas y han llegado a decir que ven en los libros una ideología marxista o comunista; los promotores citan a Freire, afirman que se trata de la pedagogía critica y de una nueva forma, más moderna de enseñar a los niños, no por materias si no por casos y problemas.

Las respuestas, al igual que los ataques, han sido en diversos tonos y con niveles de información diferenciados; no importa, lo que puede verse como un gran avance, es que niños, programas, escuelas, son hoy por hoy el tema de inquietudes e interés de todos, tirios y troyanos; ¿no es esto ya un paso adelante?, ¿no es un cambio? Seguro que lo es.

Tanto el movimiento que desembocó en el triunfo de 2018 como el gobierno que de ese movimiento surgió, encabezado por López Obrador y conocido como 4T, no han sido en ningún momento ajenos a la lectura y a los libros. El Presidente, desde que fue dirigente de la oposición al antiguo régimen y luego como jefe de Gobierno del Distrito Federal y posteriormente en su difícil tránsito hacia la Presidencia de la República, ha ido dejando testimonios de sus luchas y convicciones en una docena de libros de su autoría; participa en política y escribe.

También respecto de su proyecto, de sus andanzas en la oposición y de su forma de pensar, se han escrito por diversos autores, lo mismo simpatizantes y amigos que críticos, muchos libros; calculo que 20.

Otro dato que no se debe pasar por alto es que la editorial del Estado, el Fondo de Cultura Económica (FCE), quedó por designación presidencial a cargo del escritor Paco Ignacio Taibo II, quien ha sabido, apoyado por Paloma Saiz, difundir la lectura como no se había hecho desde tiempos de Vasconcelos, cuando se creó la Secretaría de Educación Pública.

El FCE pasó de ser una editorial pública muy importante, de avanzada, pero en cierta manera elitista, a ser una institución promotora de la lectura no sólo para minorías, sino para quienes se interesan por la letra escrita.

Además, Paco Ignacio y Paloma incorporaron a la obra del FCE el dinamismo y la viveza de su Brigada para Leer en Libertad.

La brigada, integrada no sólo por ellos, ha incorporado a decenas de intelectuales, escritores y periodistas que han logrado incrementar en la población el interés por leer. Por mi parte he tenido oportunidad de participar en uno de tantos grupos que hay por todas partes, uno fundado en Nuevo León, denominado Dígalo por Escrito, que ha promovido la entrega de libros para niños en escuelas del país y en Cuba; otro texto, La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para niños y niñas, en una edición impulsada por un grupo más: Visión Nuevo León.

Agrego algo, siguiendo a Maritain, avanza el bien, hay un nuevo interés por niños, escuelas, libros y en paralelo avanza el mal, una pedestre crítica que se hace a los libros en la historia de México, el resultado es positivo, discutimos por libros.