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Ver día anteriorDomingo 13 de agosto de 2023Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Patrones y sindicalistas
P

ara entender la magnitud de la actividad sindical, se necesitaría experimentar y conocer a fondo la rutina del trabajo asalariado y la responsabilidad de solucionar los problemas de toda una sección donde sus integrantes enfrentan innumerables problemas, en conjunto y de forma personal.

Como sindicalistas responsables, los líderes no pueden desatender sus tareas. Una característica imprescindible es mostrar la capacidad de negociar con ventajas para sus compañeros y no permitir ser cooptados, por muy grande que sea la presión de la patronal y su equipo de vigilancia.

Estos principios sindicales entre los ferroviarios mantuvieron a los trabajadores fieles a su sindicato y, a los líderes, fiables hasta el final de las batallas emprendidas.

Las necesidades de supervivencia han sido un lastre para la clase trabajadora. Siempre con la sombra de la represión, la traición de los líderes y a algunos agremiados. En general, el incumplimiento de las reglas y de las tareas de estudio, la asistencia a las asambleas, el aporte de las cuotas y otros defectos que se han venido arrastrando y acumulando son los motivos de muchos fracasos de la lucha sindical.

Los obstáculos mencionados los conocen muy bien los patrones. Motivos por los cuales existen, lastimosamente, infinidad de casos de sindicatos infiltrados, corrompidos, convirtiéndose en el enemigo número uno de sus agremiados.

Las circunstancias políticas, económicas y sociales actuales son diferentes, pero las demandas por mejores condiciones de trabajo en todas las áreas y la reivindicación de los sindicatos está en pie de lucha. Y, en el caso de los ferrocarriles, pronto el gremio tendrá su resurgimiento.

Durante la revisión de la literatura acerca de los líderes ferrocarrileros para la redacción del presente y los dos artículos anteriores en este mismo espacio de La Jornada, fue necesario buscar, aparte de la biblioteca y el archivo personal, tanto en Internet como en plataformas confiables. Con estos instrumentos actuales de información sería conveniente divulgar masivamente la historia del movimiento más emblemático de la clase obrera.

Pero, sin duda, acceder al libro escrito por uno de los principales protagonistas de esta parte de la historia nacional es lo más conveniente. Demetrio Vallejo dejó testimonio de la gran experiencia que tuvieron quienes participaron en el movimiento. Las luchas ferrocarrileras que conmovieron a México (1967) nos lleva al mundo obrero de los años 50, con las vicisitudes características de un país capitalista dependiente y sumamente atrasado en cuanto al respeto a los derechos humanos.

Una nueva revolución social fue la caracterización que, Valentín Campa Salazar, otro de los líderes más reconocidos en este ámbito y dirigente de gran autoridad política, dio al movimiento ferrocarrilero. El hecho, aunque no sorprendió a los dueños de las empresas, fue una muestra del poder obrero y del perjuicio que éste ocasionaría a sus finanzas.

La resistencia que mostraron los trabajadores y sus líderes sí logró sorprender a los dueños de los trenes. La fórmula para controlar los conflictos sin considerar una negociación con los sindicatos fue, como históricamente ha sido con los empresarios capitalistas, una férrea muestra de autoritarismo y represión.

A lo largo de 11 años de prisión, más otro tanto por las ocasiones en que fueron apresados Campa y Vallejo, no pudieron someter al espíritu de lucha de los trabajadores. Así ha quedado en la historia, la fuerza sindical enfrentando a la dominante patronal, con sus diatribas y acciones criminales en contra de sus trabajadores, aquellos que les llenaron los bolsillos de ganancias sin ser distribuidas.

Todo este capítulo de la lucha laboral por rescatar su dignidad como clase obrera y por mantener su fuente de trabajo sin condicionarla a inhumanas penurias ha querido borrarse, discretamente, por parte de los gobiernos oligárquicos y neoliberales, manteniéndolo escondido y situándolo entre los acontecimientos históricos de poca importancia, sobre todo porque los protagonistas se destacaron como luchadores honestos y de filiación comunista.

Como siempre, las patronales demuestran su temor al modo de vida donde las riquezas se reparten, los derechos humanos se respetan y donde la explotación al trabajador no es permitida.

Twitter: @AntonioGershens