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¿La fiesta en paz?

El guitarrista Ramón Macías o la versión musical de nuestros buenos toreros en España

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▲ Un amplio repertorio guitarrístico de autores latinoamericanos llevó el maestro Ramón Macías Mora en su reciente gira por Madrid, Sevilla y Cádiz.Foto cortesía del músico
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iertamente no es la primera gira que realizo en España. Mi aventura comenzó en 1993, cuando fui invitado por el inolvidable linarense Alberto López Poveda, ilustre biógrafo del padre de la guitarra moderna, Andrés Segovia. En 2014 volví a Linares poniendo como única condición al buen don Alberto que me reservara la habitación de donde partió Manolete a su encuentro con Islero, en el Hotel Cervantes. Eso está hecho, don Ramón−me dijo. Y hasta hace algunos días mantuve la certeza de haber dormido ahí. Pero parece ser que esa habitación fue inhabilitada por ser una especie de recinto sagrado. En 2015, don Alberto me había invitado a regresar a Linares para su cumpleaños número 100 pero ya no fue posible debido a que mi célebre amigo murió”, señala el jalisciense Ramón Macías Mora, arquitecto, concertista de guitarra, aficionado taurino, investigador y autor entre otros títulos de La catedral y los toros. La tauromaquia en Guadalajara 1608-1979.

“Tuvieron que pasar nueve años −añade− para volver a la península, coincidiendo este año con un autofestejo con motivo de mi aniversario 40 de subirme a los escenarios. La primera vez fue en 1983 en Colima, después de concluir la carrera de arquitectura que vaya si me costó trabajo concluir. Hace cuatro años, recibí mi jubilación de parte de una empresa familiar, lo que me permitió comprar tiempo, algo indispensable para desarrollar la disciplina sin contratiempos.

“Con esos recursos me inscribí en el máster en Historia de América que imparte la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla. Derivado de eso, un compañero colombiano, Jorge Hernán, me envió una convocatoria de la propia universidad para participar en el programa Cultura Mínima. Envié mi carpeta o dossier y un video y fui seleccionado por unanimidad de entre 60 aspirantes para hacer el concierto que titulé Nuestra América. Realicé así el sueño de actuar en Madrid en la sede cultural de la embajada de México, en la propia Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y en la Casa de Iberoamérica de Cádiz, vieja conocida, ya que en el año de 2012 fui distinguido con el premio Cortes de Cádiz por un ensayo histórico acerca de la piratería en Hispanoamérica durante los siglos XVI, XVII y XVII.

“Llegué a Madrid el 17 de junio y pude presenciar la Corrida de la Beneficencia, en que alternaron el francés Sebastián Castella, Emilio de Justo y el novel Fernando Adrián, con reses de Domecq y Daniel Ruiz. Debo comentarte que los tres recitales que ofrecí cubrieron la expectativa tanto de asistencia y rencuentro con viejos amigos como el resultado artístico, muchos aplausos en los tres recitales y petición de encores. Hice Recuerdos de la Alhambra, de Francisco Tárrega, y una sonata de Doménico Scarlatti que fueron festejadas de pie por un público generoso y exigente.

“Luego el periplo a Sevilla en el tren Ave y un encuentro con el novillero tapatío y joven promesa, Jesús Plasencia El Cortejano quien, para variar, fue desdeñado por la academia taurina de Guadalajara pero ahora es apañado por el diestro sevillano en retiro Pepe Luis Vargas y el matador Juan Ortega; seguramente pronto dará mucho de qué hablar.

Mi concierto en Sevilla fue de ensueño y al día siguiente a Cádiz. Con Cádiz, está por demás decirlo, vivo un eterno romance. Entre el público asistente hubo representantes de varios países de América y al final del recital fue muy grato conversar con personalidades del arte y de la cultura iberoamericana tras muchos aplausos y bises, concluye emocionado Ramón Macías Mora.