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México SA

Ingreso superconcentrado // Para los ricos, 38 por ciento // Avance lento y limitado

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▲ La brecha de ingresos en México es brutal .Foto Marco Peláez
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a batalla contra la desigualdad y la concentración del ingreso y la riqueza avanza con lentitud, nunca al ritmo deseado, aunque es necesario subrayar que la brecha entre el decil poblacional más pobre y el más rico se extendió de forma brutal durante el régimen neoliberal hasta llegar a un nivel socialmente explosivo, de ahí que reducir esa abismal diferencia no sólo llevará años, sino que implicará un esfuerzo descomunal.

Sólo para contextualizar, de 1991 a 2022 la fortuna conjunta de cuatro mexicanos Forbes se incrementó 2 mil 260 por ciento (de 5 mil 800 a 131 mil 100 millones de dólares), mientras al grueso de los mexicanos simplemente no les alcanzaba para comer, en una economía que a duras penas avanzó 2 por ciento como promedio anual.

En ese periodo, la fortuna de Carlos Slim se multiplicó por 51.25; la de Germán Larrea, 27.27; la de Ricardo Salinas Pliego, 10.33, y la de Alberto Bailleres, 3.6 (a la par del incremento de la pobreza en el país) y el crecimiento de todas ellas está asociado a la privatización de los bienes de la nación: banca –con su respectivo rescate–, minería, aeropuertos, carreteras, ingenios azucareros, siderurgia, telecomunicaciones, concesiones a manos llenas, subrogaciones, petróleo, electricidad, gas y lo que se quede en el tintero (falta cuantificar las fortunas de las familias políticas).

Del otro lado de la cancha, en 1992 en México se registraron cerca de 18 millones de hogares (84 millones 340 mil 608 habitantes, de los que más de la mitad eran menores de 24 años). En ese ambiente, a la hora de desmenuzar el ingreso corriente total trimestral del primer decil (los más pobres) a duras penas sumaba mil 902 pesos (1.55 por ciento del total), mientras en el extremo (decil X, el más rico) ese ingreso sumaba 46 mil 802 pesos (38.16 por ciento del total). La diferencia fue de 24.6 veces entre uno y otro.

Treinta años después, en 2022, México cuenta con 37 millones 560 mil de hogares (casi 129 millones de habitantes) y el ingreso corriente total trimestral del primer decil fue 13 mil 411 pesos, mientras el correspondiente al decil X alcanzó 200 mil 696 pesos, es decir, una diferencia cercana a 15 veces (en 2016 fue de 21 tantos).

Sin embargo, hay que subrayar que la diferencia entre uno y otro decil comenzó a registrarse de manera sostenida desde 2018: desde ese año y el 2022, el ingreso corriente total del primer escalón (el más pobre) se incrementó 20.4 por ciento (en el último bienio del sexenio peñanietista creció ¡0.37 por ciento!), mientras el correspondiente al superior decreció 13.2 por ciento.

Se avanza, pero con una lentitud socialmente exasperante, porque a pesar de la relativa mejoría en 2018-2022, todavía 10 por ciento de la población más rica concentra un ingreso equivalente al que obtiene, conjuntamente, 60 por ciento de los mexicanos. Sin duda, falta mucho camino por recorrer.

En vía de mientras, ayer el Inegi divulgó su Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022 (de la que, junto con la de 1992, se toma la información que se cita líneas arriba) y entre los resultados destaca la diferencia de ingreso entre hombres y mujeres, algo que no debe permitirse: para los primeros, el monto promedio fue de 29 mil 285 pesos y para las segundas de 19 mil 81. Ello representa una brecha de 10 mil 204 pesos al trimestre entre ambos sexos, apunta el citado instituto. En el caso de las personas que se consideran indígenas o hablan alguna lengua indígena, percibieron un ingreso promedio trimestral monetario de 18 mil 428 pesos, 24.5 por ciento menos que el promedio nacional. En el caso de quienes hablan alguna lengua indígena, el ingreso promedio fue de 13 mil 708 pesos, 43.9 por ciento menor al promedio nacional. Al comparar los resultados 2016 con 2022, se aprecia que el tamaño del hogar disminuyó 6.3 por ciento.

Las rebanadas del pastel

Al gobierno federal se le agota el tiempo: el próximo lunes vence el plazo para que responda a la demanda que Estados Unidos presentó en el marco del Mecanismo de Respuesta Rápida del T-MEC sobre la situación de los trabajadores de la mina San Martín, en Sombrerete, Zacatecas (concesionada a Germán Larrea) por la sistemática violación a su derechos de huelga y libre asociación, y tal respuesta ni de lejos puede ser favorable al barón. Por cierto, el próximo domingo, aniversario número 16 de las huelgas mineras en Cananea, Taxco y Sombrerete, se llevará a cabo –en esta última– el Foro Nacional Minero 2023 en el que participarán más de mil 500 mineros.

Twitter: @cafevega