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Prigozhin critica al Kremlin ante mercenarios muertos

Grupo Wagner amaga a Rusia con abandonar el frente en Bakhmut

Líder checheno ofrece mandar a su ejército contra Ucrania

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▲ En los combates en Bakhmut, región de Donietsk, persisten las bajas y heridos en ambos bandos. En la imagen, soldados y médicos militares ucranios.Foto vía Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 6 de mayo de 2023, p. 21

Moscú. El controvertido magnate Yevgueni Prigozhin, dueño del grupo de mercenarios Wagner, lanzó ayer un ultimátum al Kremlin al amagar con verse obligado a ordenar que sus hombres se retiren el 10 de mayo de Bakhmut, ciudad en ruinas que tratan de tomar desde hace meses, llevando su confrontación con la cúpula del ejército ruso a niveles inusitados por su lenguaje soez y los insultos a los máximos responsables de la llamada operación militar especial (OME).

En un video, difundido en redes sociales porque nadie me hace caso ni responde a mis peticiones oficiales, Prigozhin se queja de que sus hombres no tienen municiones y así, con el 10 por ciento que les queda, no podrán liberar Bakhmut para el 9 de mayo, y si no les importa celebrar de ese modo el Día de la Victoria sobre la Alemania hitleriana en la Segunda Guerra Mundial, allá ustedes.

El empresario, que se jacta de su amistad con el presidente Vladimir Putin, hace un recuento de las hazañas del grupo Wagner. Sostiene que el 16 de marzo de 2022, cuando se hizo claro que la OME no estaba yendo como se había pensado, le pidieron ayuda y tres días después trajo de África a sus combatientes, que defendieron un frente de 130 kilómetros para evitar que el ejército ucranio avanzara tras la vergonzosa escapada de las tropas rusas de Izium y Krasny Liman.

Después, el grupo Wagner, ya con los miles de convictos reclutados en las cárceles rusas a cambio de dinero y un prometido indulto, se centró en Bakhmut para dar un respiro al ejército, pero hace un mes, corroídos (los jefes militares) por la envidia de nuestros avances, dejaron de darnos municiones, a pesar de que hay suficientes en los depósitos.

En esas condiciones, Prigozhin amenaza con retirar a sus hombres a la retaguardia para evitar su muerte sin sentido y, a partir del 10 de mayo, ceder sus posiciones al ejército ruso.

El vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, manifestó estar enterado del video de Prigozhin, pero declinó hacer comentarios por tratarse de asuntos relacionados con el desarrollo de la OME.

En cambio, la viceministra de Defensa ucrania, Hanna Malyar, comentó en Telegram que las fuerzas rusas están sustituyendo a los mercenarios del grupo Wagner con brigadas de asalto de paracaidistas y aseguró que las tropas ucranias no permiten que el enemigo rompa la línea de defensa.

El gobernante de Chechenia, Ramzan Kadyrov, señaló que si mi hermano Prigozhin, una persona que se ha ganado el respeto de todos, decide irse de Bakhmut, el destacamento Ajmad, formado por miembros de su guardia personal, está listo para ocupar su lugar, si lo requiere el Kremlin. Tomaremos la ciudad en unas horas, ofreció.

El ministro de Defensa de Rusia, Serguei Shoigu, visitó la base del distrito sur de las fuerzas armadas, desde donde se coordina el envío de suministros a las tropas que combaten en Ucrania, para conocer de primera mano la evolución de la OME e inspeccionar carros blindados, tanques y otros equipos militares.

Shoigu, incluso, dio la orden de mantener un suministro continuado y fluido hacia estas fuerzas, para que tengan todas las armas y equipos militares requeridos, informó el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado citado por la agencia TASS.

Antes del video del ultimátum, Prigozhin grabó otro en el que, con una treintena de combatientes muertos apilados de fondo, culpa directamente a Shoigu y al titular del Estado Mayor, Valeri Guerasimov, simultáneamente comandante en jefe de la campaña en Ucrania.

Con una retahíla de insultos les grita a la cara que estos, chingada madre, son sólo los muertos de un solo día, dónde están sus pinches municiones, maricones de mierda.

Y agrega: Mientras ustedes, desgraciados cabrones, están disfrutando en cómodos sillones en clubes de lujo y sus descendientes continúan paseando por el mundo (la hija de Shoigu subió a las redes sociales fotos en un yate de sus vacaciones en Dubái), estos héroes dieron su vida. Mírenlos, hijos de puta, murieron por su culpa.

Estos dos párrafos son sólo una pequeña muestra del catálogo de insultos que dedicó Prigozhin a la cúpula castrense. Su enemistad con Shoigu y Guerasimov, cuentan quienes conocen los detalles, viene de lejos, cuando antes de la guerra el ministro de Defensa le quitó a una de las empresas del magnate el contrato para surtir de alimentos a todo el ejército, un negocio millonario.

Los afanes de protagonismo de Prigozhin acabaron de complicar su relación con la cúpula castrense y provocaron una abierta ruptura cuando el Kremlin le prohibió seguir reclutando mercenarios en las cárceles, cediendo esa prerrogativa al propio ejército y permitiendo la existencia de otros grupos de combatientes a sueldo, financiados por magnates que aspiran a consolidar sus posiciones en el entorno presidencial.

Hasta ahora, Prigozhin no ha sufrido represalia alguna por de-sacreditar el ejército, mientras la policía rusa sigue persiguiendo a quienes están en contra de la guerra y la fiscalía les imputa delitos, como es el caso de dos mujeres jóvenes, la directora de escena Yevgueniya Berkovich y la dramaturga Svetlana Petriuchuk, a quienes una corte de Moscú dictaminó que permanezcan en prisión preventiva y sujetas a juicio por justificar el terrorismo. Su delito: en 2021 estrenaron una multipremiada obra en la que, según el argumento, unas muchachas dicen soñar con casarse con militantes del islam radical para irse con ellos a Siria.

El dramaturgo Dimitri Danilov comentó que encontrar “justificación de ‘terrorismo’” en esa obra equivale a ver en Crimen y castigo, la gran novela de Fiodor Dosto-yevsky, una justificación del asesinato de las ancianas usureras.