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El ferrocarril a Tacámbaro ilustra la política errónea en materia de transporte en México: Salvador Zarco

Es más barato y amigable con el ambiente que otros transportes que han recibido subsidios del gobierno, sostiene el director del museo dedicado a este medio

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▲ En medio, Salvador Zarco, director del Museo de los Ferrocarrileros, en la apertura de la muestra El ferrocarril a Tacámbaro.Foto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Sábado 6 de mayo de 2023, p. a11

Con apenas 14 años de funcionamiento, el tren de vía angosta a Tacámbaro sirve para ilustrar la política errónea en materia de transporte que se ha aplicado en México, sostiene Salvador Zarco, director del Museo de los Ferrocarrileros, donde este viernes se inauguró una exposición dedicada a esa ruta que operó de 1928 a 1942 en tierras michoacanas.

Se ha sostenido que lo más recomendable para el transporte de personas y mercancías son los automóviles, autobuses y camiones, y por ello han gozado de toda clase de subsidios gubernamentales. Sin embargo, lo verdaderamente cierto es que los ferrocarriles constituyen el transporte terrestre más barato, más cómodo, más amigable con el medio ambiente y, sobre todo, el más seguro, señala el ex dirigente sindical ferrocarrilero.

En la muestra, que permanecerá abierta tres meses en aquel recinto ubicado a un costado de la Villa de Guadalupe, en la antigua estación de tren, se cuenta la historia de esa línea, construida en las primeras décadas de la pasada centuria con la aspiración de impulsar el desarrollo desde Tierra Caliente hasta Tacámbaro.

Ese tren fue utilizado para transportar sobre todo madera de los aserraderos de la zona, que en gran medida fue parte del problema, porque un empresario estadunidense se interesó más por saquear los recursos naturales que en otras cosas. Eso afectó a los pueblos indígenas, que se inconformaron y comenzaron a protestar, por lo que el empresario contrató un grupo de pistoleros y ordenó matar a algunos de los dirigentes purépechas, explica Salvador Zarco.

“Tal situación enardeció aún más a las comunidades indígenas y el capitalista decidió irse y dejar el ferrocarril a la deriva. Éste se incendió poco tiempo después; la vox populi señalaba como responsable a un empresario transportista de Tacámbaro que tenía una línea de camiones recién inaugurada y que le hacía la competencia al ferrocarril.

Nunca se supo quién fue el responsable. Lo cierto es que el ferrocarril se acabó y con ello se cerraron las expectativas de crecimiento y de mejora en la región. Porque Tacámbaro hacia el Pacífico está incomunicado, y el tren era una forma de traer la producción agrícola de la zona y sacarla. Era un apoyo importante a la zona de Tierra Caliente.

En El ferrocarril a Tacámbaro, título de la muestra, se reúnen reproducciones de una treintena de fotografías, la mayoría históricas en blanco y negro de principios de la pasada centuria, así como gráficas y material documental y bibliográfico, para dar cuenta de la historia de aquella población michoacana y de sus aspectos económicos, políticos y sociales, además de la historia de la ruta de tren que, con poco más de 200 kilómetros, operó allí durante poco más de una década.

Esta muestra es una pequeña historia de una historia gigante, la del ferrocarril en México. Es una exposición importante, no sólo porque el ferrocarril tiene que ver con aspectos de la gran vida nacional, la pequeña local y sus puntos intermedios, sino porque, hasta donde sé, no existe una investigación sobre la historia del tren a Tacámbaro refiere Teresa Márquez, directora del Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero.

En el acto inaugural, el periodista Luis Hernández Navarro, coordinador de Opinión de La Jornada, destacó el papel de Salvador Zarco para la preservación y difusión de la historia profunda de los trabajadores ferrocarrileros en México: “Le dio continuidad en un momento muy difícil. Retomó la estafeta de Demetrio Vallejo y la continuó no sólo defendiendo los derechos de los trabajadores, sino también el carácter nacional del sistema ferroviario y la importancia que tenía para el desarrollo del país.

Cuando el proceso de privatización acabó con los ferrocarriles tal como los conocíamos, Salvador defendió hasta la última trinchera ese sistema ferroviario, y después ha seguido adelante buscando mantener viva la cultura de los ferrocarrileros y de los ferrocarriles en cuanto foro ha sido posible.