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Córdova no estuvo en la toma de protesta

Nuevos aires en el INE con el arribo de la presidenta Taddei y tres consejeros
 
Periódico La Jornada
Martes 4 de abril de 2023, p. 4

Guadalupe Taddei Zavala rindió la protesta de ley que la convierte en la primera consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), y enseguida concretó el mismo protocolo para sus tres colegas: Rita Bell López Vences, Arturo Castillo Loza y Jorge Montaño Ventura, seleccionados por la Cámara de Diputados para el periodo 2023-2032.

La tarde de ayer, Taddei prometió guardar y hacer guardar la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y sus leyes, así como cumplir leal y patrióticamente el encargo del Poder Legislativo. Si no lo hiciere así, el pueblo y la nación me lo demanden, dijo al tiempo de alzar el brazo izquierdo.

Con lo anterior comenzó una nueva etapa en el consejo general del órgano electoral, no sólo por el avance en materia de género (a partir de este martes estarán en funciones seis consejeras y cinco consejeros), ni por la renovación total de las consejerías que iniciaron en 2014, cuando la reforma electoral dio por concluido el Instituto Federal Electoral (IFE) para dar paso a la época del INE, sino porque corrieron expresiones distintas, como la posibilidad de analizar la reducción del gasto del organismo.

Minutos antes de las dos de la tarde empezó la sesión del consejo general, en el salón de plenos que volvió a lucir repleto, después de tres años marcados por las restricciones de la pandemia de covid-19 y hasta cierta apatía por algunos consejeros.

También estuvo llena la mesa, conocida como la herradura de la democracia, pese a la ausencia de Lorenzo Córdova Vianello, quien todavía ayer lunes era consejero presidente, pero decidió correr su propio protocolo.

Primero, pasado el mediodía, encabezó una reunión privada con los consejeros y luego salió con ellos a la explanada para tomarse la foto; ante los fotógrafos dio una gran sonrisa, muy diferente a la expresión hosca y burlona que lo caracterizó en las sesiones recientes.

En pleno patio, sin perder la pose, dio un abrazo a Taddei y con un guiño se despidió: Presidenta, mucha suerte, el INE se queda en buenas manos.

Los reporteros le preguntaron por qué no participaría en la sesión, a lo cual adujo que era por cortesía y porque la Constitución dice que son 11 consejeros. Así se devolvió a la oficina que ocupó por nueve años.

Tampoco estuvieron los consejeros Ciro Murayama y José Roberto Ruiz, mientras que Adriana Favela lo hizo de manera intermitente en las casi tres horas de la sesión de este lunes.

Al ingresar al salón, Taddei rechazó que llegue al cargo cuestionada, como aseguró el PAN; al contrario, dijo ser heredera de la lucha de tantas mujeres mexicanas.

Y aunque de pronto le indicaban por dónde avanzar, para ella es un sitio conocido, pues se desempeñó como funcionaria local del entonces IFE y años más tarde encabezó el Instituto Electoral de Sonora.

En el sillerío aledaño a la herradura estaban los representantes de partidos políticos y sus invitados, incluidos varios diputados de Morena, y los vocales ejecutivos de las 32 juntas locales, así como los presidentes de los organismos públicos locales electorales (Ople).

A la izquierda de la presidencia del consejo general estuvo por última vez Edmundo Jacobo Molina, en el papel de secretario ejecutivo que tuvo por casi 15 años; atrás observaba la plana mayor de funcionarios del INE, para quienes ayer también fue su último día, pues apenas entró en vigor la reforma electoral, o plan B, renunciaron en colectivo.

El entusiasmo de la nueva etapa se puso de manifiesto cuando una veintena de integrantes del consejo se anotaron como oradores, con posibilidad de hablar, cada uno, por hasta ocho minutos.

Todos dieron la bienvenida a los nuevos miembros del máximo órgano de decisión, hasta los panistas, cuyo dirigente amagó el viernes con impugnar la idoneidad de dos de los nuevos consejeros, al señalarlos como cercanos a la 4T.

El beneplácito fue por la integración paritaria y, en distintos tonos, por recolocar al INE como un órgano autónomo, imparcial y menos costoso.

No faltaron las propuestas de diálogo y reconciliación, así como promesas de acercarlo más a la ciudadanía.

He de empeñar mi palabra para buscar reducir la brecha que separa a esta noble institución de las y los ciudadanos, expresó la consejera oaxaqueña Rita Bell. Menos burocracia, más diálogo y más ciudadanía, subrayó.

Sus colegas Montaño y Castillo igualmente proyectaron una posición mesurada; el primero rechazó la vía de las estridencias y, de paso, citó a su paisano Carlos Pellicer, mientras que el siguiente propuso un nuevo pacto en el juego democrático basado en la confianza entre el árbitro, los partidos y la ciudadanía.

Carla Humphrey invitó al análisis del tema presupuestario y, en general, el de las finanzas institucionales; alertó que el reto inicia no sólo de cara a las elecciones locales y federales venideras, sino desde el momento mismo de designar al menos 17 mandos superiores o al menos a los encargados de despacho.

Y mientras el perredista Ángel Ávila habló del plan B y de los ataques del gobierno contra el INE, el representante de Morena, Eurípides Flores, recalcó el llamado de su partido a que el organismo renuncie a los privilegios heredados.

A la vez ofreció darle vuelta a la página y dejar atrás esa historia negra de quienes en el pasado vieron este consejo general como la Corte de un Rey.