Número 186 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Cuenca Atoyac-Zahuapan. Entre la devastación y la esperanza
Desarrollo inmobiliario. Ivonne Bagnis

Los fraccionadores al acecho de Atlihuetzian

Ivonne Bagnis Rivadeneyra Atlihuetzian en Resistencia

En la última década, la comunidad de Santa María Atlihuetzian en Yauhquemehcan, Tlaxcala, está sufriendo un proceso de gentrificación que ha ocasionado un cambio en la fisonomía de su arquitectura, en el paisaje, en su identidad cultural, en el tejido social, y la vocación de la tierra. Esto sucede en la Cuenca del Alto Atoyac Zahuapan, donde la devastación socioambiental por las industrias y el crecimiento desordenado de la mancha urbana, ante la indiferencia de las autoridades federales y estales, está presente.

La ubicación de la localidad de Santa María Atlihuetzian, permite que el gran proyecto de comunicación carretero entre los Estados de México, Morelos, Hidalgo, Puebla, Veracruz, Tlaxcala y la Ciudad de México, la sitúen en un punto estratégico para su desarrollo, además de los atractivos turísticos, sus paisajes, sus zonas culturales, sus tradiciones, etc. Cuenta con una gran extensión de tierra de cultivo, que hace que esta comunidad esté en la mira de los agentes inmobiliarios para la construcción de fraccionamientos dirigidos a la población de altos ingresos. Esta situación ha ocasionado que los pobladores de Atlihuetzian vean con buenos ojos obtener ingresos de la venta de estas tierras sin tomar en cuenta las consecuencias negativas que esto provoca.

Esta situación, aunada a la falta de previsión de las autoridades locales para ir proveyendo a la comunidad de la infraestructura necesaria para este tipo de crecimiento acelerado y no planeado, ha ocasionado un desabasto en los servicios de agua potable, así como la falta de un tratamiento de aguas residuales, ocasionando la contaminación de barrancas y del río Zahuapan y su cascada.

Por otra parte, la comunidad no ha tomado conciencia de lo que podría pasar a futuro si esto no se controla, ya que les han vendido la idea de que estos fraccionamientos traen el progreso, por lo que resulta importante visibilizar el problema y tomar acciones que puedan revertir este crecimiento desordenado.

Problemática actual

Si bien se hizo un gran esfuerzo en el año 2006 por parte de los pobladores de la comunidad (Señorío Mágico) y las autoridades municipales por hacer el Programa Parcial de Desarrollo Urbano de Santa María Atlihuetzian para fomentar el desarrollo, el ordenamiento territorial y la protección del medio ambiente en la localidad buscando el mejoramiento de la calidad de vida de la población, este plan se ha dejado de lado por los presidentes de comunidad y autoridades municipales, que han hecho caso omiso de la normatividad que marca la ley.

Otro de los problemas que se presentan en este Programa Parcial es el de la tenencia de la tierra ya que en su mayoría es el régimen de propiedad privada.

La zona agrícola fuera del área urbana cuenta con predios que pertenecen al régimen de propiedad privada. El resto del territorio, comprende el cauce del río Zahuapan, de propiedad federal, así como los derechos de vía de las carreteras federales.

Las zonas agrícolas, al ser privadas, pueden ser vendidas por sus propietarios, y es ahí donde los desarrolladores inmobiliarios están al acecho de estas tierras para hacer sus fraccionamientos, propiciando la especulación y que los dueños de terreno quieran vender y obtener ingresos por la venta de la tierra, aunado a que los jóvenes ya no ven con buenos ojos el dedicarse al campo.

Aunado a esto, está el poco interés que han tenido las autoridades locales de conocer, estudiar y aplicar la normatividad del Programa Parcial de Desarrollo Urbano, donde marca que las zonas agrícolas deben de conservar su vocación y no ser usadas para fraccionamientos, y se han dedicado a negociar a modo con los fraccionadores inmobiliarios en perjuicio de los habitantes de la localidad, además este crecimiento no va a la par de la implementación de la infraestructura y equipamiento urbano en la localidad.

En el Programa Parcial de Desarrollo Urbano está establecido el uso de suelo, quedando definidos los usos habitacional, industrial y mixto, donde el uso de suelo en Atlihuetzian es H1 que es habitacional unifamiliar de baja densidad, que va de 1 a 5 viviendas con el adecuado aprovechamiento de la infraestructura y el equipamiento urbano.

El Plan Parcial prevé el crecimiento natural de la población y establece zonas urbanizables y zonas de preservación, y no un crecimiento acelerado y desordenado como el que se está dando actualmente.

Si no se protegen las tierras de cultivo y no se respeta el uso de suelo, la mancha urbana seguirá creciendo y estos desarrollos inmobiliarios atraerán a una población de mayor nivel socioeconómico que busca los atractivos que presenta Atlihuetzian y con esto se perdería la imagen rural de la comunidad, la cual se quiere preservar dentro del Plan.

Para frenar esto es importante la participación ciudadana, debemos de apropiarnos de nuestra comunidad, de nuestras calles, de nuestros espacios públicos, de nuestros jardines, de nuestros bosques, nuestra cascada, nuestro convento, nuestras áreas de cultivo, nuestros recintos culturales, nuestras tradiciones, y defender nuestro territorio, tenemos que hacer comunidad y definir qué es lo que queremos, cómo queremos ver en el futuro a nuestra comunidad y para hacer esto necesitamos trazar un Plan de Vida y apostar por un modelo mucho más sostenible, por el pequeño comercio de barrio, por el desarrollo comunitario y por crear modelos diferentes de poblaciones y de sociedad.

Atlihuetzian es una muestra clara del impacto de esa lógica mercantil, industrial e inmobiliaria que impulsan las empresas, ocasionando devastación y muerte en la Cuenca del Alto Atoyac sin que el gobierno federal, estatal y municipal hagan algo por frenarlo, e inclusive se coluden con éstos o son omisos.

Si no defendemos nuestro territorio estamos condenados a ser desplazados. •

Vivienda que respeta uso de suelo H1 en zona agrícola. Ivonne Bagnis