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Una OSX extendida logró la hazaña de interpretar la majestuosa Tercera Sinfonía de Mahler

El concierto, de una hora 40 minutos, contó con la dirección artística de Martín Lebel

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▲ La presentación se llevó a cabo en la sala Tlaqná, sede oficial de la OSX.Foto cortesía de la agrupación
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 20 de febrero de 2023, p. 9

Xalapa, Ver., Una llamada solemne de ocho cornos rompió el silencio en la sala Tlaq-ná; siguieron unos golpes sonoros y vertiginosos en las percusiones, que pronto se desvanecieron en el sonido de los trombones y la tuba.

Así comenzó la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX) su interpretación de la Tercera Sinfonía de Gustav Mahler, pieza coral de dimensiones monumentales, no sólo porque dura una hora y 40 minutos, sino porque requiere para su interpretación de una gran orquesta, un coro de niños y uno de mujeres, y de una mezzosoprano.

En charla antes al concierto, Félix Jiménez-Méndez, secretario de la Sociedad Mahler, y su hijo, Félix de Jesús Jiménez Trujillo, coincidieron en que en esta obra de seis movimientos, escrita durante los veranos de 1892 y 1896, Mahler tenía la visión de expresar la ascensión desde un mundo primigenio hasta la conciencia de alcanzar a Dios.

Comenzó el concierto dirigido por Martín Lebel. El primer movimiento, Kräftig; Entschieden, duró 33 minutos. En él, los asistentes pudieron percibir los rasgos característicos de las obras de Mahler: marchas y tonadas carnavalescas alternadas con silencios, un solo de trombón y sonoridades suaves.

Mahler es muy variado, impredecible, sobre todo las primeras obras, como la tercera sinfonía, que tienen una estructura tan clara que hace que esta música, que parece muy difícil, se vaya muy rápido, anotó Jiménez-Méndez.

Mahler, continuó, tenía fascinación por las marchas, porque vivió cerca de un regimiento militar; aquí van a escuchar marchas que representan cómo va ordenando el caos.

Jiménez-Méndez dijo que unos de los prejuicios contra Mahler es que se piensa que es aburrido, incomprensible, que sólo habla de la muerte. Al contrario, habla de la creación del universo y la expansión de la conciencia del ser humano.

Agregó que la incomprensión de sus obras en una época y su origen judío hizo que fuera relegado, hasta que personalidades de la música, como el director de orquesta Bruno Walter (Berlín), se dieron a la tarea de difundir su obra al crear la Fundación Mahler.

El compositor austriaco sólo veía fracasos en los estrenos de sus obras, pero solía decir que su tiempo llegaría. No lo vio, pero llegó, y esa es su trascendencia: no escribió para su generación, sino para generaciones futuras.

Menos mal que Lebel es un hombre de extremidades largas y gran flexibilidad porque el primer movimiento le exigió un continuo resorteo de piernas y brazos, que se alternó con el balanceo, combinado con una sutil agitación de las manos.

En el intermedio, un estudiante de música dijo a su acompañante: Me sorprende que Lebel esté dirigiendo de memoria. ¿Cuántas veces habrá escuchado la sinfonía para aprenderla de memoria?

La presentación continuó con Tempo Di Menuetto:Shermässig y Comodo, Scherzando, Ohne Hast, con sonoridades más suaves, regidas por algunos efectos de aceleración. En ellas predominan las evocaciones a la naturaleza.

Compositor de paisajes

En la charla, Jiménez-Méndez y Jiménez Trujillo rememoraron una popular anécdota sobre una visita que Bruno Walter hizo a Mahler, en la cabaña donde éste vivía, rodeada de montañas, un río y un hermoso bosque: Walter, no te molestes en ver el bello paisaje, yo ya lo compuse en esta sinfonía.

En este movimiento hay un solo del corno de postillón, o el cornetín, que se toca fuera del escenario; es la canción de un centinela a un compañero muerto. A Mahler le gustaba usar instrumentos raros, como el corno de postillón, que está en desuso, que se tiene que suplir por algo de la época.

Jiménez Trujillo refiere que algo típico de Mahler es comenzar lento y luego acelerar, con lo que cambia el humor de la música: En el tercer movimiento comienza despreocupado y termina con salvajismo.

A las 21:50 horas, el ingreso a la sala Tlaqná del coro de niños del Instituto Superior de Música del Estado de Veracruz (ISMEV) y de las integrantes del coro de la Universidad Veracruzana, anunciaron el inicio de la parte vocal de la sinfonía en los movimientos cuatro y cinco: Sehr Langsam: Misterioso y Lustig Tempo Und Keck Im Ausdruck.

Llegó al escenario Harumi Castro Sachida, la mezzosoprano especialista en lied y oratorio por la Universität für Musik und Darstellende Kunst Graz, de Austria, para interpretar Así habló Zaratustra, de Friedrich Nietzsche, que forma parte del cuarto movimiento.

En aquella época, Mahler descubrió a Nietzsche y fue como un rayo para él; se identificó con su filosofía. Se le conoce como la sinfonía de Nietzsche, porque hay influencia del filósofo, apuntó Jiménez-Méndez.

El experto en Mahler agregó que una de las razones por las que las obras de este autor no son interpretadas con frecuencia es porque requiere una orquesta aumentada. Ninguna tiene en su plantilla normal ocho cornos, cuatro trompetas, cuatro trombones, cinco oboes ni dos juegos de timbales.

Destacaron que Mahler prefería acompañar sus obras con una me-zzosoprano porque concebía que la voz de la humanidad tiene muchas características femeninas.

El sexto movimiento, Langsam.Ruhevoll. Empfunden, de 25 minutos, comienza sólo con las cuerdas, y poco a poco se suman las otras secciones de la orquesta; representa una ascensión de la conciencia.

La primera vez que fui a escuchar a Mahler era como un juego de Necaxa; los asistentes nos saludábamos de mano, porque había más gente en el escenario, con todo y coro, que los que íbamos al concierto. Pero la difusión nos lleva a tener un público numeroso, a premiar con nuestra presencia el esfuerzo de las orquestas por atreverse a programar a Mahler, porque no es barato traer esa calidad de música.

Después de 100 minutos de interpretación, el concierto con la Tercera Sinfonía de Mahler llegó a su fin. Lebel lanzó un beso a la me-zzosoprano y volteó a ver al público que recompensó su esfuerzo con aplausos que se extendieron por varios minutos.