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Al rescate de los murales
Un museo de mediados del siglo XX al aire libre
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▲ Tras 14 meses de construcción, se erigió un conjunto de inmuebles que albergaron a la SCOP, donde se vinculó el arte con la arquitectura, tal como se hizo en la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria.Foto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Jueves 2 de febrero de 2023, p. 4

En 1953, el presidente Adolfo Ruiz Cortines encomendó al arquitecto Carlos Lazo Barreiro (1914-1955), entonces secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, la construcción de un centro para alojar a todas las dependencias de esa secretaría en un solo lugar, las cuales se encontraban dispersas en varios puntos de la Ciudad de México.

Se encontró el terreno idóneo en la colonia Narvarte, delimitado por las avenidas Xola, Niño Perdido (hoy Eje Central Lázaro Cárdenas), Universidad y la calle Cumbres de Acultzingo. En un principio ahí se iba a construir un hospital del IMSS, pero al no contarse con los recursos suficientes se dejó en obra negra la construcción.

En el portal El Mirador de la actual Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) se narra que el arquitecto Lazo convocó a sus colegas Augusto Pérez Palacios y Raúl Cacho –quienes trabajaron con él en la construcción de Ciudad Universitaria– para que se hicieran cargo de la adaptación de dicho inmueble y lo sumaran al diseño del conjunto en general.

Después de 14 meses de intensa labor constructiva, se erigió un conjunto de inmuebles que albergarían no sólo a las diversas oficinas administrativas y laborales de la Secretaría de Comunicaciones y Obra Pública (SCOP), sino también incluía un supermercado, laboratorios, comercios, un hospital, así como guardería, campos deportivos y edificios multifamiliares que contendrían 492 departamentos para sus trabajadores. El conjunto se desarrolló en un área construida de 92 mil 572 metros cuadrados, se añade.

Los más reconocidos pintores de la época

Se decidió vincular el arte con la arquitectura, tal como se hizo en la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria, así que para el Centro SCOP se invitó a los más reconocidos pintores de la época a intervenir los edificios.

El resultado fueron los espléndidos murales policromos a base de mosaicos de piedras naturales traídos de diversas partes del país, con temas referentes a la historia de las comunicaciones y los transportes. Ahí están: Los aztecas, Conquista y libertad, Los mayas y Cuatro siglos de comunicaciones, piezas de José Chávez Morado; Los libertadores, Independencia y progreso y Canto a la Patria de Juan O’Gorman; Al héroe del trabajo, de Luis García Robledo; El trabajo obrero y campesino, de Rosendo Soto; Sol de fuego, de Jorge Best; Sol de agua, de José Gordillo; Sol de aire, de Arturo Estrada, y Sol de tierra, de Guillermo Monroy.

También participaron los escultores Francisco Zúñiga, con su obra Alegoría a la tierra y a las comunicaciones, y Rodrigo Arenas Betancourt con su homenaje al último tlatoani mexica, Cuauhtémoc, en la plaza oriente.

El Centro SCOP fue inaugurado en 1954, pero en 1985 sufrió graves afectaciones con los sismos: se derrumbaron los últimos tres pisos del edificio B, por lo que se destruyeron en su totalidad los murales ubicados en ese segmento, mientras los de su cabecera norte, realizados por O’Gorman, se afectaron parcialmente.

Según la información que aparece en el sitio https://elmirador.sct.gob.mx/reportajes-especiales/centro-scop#sdfootnote2sym, entonces se llevó a cabo un plan maestro, cuyo propósito fue reconstruir los edificios dañados, a cargo del arquitecto Ignacio Machorro, así como rescatar los murales bajo la responsabilidad del arquitecto Vicente Medel. En este último tema se lograron reconstruir algunos murales; sin embargo, otros perdieron su sentido al no ser restituidos en su totalidad.

El sismo de 2017 causó la inclinación del edificio A y un daño superior en las estructuras del resto del conjunto, lo que motivó su desalojo total ocho días después del siniestro. Las obras escultóricas de Zúñiga y Betancourt no sufrieron daño, pero los murales de José Chávez Morado y Juan O’Gorman sí, de acuerdo con el reportaje de El Mirador.

Añade que en 2019 la SICT reportó 5 mil 641 paneles reconstruidos y originales, de los cuales se desmontaron y guardaron 2 mil 345 piezas reconstruidas, quedando por remover 3 mil 26.3.

En 2022 comenzaron los trabajos para nuevos dictámenes de seguridad estructural por parte del Instituto de Seguridad de las Construcciones del gobierno de la Ciudad de México, con el propósito de fundamentar la viabilidad del proyecto de intervención para el rescate integral del patrimonio artístico del conjunto SCOP.