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Reivindican la lucha de las mujeres anarquistas de principios del siglo XX

Es un aliciente existencial ver y admirar a estas personas, capaces de entregar su vida por un ideal, explica la dramaturga Estela Leñero

 
Periódico La Jornada
Jueves 26 de enero de 2023, p. 3

Estela Leñero Franco (Ciudad de México, 1960), con la obra Derrota luminosa: Las anarquistas y la libertad de expresión, lleva la voz de las mujeres al teatro para completar la historia de los anarquistas en México, que a principios del siglo XX indujeron la lucha contra la tiranía como precursores de la Revolución. Ellas tuvieron muchas tareas y fueron un soporte básico para el movimiento. Su lucha era por la liberación de los presos políticos, que implicaba a sus familiares y parejas, pero también el movimiento idealista que los acompañaba, adelanta la dramaturga en entrevista, con motivo del estreno que realizará mañana el elenco de la Compañía Nacional de Teatro (CNT).

En el libreto, el hilo conductor se da con el encuentro entre Enrique Flores Magón y su sobrina Lucía Norman, hija adoptiva de Ricardo, el hermano más reconocido al ser el ideólogo, de pensamiento avanzado y radical. La obra trata de estos personajes más laterales para la historia, a los que ponemos a dialogar mientras mostramos escenas del movimiento, los levantamientos fallidos y los planes. También me interesó la compañera de Enrique, que era mensajera, traficante de armas y espía, adelanta la reconocida creadora teatral y antropóloga.

Mi interés al principio fue por estos anarquistas que estuvieron dispuestos a pasar la mitad de sus vidas en la cárcel y que, a través de la palabra escrita, quisieron transmitir la idea de que un mundo diferente era posible. Es un aliciente existencial ver y admirar a estas personas, capaces de entregar su vida por un ideal, explica.

Leñero Franco refiere que aún se busca esta utopía, pues en nuestra sociedad la mayoría no tiene lo suficiente para vivir, sólo unos cuantos poseen los medios de producción y se explota al resto. Esa realidad que criticaban y por la cual luchaban los anarquistas a principios del siglo XX está presente en nuestros días; la situación es gravísima.

Sin embargo, acepta que en la actualidad se ha deformado el concepto de anarquismo. Se asocia con el bloque negro de las marchas, a la letra A encima de un círculo, a un actuar sin reglas ni principios. Eso es una mala derivación. Me parece que en los inicios del movimiento, en particular en México, significaba toda una posición política e ideológica, en lo que lo principal, por lo que se tenía que luchar, era por la abolición de las clases sociales. Una sociedad horizontal donde la manera de organizarse fuera sin la explotación de los unos sobre los otros y que todos tuvieran lo necesario para vivir.

Como es frecuente, en los libros de historia estas mujeres anarquistas están ausentes, pero su presencia fue muy importante. Muchas fueron migrantes y vivían en Los Ángeles, hacían mítines, colectas, buscaban suscriptores para el periódico Regeneración. En palabras de Leñero, eran el sustento económico y político para que quienes estaban presos, al salir pudieran seguir con el activismo. Muchas de ellas eran escritoras y editoras, además de que algunas fueron espías y mensajeras, arengaban en las plazas, organizaban reuniones e invitaban a la lucha.

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▲ En entrevista con La Jornada, Estela Leñero comentó que su propuesta teatral Derrota luminosa: Las anarquistas y la libertad de expresión contó con la investigación de Gabriela Márquez, quien la ayudó a encontrar varios documentos que dirigen sus miradas hacia María Brousse y Teresa Arteaga Brousse, parejas de Ricardo y Enrique Flores Magón, respectivamente. La obra tendrá dos funcionas gratuitas en el Centro Cultural Los Pinos este fin de semana.Foto Pablo Ramos

Una parte importante de la investigación la realizó la historiadora Gabriela Márquez, quien me ayudó a conducir estos pequeños indicios de dónde estaban las mujeres. Cuesta mucho trabajo indagar el trayecto de vida y el activismo de las mujeres anarquistas, reconoce, pero también muy apasionante, incluso cuando se mandaban mensajes de WhatsApp para compartir un hallazgo. Conocer dónde anduvieron fue una aventura y muy divertido.

Triple jornada de trabajo

Encontraron varios documentos y autores que ya habían dirigido sus miradas hacia María Brousse y Teresa Arteaga Brousse, parejas de Ricardo y Enrique Flores Magón, respectivamente. Pero aún queda mucho por investigar. Hacer estas deducciones y trayectos de los personajes femeninos fue muy interesante, aleccionador y sorprendente, porque de la cantidad de bibliografía que consultamos muy pocos libros dan seguimiento de las mujeres. Esa ausencia es impresionante.

Leñero apunta que su capacidad de multiplicarse sin abandonar la lucha era admirable, ya que no sólo eran activistas, sino que se encargaban de las actividades domésticas, lo que las llevaba a tener una triple jornada de trabajo.

Derrota luminosa: Las anarquistas y la libertad de expresión es una propuesta que surgió con la CNT y estará dirigida por Juliana Faesler, quien tiene una conciencia política y social también libertaria, de conceptos de una lucha por un mundo mejor y al mismo tiempo con una visión feminista.

La puesta en escena es una lectura dramatizada que implicó un concepto desarrollado en conjunto con el elenco estable de la CNT, con la idea de que es un colectivo en movimiento y, al mismo tiempo, tiene sus individualidades y sus presencias, es un buen engranaje de mi propuesta como dramaturga y de su iniciativa como directora escénica.

La obra tendrá dos presentaciones gratuitas, una mañana a las 20 horas en la Sala Héctor Mendoza, en Francisco Sosa 159, en Coyoacán, y la otra el próximo domingo a las 17 horas en el Centro Cultural Los Pinos. Para ambas es necesario reservar con el envío de un correo electrónico a [email protected]