Número 184 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Voces de Nuestramérica

Cómo avanza el gobierno del pacto histórico en Colombia

Luz Angélica Dueñas  

No fueron 100, fueron 200 años de soledad a los que estuvimos condenados los colombianos mientras la élite conservadora se repartía el país y lo administraba como si de su propia hacienda se tratara. Masacres, despojo de tierras, asesinatos selectivos, abandono, marginación, corrupción, desplazamiento, confinamiento, entre otros, fueron los vejámenes a los que estuvimos sometidos.

Sin embargo, el 7 de agosto del 2022, como un parteaguas, en un acontecimiento inédito en la historia de este país, la izquierda progresista asumió el “poder” en cabeza de Gustavo Petro Urrego como presidente y Francia Márquez Mina como vicepresidenta, representantes de la denominada coalición Pacto Histórico. Dos sujetos políticos que llevan en su esencia, en sus rostros, en sus cuerpos, la identidad del pueblo que incansablemente ha persistido en su lucha por una Colombia diferente, por ello este triunfo es más que significativo; las élites han sido sustituidas, al menos durante estos 4 años, por un hombre que desde temprana edad asumió los ideales bolivarianos y emprendió una lucha decidida por la transformación del país y una mujer afrodescendiente proveniente del movimiento por la defensa del territorio, que llega para generar rupturas en las estructuras machistas, racistas y clasistas sobre las que se ha construido el proyecto de Estado-Nación.

Y si el camino recorrido para ser gobierno fue difícil, no menos lo será el ejercicio de gobernar porque, si bien es cierto que el Pacto Histórico llega con un importante respaldo popular y con una mayoría legislativa que le ha permitido sacar adelante reformas cruciales para la transformación, el conservadurismo está incrustado en lo más profundo de la sociedad y está dispuesto a recuperar el poder cueste lo que cueste. De ahí la importancia de mantener claro el horizonte y comprender el contexto real al que nos estamos enfrentando, eso significa que la izquierda deberá asumir que ahora es gobierno no oposición y tendrá que trabajar contra viento y marea en sus territorios para defender el proyecto de país por el que masivamente acudió a las urnas. Es el poder del pueblo en las calles el que marcará los límites y avances de esta que es nuestra revolución posible, la que nos pintó el corazón de esperanza y cambió el giro de la rueda de la historia.

En este sentido, presentamos un análisis de los avances, retos y riesgos del gobierno del Pacto Histórico en Colombia:

Avances:

Voluntad política para la implementación del Acuerdo de Paz firmado entre las Farc y el Estado Colombiano en noviembre de 2016. El compromiso del gobierno con el tema de la Paz es indudable, ha puesto de nuevo sobre la mesa el interés, el deseo y la posibilidad de pensarnos un país desde la PAZ TOTAL como una apuesta de política pública que busca establecer consensos con los grupos armados y poner fin a la larga duración de la violencia sobre la que se ha construido la historia de este país. Pensar, sentir y actuar desde la Paz cambia radicalmente el modelo de sociedad en el que nos habíamos acostumbrado a sobrevivir desde la lógica y el discurso de la guerra. La materialización de la Paz Total, como la llama este gobierno, ha empezado con dos acciones fundamentales que, por supuesto, han sido criticadas tanto por la derecha como por la izquierda radical, la primera es la reactivación de las mesas de negociación con la histórica guerrilla del Ejército de Liberación Nacional – ELN en la que magistralmente el presidente sentó a la mesa, como parte del equipo negociador del gobierno, a José Felix Laforie, uno de los terratenientes de ultra derecha relacionado estrechamente con el paramilitarismo. La segunda es la liberación de los jóvenes de la “primera línea”, presos políticos capturados durante el gobierno de Iván Duque por haber participado activamente en el “estallido social” de abril del 2021.

La reforma tributaria: Por primera vez en la historia impositiva de Colombia se presenta y aprueba una reforma que elimina los privilegios de los que siempre han disfrutado los más ricos del país. Una reforma tributaria que pretende disminuir la enorme brecha de desigualdad a través de la redistribución equitativa del ingreso y la inversión social.

Reforma Rural Integral: La pregunta clave en este punto es, ¿será posible la reforma rural por la que históricamente los campesindios y afrodescendientes han luchado? Y la respuesta claramente es sí, la política para la vida ha empezado a ejecutarse a través de la resignificación del campo y los campesinos como actores esenciales en la economía del país, Petro se la está jugando por acabar el conflicto armado y para ello ha decidido “comprar” las tierras en lugar de expropiarlas, definitivamente una decisión controversial, pero, necesaria para salir del círculo vicioso en el que se encontraba enfrascado el país. Comprar 3 millones de hectáreas a los ganaderos para repartirlas a los indígenas, campesinos, y afrodescendientes no solo resuelve el problema de acceso a la tierra, sino que, además, evita el peligro de devolvernos nuevamente a la guerra a través del brazo armado de los ganaderos: los paramilitares. La repartición de tierras ha empezado, este cambio no lo para nada ni nadie, el 3 de enero de 2023, este gobierno aceptó y legalizó la constitución de 3 Zonas de Reserva Campesina que llevaban más de 15 años luchando contra todas las trabas del Estado que se esmeró para no reconocerlas y adjudicarles el poder de administrar de forma autónoma su territorio.

La política de cuidado de la vida: El último elemento para resaltar en los grandes cambios que se empiezan a gestar en este país es la política del cuidado de la vida, de la casa grande (la naturaleza), como la llama Francia Márquez. La implementación de políticas ambientalistas orientadas a la protección del Amazonas, el cuidado de los ríos, de la tierra en general y de la vida en particular se materializa en la prohibición del fracking, la transición energética, la recuperación del amazonas y la dirección del Ministerio de Minas y Energías en manos de una mujer profundamente humanista, con una visión que supera de lejos la perspectiva económica, mercantilista que se le ha dado al tema de la naturaleza.

Retos:

Petro con la espada de Bolívar victorioso a pesar de la intención de fraude por parte de la entidad responsable de los comicios electorales.

Este gobierno se enfrenta a retos enormes que deberá asumir y atender para sentar las bases de un proceso de transición de largo aliento. El primero será la protección de la vida a líderes sociales, comunitarios y firmantes del acuerdo de paz, que siguen siendo asesinados por la defensa de sus territorios. El segundo tiene que ver con el tema del narcotráfico, está claro que es una economía informal sobre la que se han erigido grandes poderes políticos y militares transnacionales pero que atraviesa todo el tejido social, cultural, económico y político de las comunidades que habitan los territorios donde se produce la materia prima. He aquí el reto que tiene el gobierno sobre todo con estas comunidades, no se trata solo de establecer un acuerdo para la sustitución voluntaria de cultivos, sino de una política integral que les permita a las comunidades transitar hacia economías permanentes que garanticen el proceso de reproducción y cuidado de la vida, es decir, tiene que ver con el acceso y formalización de tierras, los créditos, la comercialización de sus productos, la reconstrucción del tejido social y la garantía de una vida digna. El tercero tiene que ver con el tema de la corrupción, aunque hay avances muy significativos en este punto, especialmente con lo relacionado al manejo de bienes incautados al narcotráfico, al manejo del presupuesto público y de las cuotas que por contratación se venían dando, falta mucho por hacer y se constituye en un reto precisamente porque al Pacto Histórico también pertenecen personas que construyeron su poder desde la práctica de la corrupción. El cuarto reto es mantener una sólida y a la vez diferenciada relación con los movimientos sociales, de tal manera que siendo gobierno el movimiento social no sea cooptado por las estructuras formales, institucionales y rígidas del Estado, sino que, al contrario, de forma libre y autónoma, sin convertirse en oposición el movimiento social siga en su curso empujando el proceso de transformación desde los territorios. Por último, está en mora de generar una estrategia de comunicación efectiva que le permita contrarrestar el poder hegemónico conservador que tienen los medios de comunicación tradicionales y cuya tarea está centrada en la desestabilización y desprestigio del gobierno para el reacomodo y la recuperación del poder por parte de la derecha.

Este gobierno ha llenado a la gente de esperanza, de sueños y de posibilidades, en cinco meses, a pesar de las dificultades, los errores, los desacuerdos, el cambio se siente, se percibe en el ambiente ahora que la gente en lo cotidiano habla de la política, de lo absurdo de la guerra, de los niveles inimaginables que alcanzó la corrupción, de la necesidad de vivir en paz, del incremento histórico del salario mínimo y del discurso de Petro en Naciones Unidas, Colombia es otra desde el estallido social y ese cambio que ocurrió en lo más profundo de la sociedad será la semilla que hará florecer nuestra primavera. En tiempos de carnaval, así expresó la gente la esperanza en este gobierno: Un homenaje a la Paz Total. •