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La ruta infinita genera un atractivo diálogo entre las riquezas del Munal y del Thyssen

Exposición con la que los recintos mexicano y español festejan sus aniversarios 40 y 30 // Se exhiben 16 pinturas que abarcan casi medio siglo de historia // Las del museo madrileño salen de España por primera ocasión para ser exhibidas en el continente americano

 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de octubre de 2022, p. 6

La muestra Munal+Thyssen: La ruta infinita, que se presenta en el Museo Nacional de Arte (Munal) desde el 28 de septiembre como parte de los festejos de su 40 aniversario, es un encuentro entre épocas, latitudes, miradas, historias e instituciones.

A través de ella, obras de artistas señeros del acervo de ese recinto mexicano y del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, de España, entablan un diálogo para acercar al público nacional a la riqueza y la tradición de la herencia hispana.

Son 16 pinturas, ocho por institución, que abarcan casi medio siglo de historia y que, en el caso de las provenientes del museo madrileño, es la primera vez que salen de España para ser exhibidas en el continente americano.

“La ruta infinita es un título sugerente que plantea estos diálogos de un lado y del otro del Atlántico en los que sensibilidades, temas, contenidos, iconografías se nutren a partir de esta ruta infinita que, indudablemente, suman la hispanidad y la americanidad”, señaló Héctor Palhares, curador de la exposición por el lado mexicano. Por la parte española fue Mar Borobia, jefa de conservación de pintura antigua del museo Thyssen-Bornemisza.

En un recorrido por la muestra, el historiador del arte destacó cómo, a través de un tránsito por los estilos gótico, renacentista, manierista, barroco, neoclásico y romántico, grandes maestros de la pintura española atravesaron ahora el océano para entablar un juego de espejos con pinceles notables de la plástica mexicana.

Encuentros inusitados

Se produce un inusitado y atractivo diálogo entre las obras de cada espacio museístico, que permite al espectador advertir correspondencias y divergencias, así como los puentes entre diferentes autores, lenguajes y estilos.

Las piezas más antiguas, con unos 500 años, provienen del museo español. Son un par de tablas: el óleo La lamentación de Cristo muerto, de Juan de Flandes, artista muy difícil de ver en México, quien fue pintor de la reina Isabel La Católica, y el temple y oro Misa de peregrinos, de (círculo de) Jaume Huguet.

El maestro del barroco sevillano Bartolomé Esteban Murillo llega al recinto mexicano con una composición que presenta a santa Rosa de Viterbo a los pies de la Virgen y el Niño, con el característico estilo vaporoso del autor.

Junto a ella, La Virgen del Carmen de Guatemala con santa Rosa de Lima, del novohispano José de Ibarra, muestra a la primera santa americana en su unión sublime con el Niño Jesús. Ambas pinturas conviven con la portentosa imagen de la Virgen del Apocalipsis, realizada por el artista oaxaqueño Miguel Cabrera a partir de la obra homónima de Peter Paul Rubens.

Foto
Santa Casilda, ca. 1630-1635, de Francisco de Zurbarán (1598-1664). Óleo sobre tela. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.Foto cortesía Munal

Una de las joyas de la exposición, según Héctor Palhares, es el Cristo abrazando la cruz, obra en la que su autor, el manierista Doménikos Theotokópoulos, El Greco, exalta su narrativa frente al Cristo en la cruz, del sevillano Sebastián López de Arteaga, y el Divino rostro, del también español Alonso López de Herrera.

El recorrido permite apreciar el diálogo entre el extremeño Francisco de Zurbarán, quien tanto influyó en la tradición virreinal, y Juan Correa, mediante obras que representan a santas ejemplares del cristianismo: Casilda y Catalina de Alejandría.

Asimismo, el género del bodegón o la naturaleza muerta está representado por obras de Juan van der Hamen y León, y del novohispano Tomás Javier de Peralta.

El carácter sicológico y emocional del romanticismo es tratado en la muestra con un par de retratos: Asensio Julià, de Francisco de Goya, y el Autorretrato, del poblano Juan Cordero, mientras los valores simbólicos y ejemplares de la modernidad son representados también con otros dos retratos: el del Tío Paquete, de Goya, y La crítica, de Julio Ruelas.

Esta exposición es la cereza del pastel de los festejos del 40 aniversario del Munal, destacó Carmen Gaitán, directora de ese espacio. “Es una exposición compacta, pero de grandes figuras; son piezas que nunca habían cruzado el mar.

“Es la primera vez que tenemos aquí del Thyssen a El Greco, Zurbarán, Murillo, a figuras góticas y renacentistas. Y, sobre todo, nos permite estar frente a Goya, precursor de todo lo horrible que hemos vivido.”

Munal+Thyssen: La ruta infinita también es parte de las celebraciones de los 30 años del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y los 20 del Centro Cultural de España en México.

Permanecerá abierta hasta el 4 de diciembre en el recinto de Tacuba 8, Centro Histórico, y contará con un programa académico virtual en el que participarán especialistas de México y España, así como con actividades educativas para todas las edades.