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Entró en vigor la restricción de visas

Viajar a países de la UE será casi imposible para ciudadanos rusos

La medida es una estupidez: vicecanciller Aleksandr Grushko

Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 13 de septiembre de 2022, p. 25

Moscú., Para un ciudadano ruso que no tenga visado de Schengen vigente, viajar a Europa será casi imposible a partir de este lunes, cuando entró en vigor la decisión de la Unión Europea (UE) de suprimir el régimen simplificado de concesión de visas para visitas de corta duración, hasta 90 días, medida que el vicecanciller ruso, Aleksandr Grushko, calificó de nueva estupidez.

Rusia aún no ha anunciado cómo responderá a esta nueva restricción, que vista desde Bruselas pretende que el castigo a los turistas rusos pueda influir en que el Kremlin ordene a su ejército retirarse de Ucrania.

No tenemos prisa. La UE está cometiendo una nueva estupidez, difícilmente podría yo, como diplomático, explicar esa decisión de otra manera. Es un intento de dividir a la sociedad rusa en miembros que son bienvenidos y otros, indeseables, comentó Grushko a los reporteros.

Y agregó: ¿Cómo responder a una estupidez? Veremos cómo ese tipo de medidas van a afectar los contactos entre las personas. Nunca hemos sido partidarios de restringirlos.

Los países –Estonia y Finlandia, en primer término– que tienen frontera terrestre con Rusia, secundados por Polonia, Letonia y Lituania, querían prohibir la entrada de rusos en la UE. La propuesta no prosperó por la negativa de varios estados, y no sólo de los receptores de turismo, y se adoptó, como solución salomónica, dejar de aplicar el acuerdo que facilitaba el régimen de visados con Rusia desde 2007.

Desde ahora, el trámite para obtener la visa será más complicado para los rusos: tardará un mínimo de un mes, habrá que presentar más documentación, costará casi el triple y, salvo raras excepciones, en lugar de las visas con entradas múltiples para cinco años, se entregarán permisos para una sola visita y los días exactos que el viajero declare en función de sus boletos de avión y reserva de hotel.

Cerrado el espacio aéreo europeo para vuelos comerciales desde y hacia Rusia, para ingresar en la Unión Europea los rusos tendrán que usar terceros países como Turquía o Dubái, pero sólo podrán tomar un vuelo al país emisor de su visado y no, como antes, a cualquier miembro del espacio Schengen.

Además, con cerca de 300 vuelos a la semana, Turquía hace su agosto todos los meses al triplicar el precio de los boletos, aparte de que la duración del vuelo, al tener que eludir el espacio aéreo de Ucrania, se alarga dos horas. Y llegar a Europa desde los Emiratos Árabes Unidos, dependiendo de la capital europea de que se trate, requiere entre 12 y 15 horas de vuelo, y eso sin considerar el tiempo de la escala en el aeropuerto dubaití.

Los otros dos países que no comparten la restricción impuesta por la UE a los turistas rusos casi no cuentan: Serbia, que hasta hace poco tenía muy pocos vuelos a la semana y demasiado caros, y Georgia, que está más lejos y rechaza con frecuencia la entrada de rusos.

De los cinco países de la UE que no son parte del espacio Schengen (Bulgaria, Chipre, Croacia, Irlanda y Rumania), todos son miembros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), igual que Gran Bretaña, aunque ésta no participa ni en la UE ni en el área Schengen, y por tanto tampoco están por la labor de facilitar las visas a rusos, aparte de que ninguno recibe vuelos desde Rusia.

Hasta hace poco, muchos rusos –61 por ciento de todos los que entraron con visa de turista en la UE desde el 24 de febrero hasta el 22 de agosto anteriores, de acuerdo con cifras oficiales de la agencia europea de la guardia de fronteras y costas (Frontex)– utilizaban la vía terrestre a través de Finlandia y Estonia, y en menor grado de Lituania.

Sin contar los rusos que ya tienen pasaporte de algún país de la UE o permiso de residencia por haber comprado propiedades ahí, en ese lapso, según datos del mismo Frontex, ingresaron como turistas 998 mil 85 rusos, de los cuales 329 mil 185 lo hicieron por Finlandia y 281 mil 957 por Estonia, pero por lo común sólo para usar los aeropuertos de Helsinki y Tallin y continuar hacia otros destinos en Europa.

La asociación de operadores turísticos de Rusia estima que el flujo hacia Europa de viajeros rusos en la temporada veraniega recién terminada cayó 90 por ciento en comparación con 2019, antes de la expansión del coronavirus. Entonces los países más visitados eran Alemania, Francia, Italia y España, en ese orden, y este año apenas hubo turistas rusos en Grecia, Italia, Francia y España.

Incluso en 2021, en plena pandemia pero antes de la guerra, los rusos podían viajar a 32 países. Diez millones de personas lo hicieron ese año, casi la mitad de las cuales optó por las playas turcas, cuando había vuelos chárter baratos, un millón prefirieron Egipto y otro millón Abjazia, medio millón Dubái e igual cantidad Chipre. A México llegaron ese año poco más de 75 mil.

Ante las dificultades para ir a destinos europeos, las personas que tienen dinero para viajar –una reciente encuesta reveló que 69 por ciento de rusos jamás ha visitado otro país– seguirán pasando sus vacaciones en Turquía, Dubái, Egipto, Tailandia o Vietnam, aparte de las múltiples opciones que ofrece Rusia.