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La STPS y sus ¿inspectores?// El tiempo pasa y nada cambia// Petro, presidente de Colombia

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l tiempo se agota (nos come, dice el gobernador de la entidad) y el peligro para la vida de los mineros atrapados en la mina Pinabete, Coahuila, crece minuto tras minuto, de ahí la urgencia de que los trabajos de rescate no sólo avancen rápido, sino con precisión. Más de 400 elementos gubernamentales –en su mayoría del Ejército nacional– y civiles laboran para alcanzar tal fin, y el presidente López Obrador se apersonó en la zona para conocer de primera mano la situación. Se trabaja día y noche, pero el principal problema es la inundación.

La prioridad, ha dicho el mandatario federal, es el rescate de los mineros atrapados; después, una vez logrado el objetivo, vendrán las investigaciones y se fincarán las responsabilidades del caso. Sin embargo, la fotografía que ilustra la portada de La Jornada del pasado jueves da puntual cuenta sobre las infrahumanas condiciones de trabajo para los mineros: pozos dignos del siglo XVI, con una endeble estructura de madera podrida y un malacate más viejo que el carbón, en un ámbito carente de medidas preventivas para evitar accidentes.

Entonces, ¿dónde están los inspectores de la Secretaría del Trabajo que permiten la existencia de ese tipo de pozos feudales, en los que los mineros –por un salario de hambre y sin mínimas condiciones de seguridad– arriesgan la vida a diario? Lo mismo sucedió en Pasta de Conchos, cuando por la negligencia y mezquindad de la empresa (Grupo México, de Germán Larrea) provocó la muerte de 65 mineros, en lo que se calificó como homicidio industrial. Ello pasó en el gobierno de Vicente Fox, quien nunca acudió al lugar de la tragedia y sólo actuó en defensa del corporativo, pues apenas transcurridos cinco días clausuró los trabajos de rescate, mientras los inspectores de la Secretaría del Trabajo avalaban el proceder de la empresa. Dieciséis años después, los cuerpos de 63 mineros se mantienen bajo toneladas de rocas.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) comenta al respecto: algo que redefinió la importancia de la inspección de las condiciones laborales en los centros de trabajo minero en el país se centró en el siniestro ocurrido el 19 de febrero de 2006 en la mina de carbón Pasta de Conchos, en el ejido Santa María, munici-pio de San Juan Sabinas, Coahuila, que ocasionó la muerte de 65 trabajadores mineros, debido a una explosión de gas metano, pese a que el delegado federal del trabajo del estado, dependiente de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, señaló que el 7 de febrero de 2006 (12 días antes del siniestro) había realizado una visita de verificación de seguridad e higiene a dicha mina, sin encontrar irregularidad alguna.

Todo indica que no se ha modificado ese perverso comportamiento de la autoridad laboral, porque si algo priva en las zonas mineras del país es la inseguridad para los obreros y la protección para los patrones. En uno de sus análisis (2021) la propia ASF advierte: la Secretaría del Trabajo no acreditó los estudios e investigaciones en materia de seguridad y salud en las labores en los centros de trabajo minero que se efectuaron con la participación de las organizaciones nacionales de trabajadores y patrones y de las unidades administrativas de STPS, por lo que la dependencia no difundió ni promovió la normativa regulatoria en beneficio de la mejora de las condiciones laborales del sector minero.

Y apunta: en cuanto a las inspecciones en materia de condiciones generales de trabajo; de seguridad e higiene, y de capacitación y adiestramiento, la Secretaría del Trabajo realizó 845 inspecciones a centros de trabajo minero (proporción que representó 11.4 por ciento de los 7 mil 416 centros de trabajo minero activos; de ellas, 32.3 por ciento (273) fueron ordinarias y 67.7 por ciento (572) extraordinarias; sin embargo, no se acreditó el estatus de resolución del 34.1 por ciento (93) de los expedientes de inspección ordinaria, ni el 51.2 por ciento (293) de inspección extraordinaria.

Así, sólo 11 de cada cien centros mineros del país fueron inspeccionados sin mayores consecuencias. Y todavía se dan el lujo de asegurar que se trata de accidentes.

Las rebanadas del pastel

Gustavo Petro, presidente constitucional de Colombia. Felicidades y mucha suerte, porque si bien superó lo que era muy complicado (ganar las elecciones), ahora llega lo verdaderamente difícil (gobernar para todos los colombianos, lograr la paz y enfrentar a la inmunda derecha de su país).