Economía
Ver día anteriorLunes 8 de agosto de 2022Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Discordancias económicas
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atos: la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento del Trabajo de Estados Unidos anunció el pasado 5 de agosto que el empleo (en nóminas) creció 528 mil plazas en julio pasado y que la tasa de desempleo se redujo a 3.5 por ciento. En ambos casos los indicadores habrían regresado a su nivel anterior a la pandemia.

El dato de julio es el mejor desde febrero cuando se crearon 714 mil empleos y está por encima del promedio de 387 mil entre marzo y junio. Además, se superó la previsión de 258 mil nuevas plazas que había hecho Dow Jones.

Las remuneraciones salariales también se incrementaron 0.5 por ciento en julio en los ingresos promedio por hora y 5.2 por ciento con respecto al mismo mes de 2021.

Así que el mercado de trabajo muestra un dinamismo que se contrapone a otras estadísticas relevantes que apuntan, en cambio, a un debilitamiento de la economía. El PIB decreció a una tasa de 1.6 por ciento en el primer trimestre del año y de 0.9 en el segundo. El discurso recesionista habrá de tener cuando menos algún ajuste.

El aumento de la capacidad de gasto en consumo, que impulsa la demanda por la mayor cantidad de gente empleada y el aumento de los ingresos del trabajo, alienta el alza de los precios en un escenario que no se daba desde principios de la década de 1980. Al final de junio, el índice de precios al consumidor creció 9.1 por ciento, el mayor registro anual desde noviembre de 1981. (El dato de la inflación de julio se conocerá el próximo 10 de agosto). El discurso antinflacionario está ya plenamente asentado junto con las medidas de los bancos centrales para elevar las tasas de interés.

En un apunte que pone de relieve el lenguaje notoriamente cauteloso con el que se trata una situación que gira en torno a la recesión por un lado y a la inflación, por el otro, el Banco de la Reserva Federal de Saint Louis afirma que: La reciente generación de empleo indica que las empresas están contratando y eso puede significar que están creciendo. Los nuevos empleados aumentan sus ingresos personales lo que significa que su ingreso disponible podría estar creciendo también y, con ello, alentando una expansión económica (FRED, agosto 6, 2022).

Hay, pues, espacio para una expansión de la actividad económica, lo que cambiaría una parte del dilema, tal y como se ha ido presentando durante ya muchas semanas. Puede, entonces que la economía no esté al borde de la recesión. Pero lo que persiste es una muy alta tasa de inflación que no cede y con los datos anteriores podría incluso aumentar.

La situación económica no se está comportando como se espera en el razonamiento convencional de la economía. Hay condiciones que han afectado a la oferta y la demanda derivadas del impacto de la pandemia en: las cadenas de abasto y el mayor ingreso creado por los programas públicos de apoyo a hogares y familias.

También se observan las consecuencias relevantes de un sector financiero hipertrofiado en el que se expresó el gran aumento de la liquidez y, con ello, el de los precios de los activos como son las acciones en el mercado de valores o los inmuebles, otra vez como ocurrió en 2007-08.

La mayor presión de la demanda sobre los precios apremia a la Fed a contenerlos. El Comité Federal del Mercado Abierto subió la tasa objetivo de los fondos federales 0.75 por ciento en junio, la mayor alza desde noviembre de 1994. Lo hizo otra vez en la misma proporción en la reunión del 26 y 27 de julio pasado. Con eso, la tasa de interés se situó en un rango de 2.25 a 2.50 por ciento.

El entorno de bajas tasas de interés, de prácticamente cero, se instaló en la economía estadunidense a finales del año 2008 y persistió hasta fines de 2015. A continuación, hubo un breve repunte hasta mediados de 2019 con niveles apenas por encima de 2 por ciento; de nuevo una disminución en junio 2020, otra vez en el orden de cero hasta marzo de 2022. Desde entonces ha ido subiendo progresivamente en medio de una creciente presión inflacionaria. Nunca, según los registros históricos la tasa de fondos federales se había desplomado como ocurrió en la crisis de 2008. Este no es un dato irrelevante.

Haya o no haya recesión económica, la Fed aplicará el alza de las tasas para contener la inflación y con ello habrá un efecto adverso en el nivel de la actividad económica con un ajuste en la demanda agregada (el nivel de empleo, el gasto en consumo e inversión). La recesión se impondrá.

La era de muy bajas tasas de interés se suspenderá cuando menos por un periodo. La situación está ligada al ajuste que será determinante para las condiciones económicas por su impacto en la producción y sus derivaciones especulativas.

Las repercusiones en la economía estadunidense serán sobre el valor del dólar y de ahí se transmitirán por todas partes. El mecanismo de subida de las tasas está ya instalado en todas partes. El Banco de Inglaterra llevó las tasas medio punto arriba hasta 1.75 por ciento, la mayor alza desde 1997. El Banco Central Europeo subió de cero hasta 0.50 por ciento, la mayor en 22 años.

¿Habrá una nueva vuelta que reproduzca, de alguna manera, la situación previa a este episodio de crisis? De ser así, habrá que seguir de cerca su configuración y sus consecuencias.