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Pandemia

Pruebas de detección al alza

La tasa de positividad del covid supera 60%
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▲ Vacunación de menores en el Centro de Salud José María Rodríguez, en la colonia Asturias.Foto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Jueves 7 de julio de 2022, p. 12

Con una tasa de positividad superior a 60 por ciento a escala nacional, la demanda de pruebas de detección crece exponencialmente tanto en unidades de medicina familiar (UMF), como en laboratorios privados y consultorios adyacentes a farmacias.

Las personas que acuden a los servicios públicos de salud, en su mayoría, son atendidos, aunque con largas esperas y con el riesgo de que se acaben las pruebas rápidas, pues por turno se entregan en promedio 100 fichas. En la atención privada, una prueba de antígenos puede ir de los 260 a 599 pesos.

En recorridos realizados por La Jornada se constató que en las UMF persisten largas filas de derechohabientes que demandan la aplicación de una prueba rápida, lo que puede demorar horas, e incluso de uno a tres días. Testimonios señalan que si bien en su mayoría acuden personas con síntomas, otros asisten porque se lo solicita su empresa, a fin de descartar un posible contagio, ya sea por un contacto directo con un caso positivo o saber si se es portador del virus.

Vengo porque me lo pidió mi jefa para dejarme entrar en la oficina. Mi esposa es positiva, pero sin síntomas, yo estoy igual, aseguró Alfredo de 33 años, quien acudió a la UMF número 11 en la colonia Peralvillo.

La demanda de pruebas rápidas es creciente, pues en la mayoría de la UMF los Módulos de Atención Respiratoria del Seguro Social (MARSS) están abarrotados, con filas que rodean las unidades médicas por horas.

En algunas UMF se colocaron mantas con indicaciones respecto a los requisitos para acceder a la prueba: presentar fiebre, dolor de cabeza y de garganta, tos seca y dificultad para respirar o si se estuvo en contacto directo con una persona positiva a covid-19.

En la UMF número 28 Gabriel Mancera se distribuyen 120 pruebas por la mañana, y 80 por la tarde, debido a la disminución de médicos y enfermeras disponibles para atender a los pacientes que acuden a los MARSS.

Manuel, de 31 años, narró que a fines de junio tuvo síntomas respiratorios como fiebre, tos y dolor muscular. Me puse mal, pero no pensé que fuera covid, porque estoy vacunado y hace menos de un año contraje el virus, aunque fui asintomático. Por la persistencia de los síntomas decidió acudir a un laboratorio privado, donde confirmó un resultado positivo.

Al informar a mi trabajo que estaba contagiado, dijo, me solicitaron tramitar la incapacidad laboral, por lo que fui a la UMF número 10. Allí me indicaron que mi prueba positiva no servía, que tenía que aplicármela en el IMSS. Me formé, pero no alcancé ficha, y tuve que regresar varias veces. Al tercer día conseguí turno.

Patricia, quien también fue por su incapacidad laboral, señaló que primero me dijeron que tenía una amigdalitis, por mi dolor de garganta. Así que regresé a mi trabajo. Los síntomas persistían y aumentaban: tos y fiebre. Acudí nuevamente a hacerme la prueba y fui positiva. Lo logré dos días después y tras una espera de nueve horas.

Este martes, Ana acudió a la UMF Gabriel Mancera debido al contagio de su hija. Ella esperó tres horas y media para hacerse la prueba. En la fila había más de 80 personas, y hasta después de las 16 horas seguían llegando gente. Todos fueron atendidos, pero para las 19 horas ya no había pruebas.

Quienes acuden por una prueba, en su mayoría resultan con un resultado positivo. Se trata de jóvenes y adultos de mediana edad e incluso algunas mujeres embarazadas, a quienes se les da prioridad. El personal médico advierte que salir negativo no asegura por completo no tener el virus y recomiendan mantenerse alertas ante posibles síntomas, para regresar si persisten los malestares.