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El deshielo del Ártico haría posible abrir nuevas rutas marítimas comerciales

La navegabilidad de ese océano también reduciría la huella de carbono de la industria naviera y debilitaría el control de Rusia

 
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de junio de 2022, p. 2

Madrid. El deshielo del Ártico podría dar lugar a nuevas rutas comerciales en aguas internacionales, reduciendo la huella de carbono del sector naviero y debilitando el control de Rusia sobre las actuales.

Es la conclusión de un estudio publicado en la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias.

Los modelos climáticos muestran que partes del Ártico que antes estaban cubiertas de blanco todo el año se están calentando tan rápidamente que en tan sólo dos décadas estarán libres de hielo durante meses. Según los científicos, el cambio climático de la zona pondrá en peligro a innumerables especies que prosperan a temperaturas bajo cero.

Otra consecuencia crítica del derretimiento del hielo en el Ártico es la posibilidad de establecer itinerarios comerciales marítimos más cortos y respetuosos con el medio ambiente que eviten la Ruta Marítima del Norte, controlada por Rusia.

En el nuevo estudio, un par de científicos del clima de la Universidad de Brown, en Estados Unidos, colaboraró con un jurista de la Facultad de Derecho de la Universidad de Maine para predecir cómo el deshielo del océano podría afectar a la regulación de las rutas marítimas en las próximas décadas.

Proyectaron que para 2065, la navegabilidad del Ártico aumentará tanto que podría dar lugar a nuevos caminos en aguas internacionales, lo que no sólo reduciría la huella de carbono de la industria naviera, sino también debilitaría el control de Rusia sobre el comercio en la región.

No hay ningún escenario en el que el derretimiento del hielo en el Ártico sea una buena noticia. Pero la desafortunada realidad es que el hielo está retrocediendo, estas rutas se están abriendo y tenemos que empezar a pensar de forma crítica en las implicaciones legales, medioambientales y geopolíticas, advierte Amanda Lynch, autora principal del estudio y profesora de ciencias de la Tierra, ambientales y planetarias en Brown.

Lynch, que ha estudiado el cambio climático en el Ártico durante casi 30 años, explica que, como primer paso, trabajó con Xueke Li, investigador posdoctoral asociado del Instituto de Brown para el Medio Ambiente y la Sociedad, a fin de modelar cuatro escenarios de navegación basados en cuatro resultados probables de las acciones globales para detener el cambio climático en los próximos años.

Sus proyecciones mostraron que, a menos que los líderes mundiales logren limitar el calentamiento a 1.5 grados centígrados en los próximos 43 años, el cambio climático probablemente abrirá varias rutas nuevas a través de aguas internacionales a mediados de este siglo.

Según Charles Norchi, director del Centro para la Ley de Océanos y Costas, de Maine, profesor visitante del Instituto Watson para Asuntos Internacionales y Públicos de Brown y uno de los coautores del estudio, esos cambios podrían tener importantes implicaciones para el comercio mundial y la política global.

Sostiene que, desde 1982, la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar ha otorgado a los Estados costeros del Ártico mayor autoridad sobre las principales rutas marítimas.

El artículo 234 de la Convención determina que, en nombre de la prevención, reducción y control de la contaminación marina procedente de los buques, los países cuyas costas están cerca de las rutas marítimas del Ártico pueden regular el tráfico, siempre que la zona permanezca cubierta de hielo durante la mayor parte del año.