"La Jornada del Campo"
Número 177 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Del parir y otras iluminaciones
A los cuatro días del parto, la partera lavaba al neonato. En la imagen se representa el agua, los instrumentos y las palabras rituales dedicadas a Chalchiuhtlicue.  CÓDICE MENDOCINO, P. 57RA los cuatro días del parto, la partera lavaba al neonato. En la imagen se representa el agua, los instrumentos y las palabras rituales dedicadas a Chalchiuhtlicue. CÓDICE MENDOCINO, P. 57R

Temixihuiliztli, un conocimiento colonizado

Irina A. Ravelo Rodríguez Historiadora

En la actualidad prevalece la idea de que la partería nahua es un oficio de carácter meramente “pragmático”. Esta creencia se fundó en el siglo XVI con la llegada de los españoles al Anáhuac. En aquel entonces, la obstetricia nahua era ejercida por mujeres a las que se les llamaba tícitl (médica) o temixihuitiani (la que ayuda a parir). Este oficio, que era conocido como temixihuiliztli, era una especialidad dentro de la ticiyotl o medicina mesoamericana y gozaba de un alto grado de reconocimiento social.

La ticiyotl, a su vez, comprendía todo un complejo sistema de saberes astronómicos, anatómicos, botánicos y terapéuticos construidos colectiva e interculturalmente a partir del concepto general de la dualidad que daba fundamento a las teorías de equilibrio/desequilibrio y de frío/calor. Además, reconocía la relación fisiológica del cuerpo humano, con las fuerzas femeninas y masculinas, propias de la cosmovisión mesoamericana basada en el sistema de conocimiento de tradición tolteca, el toltecayotl. Dada la importancia que tenía la teoría del equilibro en la ticiyotl, el objetivo de las temixihuitiani consistía en procurar el bienestar integral de la mujer gestante; esto implicaba acompañarla en todo su proceso, dando especial atención a su estabilidad física y emocional, para que tuviese una gestación y un parto exitosos.

Los nahuas reconocían como fundadoras de la ticiyotl (la medicina) a Cipactónal y Oxomoco, figuras femenina y masculina a quienes también se les atribuía la sistematización de Tonalpohualli, que consta de 260 días divididos en 20 trecenas que combinaban veinte signos y trece numerales.

El Tonalpohualli era muy significativo para las temixihuitiani por varios motivos. El primero, dada su correspondencia con la duración promedio del periodo de gestación humana (260 días) y, al coincidir con el primer día de la semana 38 del embarazo que en el sistema médico actual es la que marca el término del desarrollo fetal, les permitía llevar un control del periodo gestacional. Además, servía para asignar el nombre calendárico a los recién nacidos mediante el baño ritual.

Por ello, durante el onceavo mes, Ochpaniztli (Barrimiento), se dedicaban festividades rituales a Tlazoltéotl como regenta del signo; a Cipactonal y Oxomoco, como fundadoras de la ticiyotl a Toci (nuestra abuela), patrona de las temixihuitiani a Temazcalteci, la abuela de los baños de vapor y a Yohualtícitl (medica nocturna), señora de las y los tícitl. Estas figuras de carácter femenino regentaban el sistema médico.

El parto era nombrado como miquizpan o “momento de muerte” y equivalía a un sacrificio de muerte por estado liminal que afrontaban las mujeres. La sociedad mexica lo representaba como una batalla entre la vida y la muerte. Ante ello, las temixihuitiani poseían múltiples recursos bióticos que empleaban según las necesidades y de acuerdo con la ticiyotl. También contaban con recursos para infundir valor a las mixiuhcacihuatl o parturientas, mediante la invocación de la fuerza femenina de valerosidad y esfuerzo, representada por Cihuacóatl y de las fuerzas luminosas, calóricas y sonoras, consideradas masculinas.

La ticiyotl fue trastocada durante la colonización española. Con la imposición de un nuevo sistema de creencias basado en los mitos y parámetros grecolatinos y judeocristianos, y del sistema médico de tradición hipocrático-galénica, fue reducida a la clandestinidad. Desde la mirada masculina- europeo-católica, se hicieron una serie de aproximaciones, evaluaciones y analogías de las culturas originarias con dos propósitos primordiales.

El primero, respondió a la necesidad de dominación ideológica y consistió en conocer la ticiyotl para “extirpar” su base teórico-ideológica y clasificarle como «idolátrica». Para ello, se emprendió una «demonización» sistemática de las representaciones simbólicas femeninas mesoamericanas, ya que distaban del modelo mariano. La potencia materna nahua expresada bajo figuras como la de Cipactli o Lagarto, les resultó intimidante porque contenía y controlaba el tránsito vital humano que iniciaba en el inframundo, luego era arrojado al mundo exterior o Tlatilpac, “estar encima de la Tierra”, y tras la muerte era devorado, desintegrado y reincorporado al ciclo vital, en forma de abono.

Además de la cancelación y la demonización, la ticiyotl experimentó un proceso de masculinización al traducir tícitl como “médico”, “cirujano” o “sangrador”. En contraste, el término tícitl aplicado a las mujeres que ejercían la medicina fue feminizado bajo el concepto de “parteras” o “curanderas”, en lugar de “médicas”. Con ello se aplicó a las temixihuitiani la categoría de “comadronas”, quienes se encontraban excluidas del sistema médico-masculino europeo y eran consideradas como “empíricas”.

El segundo propósito respondió a la necesidad de garantizar la explotación y la apropiación de los recursos naturales, epistemológicos americanos del poder colonial. Consistió en conocer el territorio, inventariar sus recursos naturales, apropiarse de éstos y de las técnicas autóctonas a través de la “naturalización” del conocimiento indígena y de la consiguiente “validación” por parte de los “hombres de ciencia” europeos. Los tratados dedicados a la Historia Natural de las Indias, lejos de comprender la ticiyotl, sirvieron a la creación de una industria farmacéutica trasatlántica. Esto significó un impulso del pensamiento científico moderno que sirvió a la consolidación del sistema de producción colonial-capitalista.

Visto el contexto en que se catalogó el temixihuilixtli como oficio empírico, es importante aportar nuevas reflexiones que contribuyan a una comprensión profunda de la obstetricia nahua con tal de revertir la desvalorización iniciada hace quinientos años, y favorezcan a su reconocimiento profesional, considerando su riqueza conceptual y práctica. •

La pareja Oxomoco y Cipactónal, representan la división sexual de los seres humanos. Son considerados como creadores del Calendario ritual o Tonalpohualli. Arriba a la izquierda de la ilustración se aprecia la leyenda: “diosas de las parteras”. Abajo a la izquierda: “un décimo décimo mes” (mes veintiuno) y arriba a la derecha: “en este mes teníanlos estos tres días para hacer omnicosa porque no tenían dios particular porque eran estas diosas de las donas.”  CÓDICE BORBONICUSLa pareja Oxomoco y Cipactónal, representan la división sexual de los seres humanos. Son considerados como creadores del Calendario ritual o Tonalpohualli. Arriba a la izquierda de la ilustración se aprecia la leyenda: “diosas de las parteras”. Abajo a la izquierda: “un décimo décimo mes” (mes veintiuno) y arriba a la derecha: “en este mes teníanlos estos tres días para hacer omnicosa porque no tenían dios particular porque eran estas diosas de las donas.” CÓDICE BORBONICUS