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La piel de nuestras costas
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ace siete años la conferencia general de la Unesco aprobó que cada 26 de julio se celebrara el Día Internacional de la Conservación del Ecosistema de Manglares. Su objetivo: crear conciencia entre la población, las actividades económicas y los gobiernos, de la importancia que tienen por ser un ecosistema único, especial y vulnerable. A la par, promover soluciones para su gestión, conservación y uso sostenible.

La Unesco señaló la gran importancia de los manglares situados en la franja litoral de los mares, pues contienen una rica biodiversidad y son hábitat para la cría de peces y crustáceos. Además, esenciales para garantizar la calidad de vida y la seguridad de las poblaciones costeras y la producción de alimentos. Ahora que el cambio climático aumenta los niveles del mar y se incrementan las tormentas y huracanes, son barreras naturales que protegen las costas y evitan su erosión. Por si fuera poco todo lo anterior, retienen con gran eficacia grandes cantidades de carbono.

Sin embargo, los manglares son destruidos en todo el planeta a gran velocidad, ocasionando así graves impactos ecológicos y socioeconómicos. En México ha sido sistemática, pese a que en diciembre de 2006 el Congreso de la Unión aprobó una reforma a la Ley General de Vida Silvestre a fin de protegerlos en los más de 11 mil kilómetros de litoral del país. Y a la vez, salvar de la extinción a diversos animales y vegetales. En dicha reforma se prohibió la remoción, relleno, trasplante, poda y cualquier obra o actividad que afecte la integridad del flujo hidrológico del ­manglar.

La reforma fue en muy buena parte fruto de las advertencias de los centros de investigación más respetados del país, grupos ambientalistas y comunidades costeras, sobre las ventajas de conservar los manglares y los daños irreversibles que se causaría de no hacerlo. Pero sólo habían transcurrido unos días de esa importante decisión, cuando Félix González, entonces mandatario de Quintana Roo, en una gira por España ofreció a los desarrolladores inmobiliarios hispanos todas las garantías para invertir en la costa caribeña. Igual hizo el presidente Felipe Calderón. Ello significó vía libre para destruir en el nuevo polo turístico áreas de manglar.

Y no solamente allí. En las otras 13 entidades costeras los intereses privados, unidos a las instancias oficiales locales, expresaron su inconformidad por la entrada en vigor de la reforma citada. Fue el caso de Chiapas, Campeche, Sinaloa, Nayarit, Tabasco y Veracruz . Y mientras la destrucción siguió, en 2010 el gobierno federal afirmó que en los años del sexenio de Calderón se había incrementado la superficie de manglar en 750 mil hectáreas. Un milagro mayor que el que convirtió el agua en vino.

En paralelo, los intereses privados amenazaron con inundar el Poder Judicial con cientos de amparos contra la norma oficial 059, que catalogó como amenazadas las especies de mangar botoncillo, rojo, blanco y negro. Alegaron que dicha medida impedía la convivencia armónica entre el desarrollo y la naturaleza. Pero la realidad demuestra cómo la obra pública, las actividades agropecuarias e industriales y la contaminación, acabaron los últimos 50 años con más de la mitad de los manglares del país.

Ahora que en el mundo ocasiona tanta preocupación el calentamiento global, vale la pena recomendar a los lectores, y muy especialmente a los funcionarios responsables de las políticas públicas, los trabajos de siete investigadores que incluye este mes La Jornada Ecológica (https://ecologica.jornada.com.mx/). Ellos hacen parte del Centro para la Biodiversidad Marina y la Conservación (CBMC), fundado en 2012 y con sede en La Paz. Se refieren precisamente a la captura de carbono que, a través de la fotosíntesis, realizan los manglares, marismas y pastos marinos. Almacenan tanto dióxido de carbono como los bosques tropicales.

Como anota el doctor Octavio Aburto en la presentación del suplemento, las raíces de los manglares son aún más eficaces, pues acumulan cinco veces más carbono que en tierra. Y que son la membrana protectora del continente, la piel de nuestras costas, generadores de enormes beneficios para México.

Ayer fue el Día Mundial del Medio Ambiente. ¿Algo positivo qué celebrar? Con los manglares, nada. Ni con otros recursos naturales.