n el marco de una disputa que recorre todos los aspectos de la vida nacional y que se presenta también en otros países, la invasión rusa a Ucrania está modificando sensiblemente los parámetros con los que determinábamos los escenarios inmediatos y mediatos. Las perspectivas de crecimiento de la economía mundial se han reducido a partir de las complicaciones derivadas de que se han suspendido los envíos de productos ucranios al resto del mundo, así como del posible impacto de las sanciones económicas que se impondrán a las empresas rusas. Junto con ello, en el mercado petrolero y de gas se han disparado los precios en una situación en la que ya se enfrentaban presiones inflacionarias generalizadas.
En nuestro caso, la restructuración de Pemex ha contribuido a que la plataforma de exportación de crudo se mantenga en niveles estables, pero lejos de las cotas alcanzadas en la primera década de este siglo. Presupuestalmente, sin embargo, el ingreso de excedentes petroleros, derivados del incremento global del precio del crudo, que ya alcanzó la barrera de los 100 dólares por barril para la mezcla mexicana, otorgará al gobierno de AMLO márgenes de maniobra adicionales que permitirán que se garanticen los recursos destinados a los programas sociales, así como a los proyectos de inversión emblemáticos. Sin embargo, del lado de los precios habrá dificultades adicionales que llevarán a que la inflación no se reduzca, lo que significará que el Banco de México seguirá aumentando las tasas de referencia.
La respuesta de los países miembros de la OTAN, europeos y de América del Norte, se ha concentrado en medidas económicas que pueden ser importantes, pero que claramente operan a mediano plazo. El castigo
a los oligarcas rusos aliados de Putin, y a su propio círculo, primero tendrá que concretarse, lo que no será fácil dadas las estrechas relaciones entre empresas europeas relevantes y empresas rusas.
En algunas ciudades la relevancia de las inversiones inmobiliarias de los rusos es grande y congelar activos puede ser localmente muy costoso y, por ello, difícil de instrumentar en la práctica. Ir por los yates puede ser fácil, pero ir por los activos económicos no lo será. Además, la dependencia europea del gas ruso dificultará que las sanciones sean duras.
Para la economía mexicana, junto con el impulso petrolero se acrecientan los apoyos de nuestros migrantes en EU a sus familias, que en enero casi alcanzaron 4 mil millones de dólares. La discusión nacional sobre la reforma eléctrica, que muy pronto podría ser votada por la Cámara de Diputados, pudiera resolverse ante la presencia de un conflicto que se complicará independientemente de las circunstancias de la resistencia y posibles acciones de los invasores fuera de proporción.
La economía global ya está siendo afectada por los temores de que se presenten dificultades de abastecimiento de crudo, lo que llevaría a nuevas cotas el precio, impactando con nuevas alzas a otras commodities. Además, es evidente que Putin se alistó durante meses para esta contingencia. Preparación que incorporó una alianza con China para enfrentar las complicaciones que se derivarían de la invasión a Ucrania. No debiera subestimarse la capacidad de resistencia rusa, que pudiera incluir un cierto tipo de respuesta a las sanciones económicas y al veto de deportistas y artistas.
El gobierno de la 4T tiene márgenes de maniobra estrechos, pero ciertos. La situación de la deuda pública, que se ha mantenido en los mismos niveles que tenía en 2018 y que, por eso, no representa presiones presupuestales adicionales. Tampoco es una válvula de escape que pudiera activarse si la economía estadunidense se desacelerará, si el conflicto se alargará o se enfrentarán complicaciones mayores, lo que impactaría duramente a la economía mexicana.
Las finanzas publicas están controladas, aunque su estructura muestra escasas posibilidades de adaptación a circunstancias inesperadas. Las exportaciones petroleras generarán excedentes que ampliarán las posibilidades de acción gubernamental de emergencia, pero tiene el límite obvio de las contingencias del mercado.
Lo que parecía ser el año de la consolidación de la recuperación de la economía global y particularmente el de la estadunidense, impulsada por un amplio programa de inversiones públicas, sostenidas en el reconocimiento de que la acción estatal es absolutamente imprescindible no sólo para que la economía se recupere, sino para que lo haga revirtiendo en lo posible la enorme desigualdad provocada por el paradigma neoliberal. Este escenario se ha complicado y lo que hoy prevalece es la incertidumbre.