Miércoles 2 de febrero de 2022, p. 22
Rangún. Las calles de las grandes ciudades de Myanmar quedaron vacías ayer durante una huelga nacional para desafiar a la junta militar, al cumplirse un año del golpe de Estado que sumió al país en una espiral de la violencia, represión ciudadana y crisis económica.
En las redes sociales se podían ver imágenes de la población en sus casas haciendo un saludo con tres dedos, gesto de resistencia, mientras los negocios cerraban. Por la tarde se oyeron aplausos en varios barrios de Rangún, la capital económica, y la céntrica ciudad de Mandalay, para marcar el final de esta huelga silenciosa
, convocada por la resistencia.
Las autoridades militares advirtieron que estas acciones podrían ser calificadas de alta traición, delito pasible que se castiga con varios años de cárcel. En Rangún 10 personas fueron detenidas por participar en estos actos, reportó la prensa local.
Durante la jornada también hubo manifestaciones en favor de los militares en regiones no especificadas, de acuerdo con videos sin fecha difundidos por las autoridades. Partidarios del régimen enarbolaron la bandera nacional y denunciaron a las fuerzas de defensa del pueblo
, milicias que efectúan operaciones de guerrilla contra las fuerzas de seguridad.
Dos personas murieron y 38 resultaron heridas en un ataque con granadas contra un acto de respaldo a las fuerzas armadas en la localidad de Tachileik, fronteriza con Tailandia.
El jefe de la junta militar, Min Aung Hlaing, insistió en que el golpe de Estado de hace un año respondió a un fraude
en las elecciones de 2020 que fueron ganadas por el partido Liga Nacional por la Democracia, de la dirigente Aung San Suu Kyi, para un segundo mandato, aunque la comunidad internacional las calificó de limpias.
Más de mil 500 civiles han muerto y 9 mil están detenidos por la represión, afirman ONG.