Opinión
Ver día anteriorJueves 11 de noviembre de 2021Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Pablo Gómez, el cambio telúrico
P

ablo Gómez Álvarez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), es un cambio telúrico, sin duda, que puede ser bueno. Su llegada, aunada al paso de Santiago Nieto, significa una profundización de la ruptura con los esquemas que permitieron la impunidad a lo largo de las pasadas décadas.

Su nombramiento se da en una situación de emergencia, en una coyuntura no planificada, pero su arribo a esa posición tan delicada puede adquirir un enorme significado si se advierte que está llegando un político con luz y carrera propia, que apoya al proyecto de la 4T por una convicción modelada a lo largo de las pasadas décadas, desde 1968, si se quiere dar un dato preciso.

La UIF fue por mucho tiempo un instrumento poco eficaz para combatir a la criminalidad. Las propias ataduras legales y los candados que provienen de su obligación de coordinación con la Fiscalía General de la República (FGR), añaden complejidad a su desempeño.

Las indagatorias de la UIF, para llegar a buen puerto, tienen que ser respaldadas por el Ministerio Público, que es donde prevalecen las facultades del ejercicio de la acción penal.

Pero la UIF es a la vez un centro de información que coadyuva a enfrentar delitos de alto impacto, como el lavado de dinero, los recursos de procedencia ilícita, el terrorismo, la corrupción, el narcotráfico y la trata de personas, ya que todas estas actividades interactúan en el sistema financiero.

Para nadie es un secreto que el trato entre Nieto y el fiscal Alejandro Gertz resultó difícil y por momentos poco transitable. Esto puede cambiar por al menos dos cuestiones: Gómez Álvarez no aspirará al puesto del fiscal, entre otras cosas porque es economista y no abogado y porque tiene una idea del trabajo político que le permitirá establecer los puentes que sean necesarios para dar resultados.

Es decir, el peso específico del encargado de la UIF cuenta, y mucho, en su propia relación con los fiscales y con los grupos con los que interactúa y a los que eventualmente indaga.

Se puede disentir de muchos de los planteamientos del nuevo titular de la UIF, quizá sobre todo de su visión tajante sobre el Instituto Nacional Electoral (INE) y otros órganos autónomos, pero nadie puede dudar de su honradez y capacidad.

Sí, ha estado presente, sobre todo en el plano legislativo, en las pasadas décadas, pero ello lejos de ser negativo, es un aliciente porque ha sido ajeno a los escándalos de la clase política y sus componendas.

Gómez Álvarez uno de los más notables representantes de la izquierda, la que se originó desde el PCM y la que construyó el PSUM, PMS y el PRD, colaborando en las trasformaciones del país desde la reforma democrática de los años setenta.

Algunos escépticos señalan que su falta de experiencia en los temas de la UIF puede ser un obstáculo, pero frente a esto, hay una cualidad mucho más relevante que es la de la experiencia, que proviene de un conocimiento profundo del sistema político mexicano.

Lo más relevante radica, me parece, en la visión con la que desarrolle su trabajo, permitiendo que se haga de la UIF una herramienta institucional que funcione para la protección de la legalidad.

¿Qué llegó para perseguir a los enemigos del Presidente de la República? Esto es absurdo y sería contrario a la propia trayectoria de Gómez Álvarez, quien conoce el daño que puede causar el uso faccioso del poder, porque lo vivió en carne propia, cuando ser de oposición y de izquierda era un verdadero riesgo.

Tampoco veo posibilidades de que el presidente López Obrador solicitara algo así. El reto, entonces, es que la UIF funcione y lo haga con la fuerza que requiera, pero despejando cualquier motivo de sospecha.

* Periodista

Twitter: @jandradej